martes, febrero 19, 2008

Rajoy y los "titiriteros"

Se ha puesto de moda la palabra "titiriteros" para definir a los artistas que apoyan a Zapatero en las próximas elecciones. Se ha puesto de moda entre los medios afines al PP, por supuesto. Por ejemplo, en mi antiguo periódico, el término aparece tres veces en distintos artículos de portada. No sé si es la palabra correcta, en cualquier caso, pues si lo que insinúan es que están al servicio del PSOE, que los envía como perro de presa contra la derecha, en ese caso, la palabra "títere" sería más apropiada, creo yo.

Que conste que la campaña de determinados colectivos de artistas contra el PP y a favor del PSOE me parece grotesca. Lo de las cejas, por ejemplo. Si todo lo que se puede decir de un presidente después de cuatro años de Gobierno es "mira qué cejas tiene el tío", mal andamos. Supongo que no es lo que piensan esos artistas, pero como mensaje, mucho calado no tiene.

Sus continuos insultos y desprecios a los votantes del PP, además, me resultan un escándalo. Hay que admitir que hay gente que no piensa como tú y eso no les convierte en apestados. Por supuesto, se les puede rebatir, convencer, ignorar... todo lo que uno quiera, pero la virulencia de los ataques resulta exagerada. A mí, al menos, me resulta exagerada.

Por su parte, la respuesta de Rajoy fue ridícula. "Yo defiendo a los artistas que se levantan a las siete de la mañana para trabajar(...) Pero no estoy con los artistas que apoyan a Zapatero para que les garantice el cobro de un canon digital que pagamos todos y luego insultan a la mayoría de los españoles." Señor Rajoy, sobre el canon se puede hablar y hablar y hablar, pero si hay alguien que no necesita del canon digital para vivir son precisamente los artistas que forman la plataforma PAZ (vaya nombre, por dios). Ni Víctor Manuel, ni Ana Belén, ni Joaquín Sabina, ni Miguel Bosé... Ninguno de ellos, desde luego.

Estos señores se ganan la vida con su trabajo, como todos los demás. O se lo han ganado en su momento y ahora pueden vivir de las rentas. No es un escándalo. No debería serlo para un liberal, desde luego. No sé si lo hacen a las siete de la mañana o a las once de la noche. No me interesa. Acusarles a ellos de vagos y maleantes es absurdo e innecesario. La vieja conciencia de que el trabajo intelectual y creativo no es trabajo. La manía de confundir churras con merinas. Demagogia pura y dura.

Como lo de la ceja, por otro lado, si se quiere, pero demagogia.