No hay nada más terrible que las trincheras para el pensamiento. Nada más odioso que eso que llaman "línea editorial" y que corta como lecho de Procusto todo lo que sobre por arriba o por abajo. Los periódicos ganan por sus disidentes. Un periódico lleno de disidentes sería un periódico hermosísimo.
La decisión -pareciera que personal- de Polanco de entregar a Salomé la cabeza de Hermann Tertsch es una desgracia para el periodismo. Permítanme que me ponga así de dramático.
Supongo que Tertsch seguirá el camino de Arcadi Espada y desembocará en "El Mundo". Es una excelente noticia para los lectores de ese periódico, entre los que me incluyo, pero una malísima noticia para la pluralidad y la posibilidad de existencia de periodistas neutrales, o, al menos, no adheridos.
Por ejemplo, yo. Con modestia. Todos nos miramos en espejos alargados.
#14 Lo que hay que leer
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El aburrimiento
El departamento de todo
¿Los libros están acabados?
Padre e hijo…
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