sábado, enero 09, 2010

Primer borrador de "La estética del francotirador"


Excusen la rima interna en el titular. Bueno, pues ya está. Acabada. Con epílogo y todo. 36 capítulos, 276 páginas de Word a espacio y medio y un buen montón de personajes e historias con final disparatado.

Esto no es un roman-a-clef.

Esto, desde luego, no es "Historias del Kronen".

Cuanto más lo pienso, más me parece, como el título apunta, un tratado de estética. La estética del perdedor, la estética del soñador, la estética del hombre solitario y perdido. Estética en los escenarios y estética en las listas. Estética que guardar y estética que conseguir. Hay Madrid pero no hay GPS. Hay Toni 2 y Libertad 8. Hay Costello y hay Laidi Pepa´s. ¿Por qué no? A veces, uno tiene miedo a contar historias demasiado cercanas, con demasiados nombres reconocibles, pero las novelas generacionales es lo que tienen.

La generación sin generación. La generación en la que cada uno se busca la vida como puede. Del hágalo usted mismo. Francotiradores apostados tras cualquier esquina, sin nada que esperar, sin aspiraciones. Sólo una oportunidad, sólo una bala. Nada de "cambiaremos el mundo" sino "aquí y ahora". Eso es un francotirador. Olvídense de Dawson Crece y de las mariposas en el estómago. Aquí hablamos de Radiohead, Smashing Pumpkins y Nirvana.

Por supuesto, aún no sé lo que he hecho. Sé que he hecho algo bueno pero no sé hasta qué punto. Las primeras lecturas han sido positivas pero ahora llegan las de verdad: la de la novela completa. Y habrá que ver qué hacemos con los altibajos, con los personajes prescindibles, con las escenas excesivas, con el ritmo sostenido en 36 capítulos.

Yo quería escribir una buena novela. Con estilo, con calidad literaria, con historias, con personajes profundos... pero también quería hablar de Vetusta Morla y Emite Poqito y quería que comieran tostas en el Malaspina y se emborracharan en el Contraclub.

Yo no quería sexo, drogas y rock and roll, pero tampoco quería evitarlo de manera ridícula. Tienen 30 años, van a garitos de madrugada, ¿cómo no hacer ni una sola referencia? Pero no, repito, no es el Kronen. No hay grandes desamores ni grandes sobredosis ni hay un universo amoral dominándolo todo. Moralmente amoral. Hay una confusión espantosa y una tendencia al absurdo. Bastante humor, para lo que yo estilo. Mi sentido del humor, al menos. ¿Saben cuál es el libro que más me gustaría haber escrito? "La conjura de los necios", de John Kennedy Toole.

Pero hasta ahora no ha sido mi estilo.

En fin, habrá retoques, pero ya está. Todo empezó rumbo a Parla hace catorce meses y ahora está a punto de ser imprimido.

Contento.

Mi próxima versión, la soñada versión 2.0 de Guille Ortiz, seguro que es capaz de hacer algo mejor con la siguiente. Pensada ya está. Pero eso será a partir de verano de 2010, como poco. Esa sí que tiene pinta de best-seller. Y esta también, claro, ¿por qué no soñar?