Como siempre, el original está aquí, en Notodo.com, pero por su interés paso a reproducirlo en este blog:
Después del gran éxito de
“Cuando me vaya no se lo diré a nadie” y
“Cosas que hacen BUM”, teníamos una enorme curiosidad por saber hacia dónde tiraría
Kiko Amat en su tercera novela. Lo cierto es que no se ha movido demasiado: jóvenes conflictivos en barrios marginales de Barcelona, un lenguaje propio, coloquial, cómplice con el lector y un montón de onomatopeyas para desespero de los puristas.
“Rompepistas” es un repaso en clave autobiográfica de lo que fueron los últimos 80 para un adolescente amante del punk y completamente perdido, como marca la edad. Un chico que cuando mira alrededor se ve rodeado de Sant Boi por todos lados, hasta el punto de que su única ambición real acaba siendo salir de ahí cuanto antes. El problema es qué hacer mientras. Los conflictos familiares y amorosos se suceden junto a míticas referencias a clásicos de la época como
“La Bola de Cristal”,
Horacio Pinchadiscos,
Jason Donovan…
En ocasiones,
Amat recurre a demasiados tópicos, eso sí. Tópicos en la narración –los problemas de su adolescente conflictivo son propios de una serie de Antena 3: mis padres no se quieren, mi novia no me quiere, mis amigos se meten en problemas, odio la escuela…- y tópicos en el estilo: las mencionadas onomatopeyas, frases que se repiten continuamente, a veces con buen gusto, otras no. Un uso excesivo de las canciones como apoyo. Su mundo de Chungos, Skins, Punkis y Cuellos deportistas del extrarradio barcelonés a veces resulta un poco pueril: mear, vomitar y enseñar el culo. Demasiado poco para su talento.
Amat se emociona tanto con su personaje –trasunto de su propia adolescencia, con lo que eso conlleva- que a su vez pueriliza toda la acción de la novela: pasa de la depresión al entusiasmo sin puntos medios y sus frases brillantes quedan un poco eclipsadas por una pobreza léxica a la que no nos tiene acostumbrados. Pero la adolescencia es lo que tiene: se pega ahí a la piel toda la vida y es imposible analizarla sin sangre, sudor y bilis. Si la nostalgia es lo tuyo y añoras, sobre todas las cosas, tus años más punk, este es tu libro.