lunes, agosto 16, 2010

Los mercenarios (The expendables)


Dejemos a un lado la incapacidad del guionista para elaborar tres frases seguidas coherentes para un mismo personaje y el desinterés absoluto en que ninguna subtrama cuadre. "Los mercenarios" es una sucesión de miradas retadoras, "punch lines" ingeniosas, tiroteos y peleas eternas de artes marciales. ¿Me disgusta eso? ¡Al contrario! Eso es exactamente lo que buscaba ver un domingo de agosto por la noche y eso es lo que nos da Stallone en su película.

Es cierto que un poco de sentido común no estaría mal o al menos no desmerecería a la película, también hay algo de publicidad engañosa, porque Schwarzenegger sale un minuto y medio, Willis llega a los dos minutos y no sé si Rourke alcanzará los cinco, siempre con su sonrisa cínica y su farfulleo que estuvieron a punto de darle un Óscar. Otro de los reclamos para el público estadounidense, el ex-luchador de Wrestling, Steve Austin, aparece bastante, pero solo tiene una línea en toda la película "Voy a matar a este tío".

La película es frenética y un sinsentido constante. Uno puede pasar por una escena de masacre de malos con cuatro coches estrellándose, cincuenta tíos muriendo por una granada, dos peleas a puñetazos, cuatro exhibiciones ninja, cinco morterazos salvajes, una persecución en avión... y en realidad no enterarse de nada. Te sientas ahí, te pones a mirar y flipas, ya está. Luego lo piensas y dices "¿exactamente, por qué se está matando esta gente?" y tampoco le ves explicación, pero bueno. El montaje no ayuda: hay veces que, honestamente, no sabes quién está matando a quién.

Tiene el atractivo del mundo americano sin leyes pero con reglas, es decir, tienes un grupo de mercenarios con el que matas a miles de personas en el mundo y la CIA no solo no te persigue sino que te contrata. Hay un gusto por la muerte alarmante en la película, a diferencia de aquellos capítulos light de "El equipo A" de los 80, aquí todo el mundo tiene que morir, es casi una obligación. Sin embargo, como le toques la cara a mi chica, como se te ocurra ponerle la mano encima, ahí la has cagado, tío. Tú y tus ocho amigos, por supuesto. Seré un asesino, pero tengo corazón.

En fin, esto es lo que hay. Esto es lo que se esperaba que hubiera, ningún escándalo. Yo, incluso, la recomendaría, porque luego te la bajas de Internet y no es lo mismo. Especialmente, la versión original por aquello de que se supone que está rodada en una isla de habla hispana -en realidad es Brasil- y el español que hablan los nativos es realmente divertidísimo. Tampoco es que hablen mucho, ya saben, recuerden el primer párrafo. Pasas un buen rato, eso no es tan fácil. Vayan con algún amigo para comentar, se les hará más llevadero.