sábado, abril 10, 2010

Entrevistando a Julio Medem


Llega con una bicicleta plegable y la deja en un rinconcito de la librería Ocho y Medio. Saluda al equipo de TCM y el propio equipo de TCM me lo presenta. Julio Medem. Algunos detalles que quizá sería interesante saber sobre mi relación con el cine de Julio Medem: vi "La ardilla roja" con 15 años y me enamoré perdidamente de Emma Suárez. Un personaje de mi novela, de hecho, se llama Jota; vi "Tierra" con 19, y puede ser que me cambiara la vida. Puede que esté exagerando. Me aprendí los diálogos de memoria y me empeñé en ser Carmelo Gómez y seducir a Silke; "Los amantes del círculo polar" me pareció una película preciosa porque yo estaba muy enamorado y necesitaba creer en las casualidades. Tengo un poster de la película encima de mi cama.

Luego vino "Lucía y el sexo" y una serie de películas que no me han entusiasmado, pero sin ese nombre -Lucía- en su título probablemente yo no hubiera tenido novia durante un año y medio.

En fin, cosas que uno no le puede contar sino insinuar. Medem es alto y fuerte. Muy vasco en todo menos en una voz dulce y casi con miedo a molestar. Yo también tengo miedo a molestar así que hacemos una excelente pareja. Yo, además, y me lo repito constantemente, he entrevistado a Robert Rodríguez, con sus dos metros y su acento sureño y su sombrero de cow-boy y esa manera de no mirarte para perdonarte la vida. ¿Cómo me va a intimidar Medem?

Afortunadamente, él también está a otras cosas y sin ningún interés de intimidar a nadie. Es una conversación bonita. Como repasar la propia vida. Una vez me enamoré de una chica una noche -una sola noche, me refiero- porque se sabía los diálogos de Medem. Lo nuestro no fue una "Habitación en Roma" pero con el paso del tiempo y una adecuada gestión del olvido, puede que se parezca.

La noche en que cambió mi vida y esto no es ninguna exageración en absoluto. Simplemente fue así. Podría haber sido de cualquier otra manera, pero fue así. Julio no sabe si llamarlo destino o casualidad. Despliega la bicicleta, se despide y se va.