Desayunamos en el Dunkin Donuts del metro de Universitat. Un descafeinado de sobre y dos donuts clásicos. Nos lo tomamos con calma, pero aún así Dani llega tarde. Nos abrazamos, nos besamos, metemos las maletas en el vagón y las sacamos dos estaciones después, en Tetuán. La noche anterior estuvimos cenando en una pizzería de L´ Hospitalet y bebiendo Jack Daniels en un bar especializado.
Comentamos, repasamos, reímos. Reír es bueno. Yo les cuento, ellos se sorprenden. No lo entienden y yo no pretendo que lo entiendan, así que perfecto. Llegamos a casa de Xavi, que nos espera en el coche. Xavi me abraza y tampoco entiende, pero no le da más importancia, y de todas maneras, sigo siendo su ídolo, o eso quiere hacerme creer y está bien.
Parecemos unos gamberros adolescentes, más que unos artistas. Puede que en el fondo seamos mejores gamberros adolescentes que artistas, en definitiva. Es el último día de grabación, el de mezclas. La primera canción es "Miss Utopía", la versión de 2008, interpretada por Pablo y Dani a partes iguales. Una versión muy rockera, con muchas guitarras y un aire "grunge" inconfundible.
Entramos y salimos. Fumamos. Hacemos el ganso. Nos hacemos fotos y vídeos haciendo el ganso. Xavi está muy serio, a su trabajo, y de repente suelta un chiste imposible o pone la canción al revés para que parezca una invocación islámica o juega a pitufar la voz de Pablo y cogemos la revista "Escenarios"y diseccionamos a todos los que salen porque eso, más que una revista, parece una novela sobre la decadencia.
O un libro de relatos.
La segunda canción es "Desmejorado". No había prestado especial atención a esa canción hasta ahora. Es muy buena. Muy, muy buena. Muy radiofórmula. Dani y yo hacemos versiones sobre las letras -estamos todo el rato haciendo eso- y seguimos escuchando: "Si te veo caer", "Orgasmo universal", "El vuelo de tu falda"... Pablo quiere que suene rockero y suena rockero. "No me gusta lo de cantautor, hace que le caigas mal a la gente".
Tiene razón, a mí el concepto "cantautor" tampoco me gusta, y me alegro de que la cosa vaya por otros derroteros.
Comemos. En un bar de Badalona, al lado del Palau. Llegamos tarde y nos sirven, pero con quejas. Arroz a la cubana y bistec a la plancha. Somos terriblemente chabacanos. Luego nos sentamos frente a la libreta o el ordenador y le cantamos al amor y a la tristeza, pero lo cierto es que somos terriblemente chabacanos, y Xavi nos escucha, sonríe, paga, nos vuelve a vacilar, a su manera, y acabamos con "Cosas que no se me dan bien".
Sobre esa canción hay varias opiniones. Está la de Pablo, a quien no le convence. "Me gusta, pero me gustan más otras" y la del resto de la humanidad, que nos encanta. No es un single al estilo "Desmejorado" -"y de abogado..."- pero es un temazo con mayúsculas. Y eso que no tiendo a la exageración. El domingo estuvimos cantándola en el post-concierto y todo. Cuando acaban las seis canciones, las ordenamos, ajustamos pequeños detalles y cada uno se va de ahí con su versión de la maqueta.
Seis canciones en Barcelona, a las que habrá que sumarle otras cinco en Madrid, con Álvaro Fraile.
Pablo está exultante. Dani, también. Ha hecho un trabajo excelente, en la producción y en las guitarras. Además, su disco ya suena en las radios. La versión catalana de "La ley del último trago". Vamos a su casa y escuchamos de nuevo la maqueta. A Esther le encanta. A mí me encanta Esther, me parece adorable. Tomamos una cerveza y me acercan al aeropuerto.
No sé si quiero irme o no. Tengo que irme, eso está claro, pero no sé si quiero. Me gustaría estar en Muntaner o en L´Oncle Jack. En L´Astrolabi, escuchando a Nelson o en el Hostal Benidorm con sus picores sospechosos. Pero tengo que irme, insisto. Con retraso, como es habitual. Con un poco de miedo, también. Y con Bolaño, claro, que me acompaña a todas las ciudades por si me pierdo.