sábado, marzo 01, 2014
You need me more when you´re straight
Cuando cumplí 18 o 19 años -no lo recuerdo, sé que fue en Moralzarzal, pero no estoy seguro de si hablamos de 1995 o 1996- me regalaron un EP de Veruca Salt que se llamaba "Blow it out your ass" y que contenía una de mis canciones favoritas de la banda: "Shimmer like a girl". A mí Veruca Salt me encantaban, supongo que porque me llegaron en el mejor momento: el momento Pixie-grungero, las fotos leyendo tarjetas de felicitación con mi camiseta del "Live through this" de Hole, mi adolescencia sentada alrededor de una mesa, mi abuela feliz a sus 76 o 77 años, sentada en una silla blanca en medio de un jardín no limitado por piscinas...
Veruca Salt, casi veinte años después, sonando en el Spotify mientras yo me desgañito en la ducha: "Is this the weekend? Is that your girlfriend? She´s green and innocent, you smoke her like she´s incense". Me pregunto qué piensa mi mujer de mí cuando le pido a gritos en el desayuno "Stay straight for me" y recuerdo aquellos días en los que regalar música tenía sentido porque era algo preciado y no un archivo descargado de una página pirata. Poder regalar música, qué hermoso don nos hemos quitado a nosotros mismos.
"Straight", por lo demás, era una de las canciones que versioneaba el grupo de mi hermano, que pasó por varios nombres, desde "Broken Hymen" -guiño al "Heart Shaped Box" de Nirvana- a Benita Bizarre -guiño a algo,supongo, pero no se me ocurre a qué- pasando por "Frango Lemoes". Era un grupo divertido y cumplía su función de tocar en las fiestas de COU del Ramiro y reunir amigos en los conciertos. Sacaron una maqueta en cinta que aún pulula por casa de mi primo y alguna estantería de Moralzarzal. Estaban realmente bien. Una vez tocaron en Cuéllar, esto debió de ser ya por 1997 o 1998 porque creo que yo estaba con mi novia de los 90 y acabamos en Pajares de Fresno, durmiendo bajo mil mantas en casa de la Chica Langosta.
Noches que se complican.
Aparte de a Veruca Salt, versioneaban a Pavement, en concreto el "Flux = Rad" de Pavement. A ellos les gustaba mucho el grupo pero a mí me gustaba solo el disco en cuestión, el "Wowee Zowee". Me gustaba con locura, de hecho, aunque luego fuéramos a Aqualung a verles tocar con Mercury Rev y me aburriera como una oveja. Me gustaba tanto el disco que se lo puse unas cinco veces seguidas a Javi y a Dani cuando cogimos el coche-cama de Madrid a Coruña, agosto de 1995, primer verano lejos del instituto, visita a T, para acompañarla en días difíciles, antes de que T. fuera precisamente "mi novia de los 90", que aún le tomó más de un año dar el paso.
Fueron días muy divertidos porque Malpica es uno de los sitios más bonitos de España. Alquilamos un piso en el mismo bloque que T. y su familia. Por la mañana, me levantaba el primero y me salía a la terraza a ver el mar mientras leía "La metamorfosis" de Kafka. Yo creo que había cierta pose en todo ello, cierta consciencia de "estoy leyendo La Metamorfosis mientras miro el mar brumoso de Galicia y algún día, dentro de veinte años, podré escribir sobre ello". En realidad, yo por entonces no escribía nada. Mi diario. Al año siguiente, un poco más, pero sin alardes. A mí lo de leer y escribir me llegó más bien tarde y eso hacía que acabara llevándome a Herman Hesse a la playa con dieciocho años, un despropósito de campeonato.
Luego le cogí el gusto, eso sí. El primer relato que publiqué en un libro que se vendiera en alguna tienda o algún lado se llamaba "Historias sin fin" y era un poco como este post: varias historias que se siguen una a la otra, retazos de algo que sería absurdo contar en detalle. Principios, sin más. El narrador de aquel relato echaba de menos a su ex novia y se preguntaba por qué se había enamorado de otro, echándole la culpa de ello a Paul McCartney. La ex novia del escritor se olió la tostada y dejó de hablarle. Para entonces yo ya no escuchaba Hole ni Nirvana ni Veruca Salt sino que colgaba carteles de presentación en El Colonial sin saber que mi mejor libro saldría precisamente de ese bar y de una chica que seguro que por ahí andaba, agazapada.