Escribo desde el Auditorio de Medina del Campo, en un pequeño sótano, cortesía de la organización y, en concreto, de Eduardo y Emiliano. Ayer, en un momento indeterminado entre la conversación con el último nominado español al Óscar y la próxima ganadora del Goya a actriz revelación perdí las gafas.
No es una gran noticia, sobre todo en día de pases de cortos.
El Festival de Medina es uno de los grandes festivales de este país. Probablemente, usted no lo sepa. De hecho, yo no lo sabía hasta que no he llegado aquí. Es grande en cuanto a calidad de programación y trato con los invitados. Es grande porque aúna música, largometraje, cortometraje, vídeo digital...
Es grande porque las copas salen a 3,5 euros y las hamburguesas a menos de dos.
Un buen sitio para pasar la primavera.
El Estado es un sensor
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*por Yaiza Santos*
Enumeró, en contra de su costumbre, lo que hasta ese momento había
declarado el señor Víctor de Aldama ante el juez. Por ejemplo los p...
Hace 3 horas