"Los alrededores están rodeados de periodistas a la espera de noticias" dice la voz en off mientras van parando distintos coches y los ocupantes bajan la ventanilla para lanzar eufemismos. El mayor de ellos, el de la propia voz en off: "a la espera de noticias".
Y es que no están esperando "noticias", están esperando "la noticia": que se muera de una vez. Eso es todo. Un montón de buitres graznando alrededor del cuerpo decrépito de la famosa. Las noticias que salen en teletipos: "Empeora", ""Pierde la conciencia", "Sufre comas hepáticos"... un deleite morboso en la cercanía de la muerte.
Generalmente, la agonía que uno vive desde cerca es la agonía de algún ser querido. Suficientemente querido como para que detalle duela. De esta manera, haciendo pública la agonía ajena, no sólo se deja al desnudo hasta el más mínimo detalle de una moribunda sino que nos podemos deleitar con la imaginación del sufrimiento en cada palabra, cada mirada y cada lágrima de sus familiares y amigos.
Que no somos nosotros.
Cuánto hacen esos familiares por alimentar el morbo y la diferencia entre este circo y la silenciosa muerte de Rocío Dúrcal sería algo para examinar en otro momento pero ya tengo las manos suficientemente manchadas de basura por hoy.
El Estado es un sensor
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*por Yaiza Santos*
Enumeró, en contra de su costumbre, lo que hasta ese momento había
declarado el señor Víctor de Aldama ante el juez. Por ejemplo los p...
Hace 15 horas