lunes, abril 05, 2010

Proyecciones de "Do not disturb"

Obviamente, aquí he hablado varias veces de mi corto -para eso es mío- pero no he dado muchos detalles. Tenía miedo. Desde aquel rodaje heroico de 28 horas en dos días, con todo el equipo agotado, pasando por ciertas fases del montaje, he tenido miedo de que el producto final no estuviera a la altura del esfuerzo que hicimos todos. No digo a la altura de lo mejor que veo en algunos festivales, sino simplemente a la altura de lo que nos propusimos: algo simple pero ameno, divertido, amable.

Pero ahora sí puedo decir orgulloso que "Do not disturb" es un buen cortometraje. Mi primer corto junto a Pedro Rodrigo y con un equipo de lujo rodeándonos. Nos ha costado bastante, meses de postproducción y arreglos, pero lo que tenemos está bien. Puede que no sea la hostia, pero está bien. Cumple.

Y por eso, en vez de guardarlo en un cajón, vamos a mostrárselo al mundo entero. Apunten los próximos pases del corto, por si se quieren apuntar a alguno:

- Miércoles 7 de abril.-
A partir de las 21.30 en el Café Barbú (metros Ópera y Sol) dentro del Festival de Cortos organizado por Cecilia Gessa.

- Jueves 15 de abril.- Proyección en la XXII Semana de Cine de Medina del Campo.

- Lunes 19 de abril.- Estreno "oficial" en la Sala Costello (C/Caballero de Gracia, Metro Gran Vía)

- Martes 18 de mayo.- Participamos en "Cortos con Eñe", organizado por José Luis Mora, en La Escalera de Jacob (Calle Lavapiés, metros Tirso de Molina y Lavapiés)

Esperemos que no sean los únicos pases, pero la verdad es que a mí me tiene sorprendido todo esto. Veamos cómo sigue la cosa.

domingo, abril 04, 2010

La mierda la Sole



Escuchaba a Alfonso Arús en Cadena Rato, aquella emisora que precedió a Onda Cero durante los 80. El programa se llamaba "Arús con leche" y era muy bruto. Ese humor tan catalán, entre lo ácido y el gusto por el escándalo. Después, a Arús lo fichó Cadena Minuto, antes de su fusión con Radio 80 para constituir M-80. En fin, historias de la radio.

El caso es que a mí me gustaba la tertulia deportiva, con un montón de malos imitadores poniendo las voces de Cruyff, Núñez, Mendoza o Di Stefano. Era la época en la que para ser humorista tenías que imitar. Ahora tienes que saber hacer un monólogo o al menos pronunciar alguna palabra chanante. Algunos valían y otros no. El programa de Arús era relativamente largo, por lo que recuerdo. Empezaba antes de que yo entrara a clase en el Ramiro y acababa a eso de las 10, unas dos o tres horas después.

Una de sus secciones fuertes era la entrevista con Carlos Jesús. Vaya si le dio juego Carlos Jesús a Javier Cárdenas. Un Cárdenas jovencísimo se fue a la mística residencia del "sanador" andaluz y le entrevistó durante días. Apenas hacía falta montaje: toda la información era imprescindible. Desde los platillos de Raticulín a la amenaza de "levantar las piernas" a todos los que se metieran con él hasta el resumen perfecto de los resultados de su sanación: "el paciente se siente chachi pilongui".

Carlos Jesús fue también la estrella de "Al ataque", el remedo televisivo de "Arús con leche" en Antena 3 TV. Arús tenía pelo -o peluquín-, venía de presentar "Vídeos de primera" y se hizo acompañar por Goya Toledo. Tonto no ha sido nunca. El programa empezó fuerte pero acabó decepcionando a los fans de la radio. Los fans de la radio éramos insoportables, por otro lado. Tenían también su tertulia deportiva, su parodia de un famoso cantante canario que, por razones legales, tuvo que adoptar el nombre de Pepe Gáfez y una serie de vídeos muy curiosos como aquel en el que un gitano explicaba algo y era agredido por una cáscara de huevo.

Nosotros, en el instituto, repetíamos como loros lo que nos ponían en la tele. Creo que siguen haciéndolo. Por ejemplo, lo de las picotas. Por ejemplo, "qué pasa, Jazz". Y, por ejemplo, "Sole, mierda, que te meto con el mechero, endever cómo me has puesto". Por no hablar de "pecadorrr" y tal, que ciertamente daría para un post entero, una de esas modas imperecederas.

Por alguna razón, Carlos Jesús y Tristanbraker sonaban mejor en la radio. Resultaban más misteriosos. Por ejemplo, no es lo mismo ver a alguien soplar entre las manos y decir "ahora soy Micael" o "ahora soy Cristofer" que oírlo sin saber qué demonios está haciendo ni qué va a pasar después. El programa duró nueve meses y sin duda fue una referencia para el humor catalán: se cita a Buenafuente como colaborador y tanto Javier Cárdenas como Jorge Salvador fueron pilares del primer "Crónicas Marcianas".

Y así acaba un post en el que, por fin, no se habla de chicas.

sábado, abril 03, 2010

El ataque de los zumbas


Conocí a Dani Diosdado y a Jesús Monroy en el Festival de San Sebastián de 2008. Fueron días mágicos, la verdad, y disculpen el tópico: pasábamos de charla en charla y de fiesta en fiesta junto a Anne Gete, Octavio, Tirma, Mar y un largo etcétera. Era un grupo atípico pero era un buen grupo y nos lo pasamos realmente bien aquel año.

Como director, Dani ya me había llamado mucho la atención con su "Lo siento, chicos, pero no puedo", una divertidísima recreación de un rodaje porno con varios de los mencionados en el párrafo de arriba. Lo que no sabía es que era tan buen actor. Eso lo he descubierto con "El ataque de los zumbas", una delirante serie por Internet que se presenta al público cada primer jueves del mes, sea Semana Santa o no, en el Teatro Arenal de Madrid.

Que el Teatro Arenal esté en la Calle Mayor me parece muy curioso, tenía que decirlo.

En fin, "El ataque de los zumbas" es una versión disparatada de lo que sería un típico ataque de zombies con virus letal contagioso incluido, pero en vez de zombies hay "zumbas", es decir, gente que se va zumbando a los demás de manera obsesiva y exagerada, con rabos enormes y líbidos sin freno, convirtiendo a su vez a cada zumbado en un zumba más. Todo a raíz de una partida defectuosa de pastillas Erecto. A mí la idea me parece muy bruta pero también muy divertida. Como de momento solo hemos visto dos capítulos tampoco quiero entrar en muchos detalles, más que nada porque no sé por dónde va a tirar la cosa.

La protagonista es Eva Redondo. Si ustedes conocieran a Eva Redondo, tanto a la chica como a la actriz -es decir, por poner otro tópico, "detrás y delante de las cámaras"- se caerían de culo. Probablemente, si la conocen, ya lo habrán hecho. Una chica que sabe ser natural sin necesidad de decir "joder" todo el rato y que puede entrar en una habitación, decir "buenos días" y que te lo creas. Junto a Eva y Dani están Jesús Monroy y la guapísima Cecilia Gessa. Para más información sobre reparto y equipo, consulten la página web oficial.

De momento, les dejo con este teaser protagonizado por el inefable Manuel Burque, un actor que puede entrar en una habitación, decir "buenos días" e igual no te lo crees pero te partes de risa.

viernes, abril 02, 2010

Xavi Pascual y Ettore Messina


A mediados de la temporada pasada, Jesús Sánchez, periodista del diario Marca, anunciaba en una de sus pomposas columnas el final de los "entrenadores de perfil bajo" estilo Xavi Pascual o Joan Plaza y la vuelta, por fin, de los técnicos de verdad, los que ganan títulos, los importantes, los Capello del baloncesto. Por supuesto, a Sánchez no le gustaban ni Pascual ni Plaza, dos tipos incapaces de gestionar sus plantillas y claramente superados ante el reto que suponía entrenar a un equipo grande. Tampoco era nada nuevo: Sánchez se ha dedicado a crucificar en el pasado a Pepu Hernández, Aito García Reneses, Sergio Scariolo... y ahora va a por Messina.

El caso es que meses después de ese artículo, Pascual ganaba la Liga con el Barcelona y quedaba automáticamente renovado.

Un mal cálculo lo tiene cualquiera.

El Madrid sí eligió la vía Sánchez y se encomendó a Ettore Messina. No hay mucho que objetar sobre la carrera de Messina, un ganador empedernido en varios equipos y varias ligas. Junto a Messina llegaron Prigioni, Vidal, Hansen, Dasic, Velickovic, Garbajosa, Lavrinovic y Kaukenas. En medio de la temporada y como las cosas no iban demasiado bien, el Madrid decidió fichar a Jaric y Tomic. Diez fichajes, algunos carísimos, para tener que oír una y otra vez aquello de "el Barcelona gana porque tiene mejor plantilla", lo que viene a insinuar que el Madrid tiene mejor entrenador pero...

A mí Pascual me ha desesperado varias veces. Su gestión del equipo en la Final Four del año pasado dejó mucho que desear. Su fe en Lakovic y Basile me desconcierta. Su manejo cronometrado de los minutos de Rubio no sé si ayudan o no a su progresión. Ahora bien, ahí están los datos: este año el Barcelona ha jugado 52 partidos oficiales y ha ganado 47. Es campeón de Copa, está en la Final Four y a punto de batir el record histórico de victorias en una liga regular de la ACB.

La tesis de que todo eso es culpa de su extensa plantilla se desmonta con facilidad. Obviamente, se puede discutir si la plantilla del Barcelona es mejor que la del Madrid o al revés. En cualquier caso, cada entrenador tiene exactamente la plantilla que confeccionó en verano, y las principales diferencias son de gestión. Efectivamente, el banquillo azulgrana es impresionante: Lakovic, Sada, Basile, Grimau, Morris, N´Dong y Trías. Barton, como decimotercer hombre aún lesionado.

Pero, ¿y el Madrid? Estos son sus suplentes -según el partido-: Llull, Bullock, Hansen, Vidal, Lavrinovic, Velickovic y Felipe Reyes. Van den Spiegel de decimotercer hombre lesionado y Dasic, cedido al Gran Canaria. ¿De verdad la diferencia de plantilla es tan grande? Llull es mejor jugador que Lakovic y Sada juntos. Bullock, Hansen y Vidal son mejores individualmente que Basile y Grimau, desde luego. Y el terceto Lavrinovic-Velickovic-Felipe Reyes es sencillamente impresionante. Por encima, sin duda, de Morris-N´Dong-Trias.

Si luego Messina decide prescindir de media plantilla o ir castigándola por turnos o desquiciar a todos con sus cambios, el debate es distinto, es decir, el debate es de gestión. Con Xavi Pascual el Barcelona parece un equipazo. Con Messina, el Madrid parece un equipo menor. El pasado está ahí y el futuro de los blancos, con Tomic, Velickovic y Llull comandando la revolución, tiene una pinta muy buena. El presente, de momento, demuestra una superioridad táctica mucho más allá de la técnica.

Le pese a quien le pese, esta temporada el título a mejor entrenador estará entre Pascual y Plaza, que ha llevado al Cajasol al quinto puesto de la liga. Eso con el permiso de Luis Casimiro, entrenador de Estudiantes. Otro hombre de perfil bajo. Ya se inventará algo Sánchez.

jueves, abril 01, 2010

Where is my mind?



Mi hermano y yo nos sentábamos en casa de mis padres y poníamos el CD de "Surfer Rosa". Lo poníamos una vez y no nos gustaba. Nos volvíamos a sentar, lo volvíamos a poner y seguía sin gustarnos. No pasaba nada. Tenía que ser problema nuestro. Tenían que gustarnos los Pixies, fuera como fuera. La música que nosotros escuchábamos giraba en torno a la influencia de ese grupo y no podía ser que les despreciáramos de esta manera.

Kurt Cobain dijo que compuso "Smells like teen spirit" intentando imitarlos. De ahí la importancia del bajo en toda la discografía posterior de Nirvana, entiendo.

El disco era raro. Empezaba por "Bone machine" y seguía con unas cuantas canciones eléctricas de dos minutos, frenéticas, casi punk que derivaban en el onírico "Where is my mind?" -"I was swimming in the Caribbean, animals were hiding behind the rock"- y seguían después su camino hasta la agresividad incontrolada del "Vamos", siete minutos de bajo y batería y gritos sin sentido de Black Francis: "Ay, puñeta, cabrona, maricona, cabrona!!!"

Acababa de volver de un intercambio en Puerto Rico y esa era su concepción del español.

En fin, mi hermano y yo decidimos darnos un tiempo y probar con otras parejas. Creo que él tiró hacia el Bossanova y yo me sumergí en el Doolittle. Ahí sí me reconocía en casa, más allá de la ñoña y comercial "Here comes your man", lo más parecido a un éxito que tuvieron los Pixies nunca. Camino del Puntal y de vuelta del Puntal, en Santander, acosado por el mar y el mareo, escuchaba la cinta: "Debaser", "Monkey gone to heaven" y sobre todo "Hey". Años más tarde, encontré esta deliciosa versión en vídeo:



Yo le cantaba a la chica, a todas las chicas, aquello de "Uh, said the man to the lady; uh, said the lady to the man she adored", esperando que, efectivamente, yo fuera ese hombre que ellas adoraban aunque ellas no se hubieran dado cuenta todavía.

Los Pixies ya se habían separado y Kurt Cobain había muerto. "Trompe le monde", último disco de la banda, incluía varias canciones sobre abducciones y extraterrestres y un rock nostálgico llamado "U-Mass" y dedicado a la Universidad de Massachussets. Por supuesto, ya eran mi grupo favorito. La educación siempre acaba dando sus frutos. Cotilleé el primer disco de Kim Deal por su cuenta, con las Breeders. "Cannonball" fue, para mí, la mejor canción de 1993. Las Amps me gustaron menos.

Black Francis se cambió de nombre, pasó a llamarse Frank Black y publicó unos cuantos discos brillantes pero desconcertantes. Algo parecido a surf de los 50-60 con tintes muy pop. Versiones de los Beach Boys. Hang on to your ego. Muchos años después se reunieron para hacer dinero y la Chica Estrella del Pop y yo los vimos en el Festimad de 2004. Otra década y otros recuerdos. Estaban gordos, viejos y tenían mucha prisa. Ni hablaron con el público ni hablaron entre ellos.

Pero fue como ver a los Beatles otra vez en Las Ventas o algo parecido. De esas cosas que piensas que jamás te volverán a suceder. Ni siquiera cuando intuías algo, cuando veías que los edificios se derrumbaban ante Edward Norton y Helena Bonham-Carter y sonaba aquella música que tú te aprendiste de memoria casi como una traducción de latín.