Hora indeterminada de la mañana. La cama parece que va a darse la vuelta, literalmente. Oigo como una especie de martillazo enorme en el piso de al lado -recuerdo de las obras de entre semana- y de repente todo vibra. Sorprendentemente, no se cae ni un libro de las estanterías, pero me sorprendo despierto y agarrándome a la cama volátil.
Un terremoto, pienso como si nada y sigo durmiendo. Hace tiempo que he impedido que la realidad me sorprenda.
«Más que una pregunta, tengo un eructo», confiesa una periodista
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Momentos de incomodidad se vivieron ayer por la tarde en la librería Alibri
de Barcelona durante el turno de preguntas de la presentación de un libro.
Cuan...
Hace 13 horas