No voy a entrar a valorar la derrota de España contra Francia en el Mundial de Baloncesto teniendo en cuenta que el partido no fue peor que contra Serbia el año pasado y se acabó ganando el campeonato. Las comparaciones con el fútbol no son del todo justas, porque insisto en que contra Suiza se jugó muy bien y faltó acierto, mientras que ayer no solo faltó acierto sino que el juego fue un desastre. En cualquier caso, si algo nos han enseñado nuestras selecciones en los últimos años es a tener cierta humildad en las valoraciones.
Me centro en Estados Unidos y especialmente en su entrenador, Mike Krzyzewski -no intenten escribir su apellido sin consultar antes con la Wikipedia-. Coach K lleva desde 2006 al frente del proyecto americano, ayudado por Colangelo y asistentes como Nate McMillan o Mike D´Antoni. La experiencia de 2006, en Osaka, fue un desastre absoluto: con un equipo que ya contaba con los James, Anthony, Boozer, Bosh y compañía, Estados Unidos fue eliminado en semifinales por un equipo que se limitó a hacer pick and roll en todas las jugadas sinque nadie diera una solución para contrarrestarlo. Aquello fue un fracaso táctico de proporciones inmensas.
La cosa mejoró en 2008 aunque nunca sabremos cuánto porque la diferencia de calidad entre aquel verdadero Dream Team y los demás equipos era tan grande que la táctica importaba poco. Al menos había compromiso de grupo, eso sí, y cierto compromiso para pasarse el balón. Además, como no podía ser de otra manera, el equipo se llevó el oro olímpico. Con apuros, sí, pero se lo llevó. Tarea cumplida.
El trabajo de estos cuatro años se empieza a ver de verdad en Turquía con este equipo de grandes jugadores pero no figuras. Excepto Kevin Durant, ninguno de los componentes de la plantilla podría definirse como una estrella de la NBA. Quizá Rajon Rondo y se fue. Sin embargo, el juego es arrollador, especialmente en lo que tiene que ver con el trabajo del entrenador: EEUU sabe atacar zona y defensa individual, sabe buscar al tirador, sabe penetrar y doblar, ataca el rebote pero no lo hace a lo loco, comparte el balón de manera que todos acaben con su ración de tiros y puntos y además con sentido es decir no por una cuestión de ego.
Los roles están bien definidos: Rose, Billups, Durant y Odom son los referentes. Los demás salen desde el banquillo y aportan. Como en cualquier equipo. Nada de quedar bien con unos y otros, si alguien se queja, mala suerte. El dominio de Coach K y el denostado McMillan sobre el grupo es total. Si Westbrook toma una mala decisión, se va al banquillo, como pasaría en Duke. La defensa es espectacular. Por supuesto, se basa en el atleticismo, pero no solo eso. Desde aquellos tiempos de 1992 no había visto a un equipo estadounidense defender de esta manera. Recordemos que en 2006, Grecia les ganó superando los 100 puntos en semifinales y que España les metió casi 110 en la final de los Juegos Olímpicos dos años más tarde.
Este año, no. Este año Estados Unidos llega a las ayudas, defiende el uno contra uno, controla la continuación de la jugada, presiona pero sin desestabilizarse y rebotea con contundencia. ¿Durará esto el resto del campeonato? De nuevo, es imposible saberlo, pero al menos Coach K lo está intentando. Tiene un plan, un método, y a los afiionados nos gusta.