martes, diciembre 07, 2010

La detención de Julian Assange


Para algunos, Julian Assange es un revolucionario romántico que conseguirá con poco más que un ordenador y una conexión a Internet derribar el sistema o al menos socavarlo de manera definitiva denunciando sus mentiras. Para otros, es simplemente un medio: él recoge lo que le cuentan y lo cuenta a su vez a los demás, lo que solía hacer el periodismo de investigación, pero sin investigación. Hay quien le ve como un peligroso anarquista que quiere poner en peligro la democracia occidental exponiendo sus secretos y ocultando los de países como Rusia y China o la comunidad árabe.

Sinceramente, lo que cada uno piense de Assange y de Wikileaks en general me parece bastante poco relevante en este tema. Yo ya dije lo que me parecía Wikileaks en su momento, más que Wikileaks, su utilización perezosa por parte del periodismo. No sé si Assange solo publica cosas sobre EEUU porque EEUU es una sociedad abierta donde es más fácil que haya fugas o si parte de un odio anterior a ese país y sus aliados. Me es bastante igual. Percibo cierto mesianismo en sus declaraciones y apariciones públicas pero tampoco puedo criticarlo: de la noche a la mañana, los medios amigos y enemigos le han colocado en la picota de la información mundial.

El caso es que Assange ha sido detenido hoy en Londres -más bien, se ha entregado- por una doble acusación de abusos sexuales con violación incluida. Yo no sé si Assange ha violado a alguien o no, sólo faltaría que yo lo supiera. Lo que me gustaría es que los dos temas se trataran de manera separada: por un lado hay un ciudadano acusado de un presunto delito y por otro hay un ciudadano que ha creado una página peligrosa para determinados poderes. ¿Soy tan inocente como para pensar que no hay relación entre una cosa y la otra? No. La orden la cursa Interpol después de la creación de Wikileaks y sin siquiera acusación formal de las víctimas. Huele raro.

Otra cosa es que todo lo que huele raro sea mierda, porque eso nos convertiría en investigadores conspiranoicos del 11-M. Es cierto que Suecia -incluso antes de Stieg Larsson- tiene un amplio historial de abusos contra mujeres y de persecución implacable de esos abusos. No tengo ni idea de si Assange es culpable o no. Me limitaré a esperar. Lo fácil es rasgarse las vestiduras y pensar en Condoleeza Rice manejando las marionetas con peluca de la justicia británica en un burdo intento de silenciar a Assange. Es lo que le pide el cuerpo a mucha gente. O decir cosas como "qué credibilidad tiene Wikileaks si su creador es un violador", que supongo que aparecerá en muchas columnas estos días.

No, señores. El fenómeno wikileak es una cosa y su creador es otra. De hecho, si el objetivo es silenciar, las formas son realmente ridículas: una página web la puede mantener cualquiera y recordemos que lo que publica Wikileaks no es lo que Assenge sabe porque es muy listo sino lo que Assenge publica por que otros se lo han enviado. Sería como pensar que el inventor de la Wikipedia lo sabe todo sobre todo el mundo y con detenerle ese conocimiento desaparecería.

Entre conspiranoias y ajustes de cuentas, lo mejor será quedarse en el medio de momento. Y seguirle dando vueltas al tema Wikileak, que desde luego tiene patas arriba a los analistas de prensa. Aquí tienen un ejemplo y aquí otro.