lunes, abril 07, 2008

Hotel Gurú


Por diversos motivos que no vienen a cuento, no pude ver a Hotel Gurú en su reciente mini-gira madrileña por el café de La Palma y la sala Susan. Sin embargo, sí pude hacerme con una copia de su primer disco, que no lleva nombre, y que es una auténtica delicia.

Hotel Gurú es una de esas bandas que suenan innovadoras a base de hacer todo lo que se ha hecho antes, pero hacerlo bien. Suenan a Marlango, pero sobre todo a Christina Rosenvinge. Prueban con el tiempo lento y el rápido. Hacen incursiones en el pop-rock y bordean la frontera sureña de la música folk-country americana, estilo Johnny Cash.

El principio del disco, las canciones enlazadas "Wonderland" y "Suburban Princess", que se pueden escuchar en su MySpace, es absolutamente delicioso. Altísima calidad. El novelista y articulista Francesc Miralles se destapa como un fantástico compositor -es el autor de todas las canciones del disco, con la colaboración puntual de Manuel Cerdò-. Un compositor con altibajos, por supuesto, pero con un proyecto excelente por delante.

El disco tiene once canciones, dura apenas 39 minutos y los errores -que los hay- se compensan con aciertos e intuiciones notables. Sobre todo eso, intuiciones. Hay en este primer disco el germen de lo que serán grandes discos en el futuro si Francesc persevera y se sigue rodeando de excelentes compañeros: Jordi Lligadas como productor y mano derecha, la fotógrafa Noemí Conesa en la voz y Jordi Tamayo como colaborador ocasional.

Y es que Noemí es una gran cantante. Es justo decirlo. Algunos pensarán que lo digo porque la conozco. Eso es una gran tontería, porque lo mismo podría decir que es una pésima cantante porque la conozco. Conocerse no sólo genera ventajas. Da un estilo muy definido a la música de Miralles y está perfectamente equilibrada y contenida durante toda la grabación, según le pidiera cada canción.

El primer disco de Hotel Gurú no es una maravilla. No es "Continental 62" de Christina Rosenvinge, y perdonen que insista en la comparación. Pero es el anuncio de posibles discos maravillosos y eso es como para estar de enhorabuena. Desconozco cómo les irá en el futuro. La aventura tiene algo de capricho de un hombre con demasiado talento para dedicarlo a una sola cosa. El capricho, por definición, es inconstante.

De momento, tienen esto y esto no es poco. Si pueden, vayan a verles tocar. Si lo encuentran, compren el disco. Mientras, asalten Internet: Youtube y MySpace, como siempre. Y fíense de mí, de verdad. No tengo absolutamente ninguna necesidad de hacer esto.