Llegamos a Joy pronto, por si acaso. Los episodios Lori Meyers y The Ting-Tings invitan a la sospecha: de hecho, aunque en la entrada avisan de que las puertas se abrirán a las 20,30, resulta que a las 20,15 ya están abiertas y la gente va entrando y aunque conseguimos un buen sitio, no dejamos de estar fuera de la pista de baile, un poco a la izquierda según se mira al escenario, al principio Hache y yo, y luego Hache, Fer Heads y yo.
Esperamos mientras escuchamos a Abraham Boba. Hay algo que me dice que escucha mucho a Vainica Doble. Que todos escuchan a Vainica Doble y componen como ellas y luego le dan un toque "indie". Desde donde estamos y por una vez, el sonido es bueno. No me suele pasar en ese sitio.
El concierto de Boba dura media hora, más o menos. A los cinco minutos sale Nacho. La gente enloquece con ese punto de respeto que rodea al asturiano todo el rato. Presenta "El manifiesto desastre" casi entero y nos regala algunos grandes éxitos: "Miss Carrussel", "Ocho y medio", "Michi Panero", "Nuevos planes, idénticas estrategias" o "Días extraños". Curiosamente, no canta ninguna de las de su disco con Christina, ni siquiera la maravillosa "Me he perdido".
El concierto se acaba convirtiendo en una cosa de tres, como es inevitable: Nacho Vegas, Hache y yo. Probablemente, eso no sea cierto, porque si para mí cada canción de Nacho me recuerda a Hache o tiene algo que ver con Hache, no creo que a Hache le pase lo mismo conmigo y me temo que hay miles de invitados a esa fiesta privada. Pero mis fiestas son siempre así y me voy acostumbrando. Gritamos que el cielo aun tan negro es nuestro cielo, es nuestro, recordamos que volverás cuando estés limpia y yo no te haga falta y gritaré lleno de orgullo mi nombre en la pared y volvemos a asentir con fuerza en las postrimerías: "Cuando digo no es no". Aunque sepamos que no siempre es así.
El mejor momento del concierto, para mí, es "Dry Martini S.A.". A mí, Nacho Vegas me parece un compositor genial y por lo mismo irregular. Un disco entero me cuesta muchísimo, pero podría hacer unos recopilatorios prodigiosos. Hablar de sexo anal en un single es un prodigio y la canción es descomunalmente emotiva a la par que irónica. Muy representativa.
El concierto acaba varias veces. Acaba con Michi Panero, luego acaba con Nacho sólo sobre el escenario y acaba definitivamente con la banda junta tocando una versión intensa de "El Ángel Simón", la primera vez que al menos yo la oigo en directo. Hache dice que hace falta valor para tocar algo así en directo y yo estoy de acuerdo y Fer Heads pide que le grabemos música porque siente que se está perdiendo algo.
Lo cual, en determinados momentos, es inevitable, claro.
Foto sacada del Facebook de Carla Anaya (DJ Karla)