lunes, junio 02, 2008

La ley de la atracción


Santiago de Lucas y David Testal hablan sobre la ley de la atracción muy de pasada, como si fuera algo ya sabido y manoseado. Un supuesto. Un axioma. Yo, sin embargo, no sé nada de la ley de la atracción y les miro algo fascinado. La ley de la atracción es fascinante, aunque complicada de entender, pero sobrevive precisamente por la fascinación que crea entre quien la descubre.

Pido información a Santi y a David, y mientras tanto busco por mi cuenta. Lo primero que me viene a la cabeza es un libro de Bret Easton Ellis, "The rules of attraction", pero dudo que se refiriera a eso. Puede que sí. "La ley de la atracción" tiene diversas formulaciones, pero viene a decir que el Universo te da aquello que le pides al Universo.

Mmm... palabras complicadas para un filósofo.

El problema con la ley de la atracción, desde fuera, como principiante, es que vale para todo. Parece ser que su vehículo comunicativo contemporáneo fue un documental llamado "El Secreto". En apariencia, la ley de la atracción, en esta acepción al menos, no tiene nada de secreto. Viene a ser una especie de teoría del karma instantáneo -"Instant Karma´s gonna get you"-, por el cual todo lo que te pasa, te pasa porque tú lo has querido así. Las desgracias atraen a las desgracias, la riqueza atrae a la riqueza. Los pensamientos positivos atraen a los hechos positivos. La felicidad provoca hechos felices. Los pensamientos negativos atraen hechos negativos. La infelicidad provoca hechos infelices.

Por supuesto, esto puede ser voluntario o no. Hay tácticas. Estrategias. Coaching. Se puede manejar esta ley universal que funciona independientemente de nosotros y hacer que funcione para nosotros. Pero la justificación casi leibniziana del mal -"si eres infeliz, si tienes un problema... es porque estás pensando en infelicidad y en problemas. Nada ocurre sin una razón"- resulta demasiado pueril. Según esta teoría, las causas determinan efectos, pero los efectos siempre tienen una causa... aunque sea desconocida.

Algo estaremos haciendo mal.

Es una teoría del optimismo. Una teoría cruel del optimismo. Fascinante, en lo que tiene de fatal por un lado (el que desconoce la ley, siempre acabará siendo esclavo de ella, uno lee cosas algo disparatadas como: "(...) en épocas de huracanes, éstos afectan más a las comunidades pobres. Bueno, pues aquí también opera la ley de la atracción, ya que la gente que vive en condiciones de pobreza está muy “vendida” con su realidad de marginación y entonces están atrayendo hacia sí mismos más energía relacionada con la marginación. Si nadie los atrayera, los huracanes se irían para otro lado definitivamente o no golpearían con tanta fiereza, o esas personas encontrarían los medios para protegerse mas efectivamente.") y fascinante en lo que tiene de afirmación de la voluntad: "Si quieres, puedes. Te vamos a enseñar a querer de la manera correcta".

Y yo, que quiero mucho pero con un descontrol absoluto, de manera desmedida, estrepitosa, escandalosa y a menudo dañina, espero instrucciones. Probablemente, el sábado.

sábado, mayo 31, 2008

La decimotercera final de Phil Jackson


Los especialistas no acaban de ponerse de acuerdo en si Phil Jackson tiene once títulos de la NBA o si sólo tiene diez. Lo que está claro es que como entrenador lleva nueve, empatado por el récord con Red Auerbach: seis con los Bulls de Jordan, tres con los Lakers de Kobe. Como jugador, en los Knicks, llegó a la final otras tres veces, ganando dos. Pero en 1970, estaba lesionado y no participó en ningún partido. Es complicado concederle el honor de campeón, aunque en rigor formaba parte del equipo...

El caso es que, cuatro años después, Phil Jackson vuelve a la final de la NBA. Es su decimotercera final, undécima como entrenador. Hasta ahora sólo ha perdido una, precisamente la de 2004, con los Lakers, ante los Detroit Pistons. A los 62 años, no parece que esta sea precisamente su última oportunidad: lo más probable es que dure en los Lakers lo que dure Kobe y luego se retiren juntos.

Pero el mérito de Jackson va más allá de los resultados. Es, para mí, el mejor entrenador de la historia de este deporte: mucho más que zen y triángulo ofensivo. Su capacidad para sacar lo mejor de cualquier grupo y hacerles competir es inigualable. A eso, hay que añadir un gusto por el espectáculo y el buen baloncesto que hay que agradecer como espectadores.

Todo el mundo habla ahora de Pau Gasol. Es lógico. El equipo, con Pau Gasol, es un buen equipo, pese a la baja de Andrew Bynum. Con todo, no es un gran equipo, ni mucho menos. Kobe es el mejor jugador de la liga, de acuerdo, pero Odom y Gasol no pasan de ser buenos jugadores. Incluso muy buenos, por momento, pero no son superestrellas. El resto del equipo son medianías: Fisher, Radmanovic, Vujacic, Farmar, Walton... un equipo de especialistas, sin individualidades destacadas.

Que ese equipo sin Pau se estuviese metiendo en play-offs los dos años anteriores ya me parecía prodigioso. Que llegue a la final este año y tenga que enfrentarse a Ray Allen, Paul Pierce y Kevin Garnett es casi un milagro.

El formato no ayuda a los Lakers: tienen que jugar cuatro partidos fuera de casa y los tres en el Staples Center se jugarán seguidos. Es muy complicado ganar tres partidos seguidos a un buen equipo, sea fuera, en casa o en cualquier lado, así que lo normal es que los equipos con factor cancha en contra tengan que ganar a su rival dos veces en pabellón ajeno.

¿Lo conseguirán los Lakers? Espero que sí. Creo que no. Casi todo dependerá, por decimotercera vez, de Phil Jackson.

Pedro Martínez es más bien majete

Nueva presentación de "Nunca llueve sobre el Sáhara". Fue el jueves, en la Fundación Cultura y Progreso. Yo conté unas 35 personas, pero a Pedro le parecieron pocas. Era la tercera presentación del libro, este hombre es insaciable. Ayer, por ejemplo, en la lectura de Andrés Neuman en "Tres rosas amarillas" -librería que pienso saquear esta misma tarde- no había mucho más de eso.

En cualquier caso, nos dejó un bonito regalo. Aparte de la preciosa versión de "Agradecido", de Rosendo, a voz de una chica deliciosa, uno de los primeros trailers que he podido ver de un libro. Si pueden, aguanten hasta el final, por favor.

viernes, mayo 30, 2008

La cocina de Ferrán Adriá

No estoy muerto. Estoy escribiendo un cortometraje sensacional con Hache y un relato de quince páginas -y falta la conclusión- sobre una urbanización fantasma en Fuerteventura. De vez en cuando, por Internet, me entero de cosas que me hacen pensar. Causa-efecto. Por ejemplo, es leer al cocinero Santamaría y pensar automáticamente en esto.

jueves, mayo 29, 2008

Entrevista (publicada) a Lara Moreno


Como bien decía la propia Lara, hacer entrevistas es una putada. Y hacérselas a amigos, ya lo he comentado varias veces, aún más. Tienes tantas ganas de acertar que muchas veces no lo consigues. Por ejemplo, mi reportaje de Fuerteventura que pretendía ser un homenaje entusiasmado ha sido recibido con cierta frialdad, probablemente debido a las torpezas de mi expresión entusiasta.

Ahora esperemos que mi profecía no se cumpla y que Lara no se enfade cuando lea esto.