miércoles, febrero 17, 2010

Reencuentro con Julián López


Hace cuatro años, más o menos, hice un reportaje sobre "La Hora Chanante". Por supuesto, yo entonces no sabía que el programa se iba a acabar y que TVE iba a comprar los derechos. Era un joven periodista fascinado por Joaquín Reyes y los suyos y quería estar ahí. Ya saben mi obsesión por "estar ahí". Compartimos un sketch de Nacho Vigalondo, una grabación de "Smonka", una entrevista en un Alcampo, una mezcla de sonido del Doctor Arce, un día entero en una fundición de Alcobendas y finalmente una fiestaca chanante. Una fiesta de celebración que resultó ser de despedida.

Supongo que en estos años me habré encontrado con Julián de manera más o menos fugaz. Desde luego, en Málaga, con "Pagafantas", pero hasta esta tarde no he podido volver a charlar con él. Me gusta su perfil bajo y su naturalidad. No es todavía tan mediático como Ernesto o Joaquín y tiene un punto de sentido común, educación y cordura que no se ve mucho en este mundo del espectáculo. Cuando le conocí era un chico divertido que se reía con sus amigos pero en realidad quería seguir haciendo música, ahora es un actor hecho y derecho, próximo co-protagonista de "Que se mueran los feos".

Julián es tímido y alocado a la vez. Una especie de Vicentín. Recuerdo cuando le fastidiaba que la gente le parara por la cara para vacilarle con el personaje. No es que le fastidiara, eso es decir mucho, pero no lo llevaba bien. Ahora le paran más y debería sentirse más incómodo, pero lo lleva como puede. No es Hugo Silva. Él ha trabajado con Hugo Silva y sabe lo que significa ser Hugo Silva. No se lo recomendamos a nadie.

En fin, Julián López de promoción junto a Marian y a mí en la cafetería del Hotel de Las Artes, en la Gran Vía, un sitio fashion lleno de Macs y sonidos envolventes. Un verdadero placer volver a encontrarme con él, reírnos juntos y charlar un buen rato. Sabes que estás ante un tío honesto y lo valoras. También sabes que es probable que en cuatro años no le vuelvas a ver, pero que en el fondo da igual, nos seguiremos acordando el uno del otro.