Tengo a Pep Guardiola por el mejor entrenador del mundo. Eso no es un ataque a nadie, simplemente una constatación: lleva tres años en Primera, ha conseguido juntar a uno de los mejores equipos de la historia, ha ganado ocho títulos, va camino de otro triplete y en 160 partidos ha perdido 15. Espectáculo, títulos y resultados, lo que quieran. El mejor ataque y la mejor defensa. Orden y talento. Todo esto con 40 años recién cumplidos, un año de experiencia en Tercera División y de ahí directamente al primer equipo.
Corre el mito de que el Barcelona juega bien porque sus jugadores son muy buenos. Faltaría más, por supuesto que es así. Ahora bien, los jugadores eran casi igual de buenos en 2008, cuando Guardiola cogió el banquillo. En principio, eran mejores: Iniesta, Xavi, Messi, Puyol, Valdés... seguían ahí, pero además esa temporada estaban Henry, Eto´o, Ronaldinho, Deco... Bien, ese equipo quedó cuarto en la liga a unos 20 puntos del Madrid de Schuster, después de tener que pasar el trago del pasillo en el Bernabéu y la posterior goleada 4-1.
Si a alguien le dicen que eso se solucionaba con el lateral derecho del Sevilla, el quinto central del Manchester Utd. y dos jugadores subidos del equipo de Segunda B, se hubiera echado a reír. Incluso, siguiendo una tendencia, muchos especialistas veían en Xavi un problema, un jugador sin físico que sólo podría valer de suplente para unos cuantos minutos. Lean
este artículo de un conocido analista que ahora trabaja en Cope, Marca y La Sexta.
Por supuesto, era un error. Xavi ha pasado con Guardiola a ser el mejor centrocampista del mundo, Iniesta ha dado un salto adelante brutal pese a las lesiones y Messi se ha consolidado como el mejor jugador del mundo. ¿Lo era antes de Guardiola? Lo parecía, pero pegado a la banda y con una incidencia explosiva en el juego. Pep lo ha colocado donde más rinde y daré un nuevo dato, a costa de resultar aburrido. En sus tres primeras temporadas completas en el Barcelona, Messi marcó 41 goles en 101 partidos oficiales, que para ser un adolescente, no está nada mal.
Con Guardiola, el cambio de sistema y su nueva posición en el campo, lleva 125 goles en 137 partidos.
No quiero perderme en estadísticas porque cuanto más te pierdes más acabas diciendo que
Pirlo es mejor que Xavi o que
la herencia de Cruyff es un cáncer para el Barcelona. Quiero centrarme en el juego: cómo juega el Barcelona de Guardiola. Hay talento, por supuesto, pero eso lo había antes, insisto. Fíjense en el orden, en los conceptos, en la variedad de recursos: por la banda o por el centro, en profundidad o en diagonal, toque lento o rápido, corto o largo, recuperación inmediata, ubicación constante del rival y anticipación.
Lo desesperante del Barcelona no es que Messi se chupe a tres y la coloque en el palo contrario mientras tú te chocas mareado con un compañero. Eso es lo que te provoca ganas de irte a casa. Lo peor es lo de antes: la colocación perfecta, el espacio siempre ocupado cuando se debe, la posición variable, la presión en banda, la imposibilidad de jugar al fútbol, lo que te hace un simple observador del rival.
¿Puede perder el Barcelona de Guardiola? Hombre, si puede. De hecho, ha perdido. Contra el Sevilla en Copa y contra el Inter en Champions. Teniendo el doble de oportunidades y de posesión que su rival, pero ha perdido y eso es lo que queda. Sin descomponerse y ganando los dos partidos de vuelta, aunque fuera por un gol menos de lo preciso, pero ganando. Mourinho ya era muy bueno y se hizo un semi-dios cuando consiguió batir a Guardiola. Eso lo dice todo de Pep. La siguiente vez que se vieron le cayeron cinco.
No, no quiero volver a los resultados. Quiero volver a lo que es tarea de un entrenador: hacer jugar al equipo de la mejor manera posible y que ese juego le acerque lo más posible a la victoria sabiendo que esto es un juego y que nadie, nunca, ha ganado siempre. Antes de Guardiola estuvo Rijkaard y antes de Rijkaard estuvieron Van Gaal y Cruyff, por supuesto. No nació sabiendo, si es a lo que se refieren. Pero Guardiola es mucho más que Rijkaard, bastante más que Van Gaal y algo más que Cruyff. Un sistema defensivo inquebrantable -Valdés va por su tercer Zamora en tres años-, un espectáculo constante en ataque y una variedad táctica que deslumbra. Hacer fácil lo difícil y hacerlo con siete canteranos, ocho, nueve...
Algo de eso se lleva entreviendo en el Barcelona desde hace 20 años, de acuerdo, pero solo se ha podido comprobar con Guardiola. Desde el mismo momento que llegó Guardiola hasta el día de hoy. Y recuerden, lo que recogió, era un club en una moción de censura, con la crítica pidiendo a Mourinho y los jugadores desquiciados tras la peor temporada en años.
No sé qué más necesita para ser un "ganador". Algún día se irá del Barcelona y vaya donde vaya, demostrará lo mismo: un obseso del trabajo y de la estética. Esa combinación funciona aquí y en la Juventus.