martes, enero 14, 2014
Ignacio González y Pedrojota, marca España
El presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid entra furioso en antena. Puede que haya estado escuchando el programa o puede que no, porque también ha entrado furioso en Onda Cero, pero el caso es que ha mandado llamar y por supuesto las líneas están abiertas para él, don Ignacio, siempre que usted quiera. El motivo de su furia es una noticia de El Mundo en la que se vincula la empresa que actúa como testaferro de su ático en Marbella -no es en Marbella, se empeña en aclarar González, aunque es entre Torremolinos y Marbella, en una zona de lujo, en torno a 400 metros cuadrados de vivienda- con el caso Gurtel.
No es cualquier cosa, por mucho que nos acostumbremos.
Las versiones de González han variado tanto que uno ya se acaba perdiendo: la primera fue que el piso no era suyo, que solo lo alquilaba, luego resultó ser de su mujer, que lo habría comprado con una herencia familiar, luego aparecieron documentos confusos de compañías que se lo habrían vendido a él directamente y lo habrían puesto a otro nombre y todo al final se ha zanjado con un "si nos lo han vendido tan barato, el problema será de quien lo vende, no mío", que no sé muy bien lo que quiere decir, pero lo supongo.
En cualquier caso, eso que lo investigue Inda, yo voy a la llamada, a González arremetiendo como si fuera Jesús Gil y la COPE fuera "Salsa Rosa", gritando y sin dejar hablar a nadie, repitiendo que es todo mentira, que es una conspiración, que Pedrojota y El Mundo son basura, que quieren moverle la silla... y el propio Pedrojota, confuso, sin saber qué decir porque, o no sabe del tema de primera mano o desde luego no sabe explicarse, probablemente lo primero, de ahí que recurra a un constante "si lo dice Inda..." que suena pobre como justificación.
Puede también que no quiera meterse en líos, que Aguirre le haya dicho que no se meta en líos con eso. En un momento dado, cuando por enésima vez intenta explicarse sin conseguirlo porque tiene pinta de que todo esto le supera y porque González no deja de gritar, Pedrojota suelta en antena: "¿Pero se ha creído usted que esto es como la Asamblea de Madrid, que todo consiste en gritarse y así no dejar hablar al otro?", que es algo insólito, porque lo normal sería que el político achacase eso al periodista, que le dijera, en una discusión razonada, "¿Pero usted se ha creído que está en la redacción de su periódico pegando voces y dando órdenes?". Solo que no, algunos políticos han conseguido que una tertulia de la radio sea una reunión de la Real Academia comparada con un congreso de diputados.
La cosa no acaba ahí, porque obviamente lo más grave, y se ha hablado poco de ello, es lo que dice después González, al que se le ve muy envalentonado porque el director de El Mundo no da explicaciones precisas -las dará, de nuevo vía Inda, al día siguiente, demostrando que González o miente o no sabe muy bien de lo que habla o él tampoco sabe explicarse- le dice, con sorna, con esa sorna del "te he pillado, ¿eh?" que todo lo está publicando porque alguien le ha prometido algo. Dice textualmente: "¿A que a usted alguien le ha prometido algo y no se lo está dando, don Pedro?" y don Pedro reacciona indignado, algo así como el capitán Renault cuando descubre que en el local de Rick se juega.
La acusación, o la insinuación más bien, implica lo siguiente: que el segundo periódico en tirada del país publica noticias falsas a sabiendas para conseguir un beneficio, del tipo que sea; que el presidente de la Comunidad de Madrid lo sabe pero se lo calla, guardándose la información, como se ve, para una amenaza pública, y esa apostilla "Pues no se lo va a dar", con la que acaba la argumentación, hace pensar que dicho presidente tiene poder suficiente y contactos suficientes como para revertir esos beneficios a su favor o al menos para evitar que lleguen a manos de Pedrojota.
Y, en serio, no eran Jesús Gil y Julián Muñoz en "Salsa Rosa", eran el director de El Mundo y el presidente no electo de la Comunidad Autónoma de Madrid en el programa de análisis político de la mañana de COPE.
¿Saben lo peor de todo esto, lo realmente desolador? Que un periódico acusa a un muy importante político de ser un corrupto, éste entra como un elefante en una cacharrería para amenazar y decir que más tramposo es el otro... y el país sigue igual. Nadie dice nada. Algún tuit, algún muro de Facebook, pero nada. Esa es la verdadera Marca España, aquella en la que todos saben quién hace algo y por qué lo hace y se lo calla a ver si se lo ofrecen a él y todo sigue empantanado de mierda: mierda política, mierda periodística y mierda social.
Eso hasta que nos toquen los parkings públicos, claro. Entonces, ya saben, a las barricadas.