Cumplir años es siempre una invitación para el recuento. Ayer echaba una mirada algo compasiva sobre las poesías que publiqué en mi página personal. A veces, pienso que son todas malas. Otras veces, pienso que sólo es mala una de cada dos y eso me llena de alegría y autosatisfacción.
Comida familiar asaltando baúles de la infancia, buscando nuevas historias de Luis Luisote. Sin éxito. Pese a todo, para no dejar la idea del recuento, de cumplir años y de la poesía, no puedo evitar colgar aquí algo que se supone que escribí antes de los cuatro años, en 1981. Mi madre jura que sí, que es mío. La letra es de mi tío Pancho, pero firmada con mi nombre, así que habrá que creerles a los dos. Yo no recuerdo nada (salvo los emotivos elogios virtuales de Nacho Vigalondo y personales de Ernesto Sevilla, fugaz encuentro ayer en la glorieta de Bilbao a unas horas en las que "ayer" lindaba con "hoy").
Dice así:
Cantar el tabaco,
La canción sobre el cigarro
La canción sobre el agua.
Adiós, Paloma
que te siento decir
Paloma es guapa
La cortina es para la ventana
La radio de la guitarra
El cigarro con el teléfono
Quiero que venga,
no la quiero nada
La quiero
El abrigo sobre el cenicero
Adiós, Paloma
Y yo me quedo con Pancho
P.S. Y después de todo esto hay gente que me pregunta por qué voy a una psicóloga
El Estado es un sensor
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*por Yaiza Santos*
Enumeró, en contra de su costumbre, lo que hasta ese momento había
declarado el señor Víctor de Aldama ante el juez. Por ejemplo los p...
Hace 15 horas