No sé si votar al que cuando salgo a la calle a protestar pacíficamente me llama etarra, al que me llama chusma, al que me llama niñato, al que me acusa de pueril o de hacerle el juego a la derecha, al que me tiene por españolista o al que me tiene por nacionalista. Al que se lleva las manos a la cabeza y pide cargas porque "Oh, Dios Mío, están cortando calles", al que después de 7 años gobernando promete gobernar como yo le diga y espera que me lo crea o al que me pide muy educadamente que si me quiero quejar ya sé lo que tengo que hacer: entrar en su juego, y si no, calladito y en casa.
No sé si votar, en definitiva.
Por primera vez en mi vida, veo la abstención como la opción más apetecible.
Y que nadie dude que voy a votar lo que me apetezca. Uno no se pasa dos meses y medio escuchando que es un vago y un caprichoso para ir a hacerles el favor a última hora.
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Hace 3 horas