Los ejecutivos de televisión retan continuamente la inteligencia de sus espectadores. A veces, ganan ellos. A veces, ganamos nosotros. En cualquier caso, el planteamiento del reto siempre es interesante y uno se queda ahí pensando en quién ganará, como un combate entre un peso pesado y un peso pluma en el que parece increíble que... y luego...
Por ejemplo, dos productos recientes. Ayer pude ver un rato de "El juego de tu vida". Haré una sinopsis: es un concurso en el que un tipo o una tipa va con una serie de amigos y familiares al plató y Emma García le hace preguntas sometiéndole a una especie de "máquina de la verdad". Las preguntas, por supuesto, son humillantes y comprometidas. Tanto, que resultan increíbles. Además, van destinadas a enfrentarle con los propios invitados que él ha traído, de manera que todo acabe en un mal rollo increíble.
Anoche, estaba la madre del concursante y una de las preguntas era: "¿Crees que tu madre es una egoísta por no ir a tu boda?" y él contestó que sí y ganó. ¿Cuánto? Pues creo que, en total, por humillarse públicamente unas 15 veces y jugarse su matrimonio y su familia, unos 3000 euros. Magnífico. Para eso, mejor inventarse "vivoso" o "hipada" e irse con un diccionario de sinónimos a casa.
Telecinco y Emma García no pueden sorprender a nadie, pero aun así había un punto de incredulidad en todo aquello: se supone que el premio era por decir la verdad, ¿por qué no la iban a decir si de todas maneras lo iba a decir la máquina? Quiero decir, si a mí me preguntan si mi madre es una egoísta, ¿qué gano diciendo que no, si la máquina luego dice que estoy mintiendo? Y, sobre todo, ¿quién destroza su vida delante de un millón de espectadores por 3.000 euros? Mi respuesta, permítanme la desconfianza, es simple: un actor.
Pero, en realidad, yo no quería hablar de "El juego de tu vida", eso ha sido un sobrevenido de madrugada. Yo quería hablar de "Lalola", tanto del concepto como de la promoción, si es que se pueden separar. A mí me viene alguien con esa idea: un tío que se viste de tía para conseguir un trabajo y lo primero le pregunto es si ha visto ya "Tootsie" y que como broma está bien pero ya vale. Si después me dice que quiere hacer una teleserie con eso -capítulos y capítulos llenos de tópicos, de chistes malos, de equívocos estilo "Con faldas y a lo loco", de repeticiones mil veces vistas...- le echo a patadas del despacho.
Pues en Antena 3 pensaron al revés. Pensaron: "Vamos a hacerlo, vamos a ponerlo en prime time de la tarde y vamos a gastarnos una pasta obscena en publicidad porque el concepto es revolucionario". O quizás fue al revés, quizás el departamento de selección decidió tirar para adelante y la única manera de salvar esa decisión era llenar Madrid de marquesinas con la publicidad a ver si así al menos alguien ve la serie.
En fin, espero que no sea así, porque cada triunfo de los programadores sobre nuestra inteligencia es una derrota para todos. Aunque, de momento, la serie se mueve en el 16-17%, casi un punto por encima de la media de la cadena...