jueves, septiembre 06, 2012

La penosa Vuelta a España de RTVE



Parece haber un acuerdo general dentro del mundo del ciclismo en que la Vuelta a España se ha convertido en la más atractiva de las tres grandes rondas por etapas. A ello ha contribuido un descenso en la calidad de participantes en el pasado Tour, de un recorrido soporífero, y el habitual desprecio con el que miramos el Giro, competición apasionante que este año se llevó Ryder Hesjedal, un corredor menor que supo aguantar la dura montaña quizá por la ausencia de grandes competidores. Segundo fue “Purito” Rodríguez.

Estamos en un momento de impasse, a la espera de las grandes estrellas del futuro, que probablemente se llamen Sagan o Boasson Hagen, si se deciden a competir también cuesta arriba, algo que, por su juventud, no hay que descartar. Estos deberían ser los años de Contador, Schleck, Nibali o Froome pero se han convertido en los años de Bradley Wiggins, un fuera de clase en el velódromo pero que hasta esta temporada había mostrado serios déficits a la hora de aguantar tres semanas subiendo y bajando puertos.

El recorrido de la Vuelta pretendía dar un empujón a la fiebre del aficionado con unas etapas al gusto de los corredores españoles. ¿Quiénes son las grandes figuras de nuestro ciclismo? Valverde, Contador y Purito. ¿Qué tipo de corredores son? Explosivos, de fuertes demarrajes, sólidos en la montaña y, excepto en el caso de Contador, muy flojos en la contrarreloj. La solución ha sido poner once finales en alto y una sola crono, que prácticamente era una cronoescalada, con casi 20 kilómetros de ascenso y descenso, ideal para Rodríguez y Valverde, muy lejos de las capacidades ideales de Contador o Froome.

Este intento de buscar puertos nunca hallados, paredes del 15-20% donde los corredores se retuercen durante tres kilómetros, me parece un error cuando se hace etapa sí, etapa también. De acuerdo, sirvieron para eliminar cualquier opción extranjera, incluidos Froome o Gesink, pero lo cierto es que entre los tres favoritos, día tras día, no había diferencias: Rodríguez, Valverde, Contador… Valverde, Contador, Rodríguez… los tres llegaban con pocos segundos de diferencia después de un sprint final con bonificaciones incluidas. Se llegó al punto ridículo de terminar una etapa en el puerto donde entrena habitualmente el líder de la carrera y la siguiente justo en su ciudad natal.

Un par de etapas de este tipo habrían estado bien si se hubieran combinado con una buena crono y más jornadas de emboscadas, duras, ideales para la “pájara”, como fue la de Fuente Dé. El éxito de Fuente Dé es paradójicamente el fracaso de la organización de la Vuelta y su objetivo de, como dice el periodista Daniel Cana, llenar YouTube de vídeos espectaculares de diez minutos de ascensión salvaje. Pasarán los años, los aficionados recordarán la Vuelta que ganó Contador con su ataque en Cantabria… y nadie podrá encontrar un vídeo de aquello porque no existe. No hay imágenes. 29 años más tarde, aún puedo ver cómo Hinault atacaba en Serranillos pero no puedo ver cómo Contador dejaba ayer de rueda a Rodríguez.

Esto nos lleva lógicamente a RTVE. Entiendo que su decisión de empezar las retransmisiones a las cuatro de la tarde y eliminar el tradicional resumen de la tarde-noche es una cuestión contractual con Unipublic, que solo les cede los derechos de la última hora o dos horas de carrera. En cualquier caso, son condiciones inaceptables. Llevamos tres semanas oyendo a Pedro Delgado y Ángel de Andrés hablar de las maravillas de una Vuelta donde las mismas etapas se repetían una y otra vez en flashes de dos kilómetros a tope y que gane el que mejor acelere y justo cuando de verdad hay una etapa de las de hacer afición, RTVE se borra. 
No está ahí. No hay ni una imagen.

El nivel en general de la retransmisión ha sido muy bajo, puede que por el propio cansancio heredado de Tour y Juegos Olímpicos. No lo sé. La pareja De Andrés-Delgado se pierde en ocasiones en un forofismo difícil de explicar en dos profesionales y unas discusiones o conversaciones de barra de bar que no clarifican lo que pasa en la carrera. Súmenle una realización dudosa y un hombre en una moto que da la sensación de estar completamente vendido porque nunca consigue estar en el lugar adecuado dando la información adecuada, y encontrarán motivos para la queja.

Puede que esta Vuelta –por su participación, por su recorrido- haya sido la mejor de los últimos años. Mucho mejor que el Tour, desde luego, esa sucesión de maillots del Sky ocupando toda la calzada… pero si la organización quiere que el mundo entero se tome en serio su carrera tiene que entender que no puede estar diseñada solo para los corredores de casa y que merece una cobertura televisiva de primer nivel. No ha sido el caso y debería dar para reflexionar.

Artículo publicado originalmente en el diario El Imparcial, dentro de la sección "La zona sucia"