En España se premia la falta de puntería. Mientras no haya puntería, no pasa nada. Esa es la máxima de los dirigentes deportivos a la hora de afrontar las sanciones a los clubes.
Sólo que, al menos, uno podría pedirles que, cuando hubiera puntería, se pusieran un poco serios.
Tampoco. Laissez faire, laissez passer. A un entrenador le tiran una botella con hielo en toda la cabeza y el Comité considera que es una falta grave "atenuada por las medidas cautelares adoptadas". Medidas consistentes en amenazar al presidente contrario, prohibirle la entrada, dejarle bien claro que no podían asegurar su integridad física, colocar bustos en lugares impropios, permitir el acceso de bengalas, de botellas con tapón...
Muy bien, grandes medidas cautelares.
El Ruiz de Lopera estará cerrado tres partidos y los béticos aún protestan. Total, el pájaro aún está vivo. Además de la puntería, en España se valora la eficacia. Se mueve y anda, así que es mejorable. Quizás en cuatro partidos lo intenten. Mientras tanto, el equipo aún puede seguir disputando la Copa. 33 minutos, exactamente.