domingo, julio 27, 2008

R.E.M.


Reduzco la carrera musical de R.E.M. a dos discos, una chica y una canción suelta.

El primer disco, como nos pasó a todos, fue "Out of time", regalado en cinta por mis compañeros de clase de 8ºEGB el día que celebré mis 14 años en la bolera de La Vaguada. Un disco escuchado mil veces en el destartalado radiocassette de la cocina de mi abuela y en un walkman con la habilidad de borrar -en ocasiones- las cintas que leía. Era "Losing my religion" pero también era sobre todo, "Near Wild Heaven", canción de recopilatorio de verano, aquellos recopilatorios que hacía sin medios, grabando directamente del walkman a un micrófono, canciones envueltas en un silencio ruidoso.

El segundo disco fue "Automatic for the people". Fue Michael Stipe pasando por encima de su público, dejándose llevar por la marea de manos en el vídeo de "Drive". Fue Andy Kaufman y "Everybody hurts", una magnífica canción para adolescentes y lectores de Carver. Lo que era yo y lo que sería en breve. Es complicado ser objetivo en estas cosas, pero si uno piensa en la cantidad de buenos discos que salieron entre 1991 -"Nevermind"- y, pongamos, 1995 -"The bends"- es para llevarse las manos a la cabeza. Algo muy malo o muy bueno tuvieron que hacer los 80 para provocar esa explosión inmensa de talento que, lo siento, amigos, no ha vuelto a repetirse con tanta intensidad: en cuatro años, desde 1ºBUP a COU, nacieron o llegaron a su esplendor Nirvana, Sonic Youth, Pearl Jam, The Pixies, Stone Temple Pilots, Soundgarden, Foo Fighters, Garbage, Hole, Radiohead, Oasis, Blur, Elastica, Veruca Salt, The Breeders...

Podría ser el caso de REM, pero antes de "Out of time" había otros seis discos. ¿Alguien los había escuchado? No en España, desde luego. En algún sitio he leído que REM jugueteaba con el grunge. Nosotros jugueteábamos con el grunge y de repente apareció REM y empezó a juguetear con nosotros.

La chica apareció en un bar que ya no existe de la calle Velarde, bajando hacia la Plaza del Dos de Mayo a la izquierda. Probablemente, ahora se llame de otra manera, antes se llamaba Baroja. La chica estaba en un corro en medio de la calle pasando minis de calimocho y whisky mientras yo me hacía el interesante y le robaba el carnet de la Autónoma. La chica sonreía como si no se lo pudiera creer, una cosa muy habitual. La chica y yo jugábamos al billar contra un jugador de Leganés y otro amigo. Nunca terminamos la partida. Mientras nos besábamos sonaba "Disco 2000", ya en el Mission Claimd. Su número de teléfono incluía dos docenas y tres docenas. La llamé un día, sólo. Quedamos una vez, en un césped de Cantoblanco, a la salida de un examen. Le llevé un disco. No recuerdo que fuera "Monster", así que debió de ser "New adventures in Hi-Fi".

Sí, tiene sentido.

Y la canción suelta, para acabar. No es una gran canción. Es agradable y sonriente como casi todo lo último de REM. La cantaba cada vez que me bajaba del autobús e iba camino de la central de reservas de Sol Meliá. El estribillo decía "You know what you are, you´re gonna be a star", y yo hacía verdaderos esfuerzos por creerlo como si esa fuera la única escapatoria posible.