lunes, febrero 14, 2011

Desmontando tópicos de la gala de los Goya



Algunos comentarios repetidos hasta la saciedad sobre la gala de ayer de los Goya:


- Se hizo eterna y el guion era muy malo

Estoy de acuerdo con lo primero y no tanto con lo segundo, aunque me temo que será imposible saberlo. Igual el guion era muy bueno sin agradecimientos de diez minutos de por medio. Quiero decir, igual la ceremonia tenía ritmo y los chistes hacían gracia y los números musicales no resultaban tan tediosos, pero para cuando llegaban el espectador ya estaba en las últimas: cada premiado parecía tener una lista de cosas interesantísimas y decisivas que decir sobre el cine español, la industria, las posibilidades de Internet, dónde le gusta más ver una película, gracias mamá, gracias papá, y ahora doy paso a mi compañero...

Obviamente, eso en los Oscars sería imposible: al minuto ya está la orquesta sonando, un señor muy amable echándote del escenario y además creo que no tienen esta necesidad de exponer sus teorías sobre su profesión y el mundo como si estuvieran en el psicoanalista cada vez que están en público. Hubo excepciones honrosas y algunas un poco chocantes: los dos niños premiados por "Pà negre" apenas se manejaban en castellano y no pudieron pasar de las tres o cuatro frases, algunas sin demasido sentido. Sí, los nervios, son niños, y es normal que el castellano no sea su primera lengua, pero supongo que será tema de discusión en Intereconomía toda la semana.

Volviendo al guion: el sketch inicial de Buenafuente fue glorioso, de lo mejor que he visto en tiempo, y algunas de sus intervenciones merecían la pena. El problema, ya lo he dicho, es que llegó un momento en el que ni me acordaba de quién presentaba, ni de dónde había dejado la anterior broma, ni de qué premios habían dado o cuáles quedaban por dar. Cuando Nora Navas recibió el premio a mejor actriz y empezó su discurso con un "Qué sueño" que venía a decir "esto es un sueño", creo que todos asentimos y bostezamos.

- El discurso de Álex de la Iglesia fue valiente y glorioso

Estoy de acuerdo con varias de las cosas que dijo Álex de la Iglesia, sobre todo con la principal: Internet es el medio de distribución del presente y el futuro. Nos guste o no. Mariscal prefiere ver las películas en una sala de cine y con sonido surround y yo también, y nadie quiere que se dejen de hacer películas pensando en la pantalla grande y los altavoces envolventes, pero efectivamente buena parte del público potencial está en Internet y lo que quiere es ponerse a ver "Pà Negre" nada más acabar la gala desde su ordenador sin necesidad de esperar al día siguiente, ver en qué cine la ponen, decidir si le merece la pena hacer el viaje o no...

Las películas deberían distribuirse de manera legal por Internet con plataformas estilo Filmin que incluyan prácticamente todos los títulos a un precio razonable.

Otra cosa es que esto quedara claro en el discurso. A mí me pareció que no. De entrada, habló de "Internet" y de "internautas" cuando esas cosas no existen como tales. Internet es un medio, sin más, que se puede utilizar en un sentido o en otro y cuya definición depende exclusivamente del uso. Internautas, Álex, somos todos. Los hay ladrones y los hay muy buenos, los hay que les gusta el cine, que no, etc. Hablar de "los internautas" como una especie distinta de ser humano puede llevar a engaño porque invita a pensar que se refiere a "los internautas que han protestado contra el cierre de las páginas de descarga ilegal y que están ahí fuera con sus máscaras".

Si lo que quería decir Álex de la Iglesia es que está a favor de que cierren las páginas de descarga ilegal a cambio de que se creen nuevas plataformas accesibles de descarga legal bajo demanda podría haberlo dicho así. Si lo que quería decir es que está a favor de que los contenidos artísticos de cualquier tipo estén a disposición de cualquiera en Internet aunque sea sin beneficio de los propietarios de los derechos y con el correspondiente lucro de terceros que piratean la película, la canción o el libro y los cuelgan en su página, porque de esa manera se llega a más gente, también podría haberlo dicho.

Se quedó en el medio y se entendió poco o nada. Tan poco, que cada uno está convencido de haber entendido una cosa distinta, lo peor en un discurso institucional. Frases como "una película no es tal hasta que no la ve alguien" suenan muy bien pero no se entienden y en cualquier caso no hay manera de encuadrarlas en un marco legal. Y a nadie se le escapa que estaba hablando del marco legal, no seamos ingenuos.

Por cierto, lo he comentado de pasada: era un discurso institucional. Creo, sinceramente, que antes de hablar en plural sobre determinadas cosas debería asegurarse de que ese plural existe y no es solo su propia convicción sacada de sus propias reuniones con los "internautas" que él mismo ha elegido y que han motivado su decisión de dimitir. Mucho pedir, supongo. Si cada premiado, ya he dicho, se sentía con libertad de explicar lo que debía ser el presente y futuro del cine español, así sin más, ¿cómo negárselo al presidente?

- La gala fue un triunfo del catalán

Hace tiempo que vengo diciendo que el mejor cine de España se hace en Cataluña. Posiblemente el mejor cine de Europa. Hay medios, hay formación artística, técnica, ganas, productoras, imaginación, talento... y bastante dinero. Si ruedas en catalán, claro, pero esa es otra historia. Si todo eso es posible, indudablemente, es por el empeño de artistas y técnicos, la apuesta de determinados emprendedores... y unas subvenciones públicas de órdago. Subvenciones públicas de la Generalitat que obviamente están respaldadas por el estado español.


El discurso final de la productora de "Pà negre" me disgustó profundamente. Agradeció a la Academia haber premiado a una película en catalán, dando por hecho un prejuicio victimista que se demostró que no era tal. Dijo que el mundo del cine se había adelantado en esto a la sociedad cuando, insisto, el dinero de esas películas es tan público y estatal como el que se hace en Badajoz y obvió una parte importante y a la vez decisiva: resulta complicado pensar que la película más premiada de los Premios Gaudí sea una película en castellano, por muy catalana que sea su producción.

Hablando de memoria, diría que la única película que no está rodada en catalán y ha tenido algún éxito significativo en los Gaudí durante estos tres años ha sido "Vicky, Cristina, Barcelona", rodada en inglés por Woody Allen.

La pose de víctima perseguida que por fin encuentra su reconocimiento me pareció innecesaria: el cine catalán -en la lengua que sea- se defiende por sí mismo y tiene un amplísimo reconocimiento en crítica y público por todo el país. Para mí, la mejor película de 2009 fue "Tres dies amb la familia", de Mar Coll y la mejor película de 2010 fue "Herois", de Pau Freixa, por cierto, gran perdedora de los Gaudí y que no consiguió NI UNA nominación a los Goya. La mejor manera de dar naturalidad a las cosas es precisamente no generalizar: la ceremonia de ayer fue el triunfo de una muy buena película, sus técnicos, sus artistas, sus productores, etc. Atribuirle la gloria a un idioma o a una idea política es una manera de quitársela a ellos.