Claramente, podría ser peor. Podría ser Italia.
Pongo la RAI por satélite a las 3 de la tarde esperando sondeos, análisis, entrevistas... y encuentro a una chica guapísima en un programa que se parece mucho a "A tu lado" con un tono casposo que recuerda a "Cine de barrio". Debería de haberlo imaginado. Los resultados, además, no parecen buenos para el Gobierno, así que...
La chica guapa y sus invitados -algunos verdaderamente insólitos- sonríen, se van sentando en sillones y dan paso a interesantes vídeos sobre parejas que llevan juntas 60 años, sobre amores a pesar de la distancia o la enfermedad, sobre la vida en el campo comparada con la ciudad... En un momento dado, cortan a un plató de informativos y dan el resultado de lo que en italiano llaman también "exit polls" y que resultan estar tan bien hechas como las "exit polls" americanas: triunfo cómodo, casi aplastante de la Unione.
Conectan con la sede de la DS. Aún no han aparecido los responsables de prensa. "Tenemos que cortar", afirma el presentador a los cinco minutos de haber empezado el informativo. Vuelve el programa de la chica guapa, que acaba a la media hora, dando paso a otro programa presentado por una chica guapa -otra chica guapa- y que se parece a "Gente".
Empiezo a entender por qué en Italia es obligatorio votar.
Me desentiendo de las elecciones, doy a Prodi por ganador y cuando vuelvo -más bien tarde- resulta que la cosa está en empate técnico. En la RAI no están dando ningún programa de José Luis Moreno sino que están en el debate político. Por llamarlo de alguna manera. La mitad del país ha votado a uno, la otra mitad ha votado al otro. La duda está ahora mismo en saber qué mitad es ligeramente más numerosa.
En el plató, las cosas no están tan divididas: cinco tertulianos sostienen a la Unione, tres apoyan descaradamente a la Casa della Libertà. Es imposible entender nada: se interrumpen, se gritan, se acusan, se insultan...
El presentador sonríe. Prodi confirma su victoria. Berlusconi no la reconoce. Queda el Senado, dicen en la CDL. Decidirá el voto de los italianos en el extranjero. Me parece muy normal que haya muchos italianos en el extranjero y, visto lo visto, también es lógico que sean ellos los que decidan.
En la mañana del martes, la ventaja de la CDL es de un solo escaño. A las once, las previsiones ya dan un Senado de centro-izquierda. A las doce, Prodi vuelve a anunciar su victoria. En la RAI consiguen tener a ocho tíos que hablan a la vez. El presentador -otro presentador- sonríe. "Se nos ha acabado el tiempo", dice, antes de que se sepan los resultados finales.
Pasan a un programa de cocina. Servicio público, lo llaman.
La fiesta del aguafiestas
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[La Brújula (Opiniones ultramontanas)]
Buenas noches. Mi aguafiestismo profesional me obliga hoy a la tarea,
ciertamente desagradable, de arremeter cont...
Hace 23 minutos