jueves, agosto 16, 2007

El último magnate


Encontré por fin la famosa cita de Scott Fitzgerald, "las vidas americanas no tienen segundo acto". Está en las notas previas -situadas al final en la edición de Bruguera- de su novela "El último magnate", la que no llegó a terminar porque la muerte le sorprendió a mitad de proceso.

No sé exactamente lo que quiere decir, es una de esas frases tan Scott Fitzgerald que sugieren mucho más de lo que explican. Supongo que tiene que ver con el hecho de que los americanos -estadounidenses- depositen toda su energía en un solo proyecto y tengan dificultades para reponerse de un fracaso. No tienen el aguante británico ni la pose francesa para pasar por eso. Su solución: tirarse de lo alto de Wall Street.

Por cierto, me gusta que "El último magnate" esté inacabada. Creo que es una obra que gana mucho así, porque todo lo bueno -al menos en mi opinión- ya está ahí y lo que tenía que venir, según los resúmenes, previos y diagramas al respecto, complicaban la acción tremendamente. Fitzgerald es ante todo y sobre todo un pintor de sensaciones y escenarios. Lo es en Gastby, lo es aún más en Tender y desde luego lo es en las mejores páginas de su último libro, las que tienen que ver con la historia de amor entre el protagonista y la chica desconocida.

Pareciera que Scottie sólo se encuentra a gusto cuando piensa en Zelda. El resto son sugerencias y vínculos a veces dudosos, como traído por los pelos. Pero luego está el estilo, claro, y el estilo lo es todo. Generación perdida, no lo olviden.