Decir de Mar Muro que es entrañable es quedarse corto. Es ese tipo de persona que dice cosas como "mi oficina es vuestra casa" y resulta que cuando llegas te sirve un par de coca-colas, te presenta a su gato, te sienta en un sofá comodísimo y te empieza a poner cortos uno tras otro, casi sintiéndose culpable si el elegido no está a la altura.
B. y yo, mientras tanto, algo sonrojados, culpables, violentos, incrédulos de tanta amabilidad. Pero Mar es así y uno se acostumbra, y qué decir de Raquel su compañera ideal de trabajo.
El caso es que empezamos por "El tren de la bruja", el multigalardonado cortometraje de Koldo Serra basado en una idea de Nacho Vigalondo y seguimos por "El pollo que se muerde la cola", "El número", "Lo siento, chicos, pero no puedo" y acabamos con uno que no sé cómo se llama pero que tiene como gran atractivo que sale ella.
Cuando la sesión ha acabado hablamos de nosotros. De nuestro corto. A Raquel le gusta pero hay cosas que no entiende. Como estamos entre amigos no quiere ser ofensiva y se limita a criticar el principio porque al fin y al cabo yo también lo he criticado antes, y creo que en eso estamos de acuerdo. Pero le gusta, y eso lo hace constar varias veces, y creo que hacer un primer guión y que le pueda gustar a la gente que sabe ya es algo que merece la pena.
Así que quedamos en buscar ideas, soluciones... y equipos y cámaras, y cuando Mar nos dice que ella sigue siendo actriz y está abierta a propuestas, B. y yo nos miramos, pensando lo mismo, pero sin decirlo en voz alta.
Porque si yo me metí en este corto fue por Mar, en gran parte. Así que sería una cosa preciosa, probablemente no a su altura, pero preciosa...
La fiesta del aguafiestas
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[La Brújula (Opiniones ultramontanas), 3:05]
Buenas noches. Mi aguafiestismo profesional me obliga hoy a la tarea,
ciertamente desagradable, de arremete...
Hace 2 horas