Pero dejemos de hablar en términos generales, porque los términos generales no son los que construyen una vida. Una vida -una adolescencia, que viene a ser lo mismo- se construye por pequeños pedazos concretos, muy concretos, sensaciones y lugares, momentos que se distinguen de los demás por ninguna razón más que por que eran distintos.
Así que ya está bien de apelar a Nirvana como un absoluto y bajemos a los detalles. Los detalles del día a día en el instituto, de las cintas que iban pasando de mano en mano. "¿Tienes el Bleach?" "¿Tienes el Incesticide?" Mi primera copia del Unplugged, pirata por supuesto, me llegó cuando Kurt Cobain aún estaba vivo. Jorge me pasó toda su discografía justo un día antes de que encontraran el cadáver.
Lo diferente: vayamos a lo diferente. Porque sí, mi pasión siempre ha sido ser diferente y con todo no llegar a ser nunca demasiado friki. Que nadie me robara la merienda en los recreos. Lo que te hace diferente es lo que crees que sólo está hecho para ti, esa canción o esa estrofa que sólo tú entiendes (adolescencia) y que habla sobre lo que tú estás pensando y no consigues expresar. O no en verso. Ni en inglés.
Y sería absurdo recurrir en ese caso a "Smells like teen spirit", "In bloom" o incluso "Rape me" -quizás, un poco, a "Heart-Shaped Box" (she eyes me like a Pisces when I am weak)-. Mejor hablar aquí de las canciones cara B, por así decirlo. De "Love buzz" y ese zumbido que se mezcla con el punteo de la guitarra eléctrica. De "Aneurysm" y sus infinitos cambios de ritmo y, especialmente, de una canción que nunca llegó a salir en ningún disco, que era como una pieza de museo que alguien -no recuerdo quién, cualquiera de nosotros- había rescatado del programa de Paco Pérez Bryan, aquel mítico "De 4, 3" que echaban los sábados y los domingos por la tarde.
Ni siquiera nos poníamos de acuerdo en cómo se llamaba la canción... "Versus chorus versus", "chorus versus chorus"... Al final lo dejamos en "Verse chorus verse" porque lo vimos en alguna parte. Era una colaboración para un álbum conjunto y era la canción que yo le dedicaba a la chica de los ojos verdes cuando le daba por enamorarse de otros -una fea costumbre, como cualquier otra- "And if you save yourself, you will think you´re happy, he´ll keep you in a jar and you´ll think you´re happy, he´ll give you breathing holes and you´ll think you´re happy...".
Años después, descubrimos que, en realidad, la canción se llamaba "Sappy" y que la del nombre incierto no era sino esta. Un continuo oír campanas sin saber dónde.
Y, en fin, esa canción sin que importara el nombre, ese programa, esa edad. Esa chica, por supuesto. Y nada de posters de suicidas con ojos tristes y frases memorables. Nosotros. Fuera eso lo que fuera. A continuación...
El Estado es un sensor
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*por Yaiza Santos*
Enumeró, en contra de su costumbre, lo que hasta ese momento había
declarado el señor Víctor de Aldama ante el juez. Por ejemplo los p...
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