Todo empieza el domingo por la noche, perdido por calles sin nombre del Barrio de Carabanchel hasta llegar a la Sala Tarambana, uno de esos reductos del teatro alternativo que combinan bar con exposición de fotos-carteles-dibujos y pequeñas joyas como "En ocasiones veo armarios", de Las Grotesques, es decir, Elena Lombao y Cristina Gallego. Llenamos las tres primeras filas solo, así que todo queda en casa. El guion es ágil y se basa en los recursos de las actrices, todo es un guiño absurdo de complicidad lograda a base de repetición y ensayo-error. A mí me da igual si los actores se lo pasan bien en el escenario o si los futbolistas disfrutan en el campo.
Lo que quiero es que lo parezcan.
Elena y Cristina son de esas pocas actrices que quedan que son naturales incluso en el absurdo, que se ve que manejan no solo el escenario sino la sala entera, control con los ojos de todos los que hay sin necesidad de escandalizar a los burgueses. Odio que se intente escandalizar a los burgueses, ya lo saben. A Cris la conocí hace relativamente poco, en un corto prodigioso llamado "Te quiero" que se empeña en competir con el mío en los pocos festivales a los que nos llaman. Ha hecho más cosas, y me parece increíble que haya llegado a los 31 años sin el reconocimiento que se merece. O a lo mejor el reconocimiento que busca simplemente es este: una entrada de un blog casi clandestino por un chico que parece que sabe de lo que habla.
Y el resto se lo dejamos a Icíar Bollaín y Álex de la Iglesia.
Algo parecido me sucede el lunes por la mañana con Alexandra Jiménez. Por supuesto, Alexandra tuvo reconocimiento de sobra cuando hacía de África en "Los Serrano". Esa clase de reconocimiento de fans y Santa Justa Klan, disculpen que caiga en lo obvio. De repente, la llamaron para "Spanish Movie" y lo bordó. Ahora Cobeaga cuenta con ella en "No controles" y lo borda de nuevo. No es solo que sea guapa, es que tiene una tranquilidad desbordante. Decía Arcadi Espada que a él le gustaban las actrices que entraban en una habitación, decían "buenos días" y te las podías creer. Ya saben que yo me apropio de casi todo lo de Arcadi Espada menos su dinero.
En fin, Alexandra comiéndose a Unax Ugalde y a casi todos los demás -excepto a Julián López, por supuesto- en "No controles", una peli amable, quizá demasiado, pero que te permite salir del cine con una sonrisa en la boca -chúpate esa, Iñárritu-, de buen humor, charlando con Santi de Lucas y luego con Jimina Sabadú e Iván Barredo en un Café y Té de la Glorieta de Bilbao, mientras Tuertito vigila con su ojo y su patata frita. Alexandra, por cierto, cumplirá 30 años en un par de semanas, justo cuando estrenen la película.
De ahí al frío de Tres Cantos, frío de clase particular de inglés en un portal 84 y un 3º E -esta mañana mientras desayunaba y esperaba a otra alumna, salió mi viejo barrio, justo el edificio de López de Hoyos que hacía esquina con mi calle, un nuevo episodio de sucesos- idas y vueltas a una estación de tren desde la que se ve un hotel de lujo con Spa y gimnasio. Creo que me vendría bien un spa, sin duda, o cualquier cosa parecida. La tensión me ha bajado un poco a 13-8. Soy ese tipo de treintañero con problemas de próstata, colesterol y tensión alta.
Soy cualquier cosa menos un treintañero, en definitiva.
En el Malaspina me esperan Fer y Álida, copa de vino en mano. Quiero cuidarme hasta que el hambre me puede. Tosta de salmón ahumado. Hay pocas cosas más ricas que una enorme tosta de salmón ahumado y mañana mi médico que diga lo que quiera. Como si ahora hubiera que creer a los médicos, a estas alturas. Hablamos del pasado. Uno se acostumbra a sentir el amor como algo completamente ajeno y a que no le importe. Se tarda años pero se consigue.
De vuelta a casa, en torno a las 11, justo en Tribunal, aparece una de mis ex, que se alegra mucho de verme. Yo me alegro mucho de verla y decido no dejar de sonreir en ningún momento. Procuro sonreir todo lo que puedo estos días porque solo faltaba que encima estuviera serio. Me mira desde una distancia de 8 años, que es la que hay. Es probable que hoy sea el aniversario de algo. Y si no hoy, mañana o pasado. Intento hablar de todas las cosas que he hecho -all these things that I´ve done- pero solo consigo hablar de todas las cosas que me han pasado, que, en rigor, no es lo mismo.
Ustedes pueden pensar que sí, pero si estuvieran aquí, sabrían que no, que no es lo mismo.