domingo, enero 03, 2016

El probable camino a la abstención



Todo indica que 2016 será otro año exageradamente electoral: País Vasco, Galicia, Cataluña y probablemente las generales. Para que estos dos últimos comicios no se celebrasen tendrían que pasar cosas muy raras: que Artur Mas se hiciera a un lado y dejara que otro compañero de su coalición fuera investido presidente de la Generalitat con el apoyo de la CUP... y que a nivel estatal, el PSOE decidiera abstenerse en la investidura de Rajoy, respetando un acuerdo de gobernabilidad de al menos dos años. La posibilidad de pactar con los cuatro grupos parlamentarios de Podemos más IU más ERC o PNV era un disparate desde el principio y el tiempo no ha hecho más que confirmarlo.

Lo de Cataluña va ya para más de tres meses y se ha hablado demasiado del tema. Baste con decir que no se ve cerca una solución: la repetición de elecciones no tiene pinta de que vaya a variar demasiado la relación de fuerzas. Incluso si ERC y CDC se presentaran esta vez por separado, Junqueras ganase las elecciones y contase con el voto favorable de ECP y CUP no está nada claro que Convergéncia le fuera a facilitar la investidura con su abstención. Más que nada porque para tener un presidente de ERC podrían proponerlo mañana y se ahorraban posibles sorpresas en forma de Ada Colau.

En cuanto a la repetición de las elecciones generales, para la mayoría de las formaciones sería un desastre. Para el PSOE, sin ir más lejos, tiene toda la pinta de que les llevaría al tercer puesto y, lo que es peor, les alejaría irremediablemente del PP, cuya base electoral probablemente se mantenga. Tengo la impresión de que serían unas elecciones con alta abstención, el tipo de elecciones que históricamente se han saldado con mayoría absoluta y que en estas circunstancias puede que lleve al ganador a los 150 escaños. Se dice que el voto de izquierdas es el más difícil de movilizar y movilizarlo dos veces en cuatro meses parece ciencia ficción.

En cuanto a mí, como votante, una repetición de las elecciones sería el equivalente a quedarme en casa por primera vez en mi vida o acudir para votar en blanco. Las cuatro grandes formaciones me han defraudado: Ciudadanos, demostrando que su palabra en campaña -aquel "nunca entraremos en un gobierno que no presidamos"- no vale nada, proponiendo gobiernos de coalición en los que aritméticamente al menos no son necesarios. Podemos ha decidido priorizar la armonía interna de sus confluencias y dar la misma importancia a la cuestión territorial en forma de referéndum que a las políticas sociales. Puede que la sensibilidad de Pablo Iglesias no vaya por ahí pero Pablo Iglesias controla 42 diputados. De ahí hasta 69 la cosa depende de otros.

El PSOE, por su parte, se ha encargado de confirmar que ni ellos mismos confiaban en el candidato para el que pidieron el voto hace dos semanas... y el PP ha decidido desaparecer. Esa es la forma de hacer política de Rajoy y Arriola, siempre como si la cosa no fuera con ellos. Es su responsabilidad formar gobierno y ahí andan, de vacaciones, bailando "Mi gran noche". Son la desidia personalizada... pero tienen los votos. Comerse una segunda legislatura en el gobierno con 123 escaños es una pesadilla. La repetición no les viene mal precisamente. Si Susana Díaz es inteligente, una presunción que se da demasiado por hecha, hará bien en impedirlo a toda costa.

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Es un bar de Alonso Martínez y hay una banda que hace versiones de los Beatles. Lo hacen de maravilla. No es fácil cuando son canciones que has oído miles de veces en tu vida. Estoy con Álvaro y la Chica Portada y un montón de gente a la que hacía siglos que no veía. La música sale un poco como sifón, toda por una misma línea, imposible de adivinar matices. Da igual. "Cuando dentro de 2000 años repasen lo que hizo esta gente pensarán lo mismo que pensamos nosotros de las pirámides egipcias: que los extraterrestres les han tenido que echar una mano", le digo a Álvaro, que asiente obnubilado con una copa en la mano.

Así es. De diciembre de 1965 a noviembre de 1968, menos de tres años, los Beatles publican el Rubber Soul, el Revolver, el Sergeant Pepper´s, el Magical Mystery Tour y por último, para rematar, un disco doble llamado The Beatles pero conocido como "el disco blanco". No solo es la promiscuidad, el hecho de publicar cinco discos en tres años, sino que los cinco son formidables y muy distintos entre ellos, muy por encima de lo que serán sus últimos tres discos de estudio: el Yellow Submarine, Let it Be y Abbey Road, aunque sobre este último tengo dudas.

Después, ya saben, el hartazgo y la separación. John tenía 30 años, los mismos que Ringo. Paul andaba por los 28 y George acababa de cumplir 27. Insistir en los Beatles es insistir por un camino muy trillado pero inevitable: cincuenta años después de casi todo esto, ahí sigue: el funky del "reprise" del Sgt. Pepper, el anticipo del grunge de Helter Skelter, el puro pop de Lovely Rita, la psicodelia de I am the Walrus, las armonías de Sexy Sadie o la invitación para futuras óperas rock que supone A Day in the Life, con ese "I´d love to turn you on" que casi les cuesta un disgusto.

Si no es magia, se parece. Lágrimas contenidas escuchando a Paul McCartney en Wembley, cerrando unos Juegos Olímpicos con Hey Jude. Y eso que yo he detestado Hey Jude toda mi vida.

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El Niño Bonito ha aprendido a decir "Es mío". Lo hace con rabia, cogiendo el objeto en cuestión con las dos manos y alejándolo de quien sea. Que de verdad sea suyo o no le parece totalmente irrelevante. No me escandalizo, pero sí me fascina un poco: el convencimiento de la propiedad a una edad tan temprana y el hecho de que sea una frase que en casa no ha podido oír. De hecho, la posibilidad de repetición es muy escasa: igual que hay niños que se hacen llamar "tú" porque todo el mundo se dirige a ellos de esa manera, lo normal es que el primer posesivo que aprendan sea "tuyo" y en ningún caso "mío".

Esto podría abrir puertas a muchas teorías sobre la psicología y el lenguaje pero también puede que todo sea más sencillo y se lo haya escuchado a otros niños. En la guardería no es posible: todo el mundo habla en inglés. Quizá su prima sí se lo haya dicho alguna vez y se le haya quedado en la cabeza. Es raro porque se ven poco, pero, si así sucedió, la frase se le quedó en la cabeza como una perfecta excusa para ejercer su tiranía de bebé hijo único.

No sé, la verdad. En general dice cosas muy raras, así que tampoco hay que volverse locos. Supongo que no se puede hacer ciencia de un niño que se empeña en llamar al cerdo "meme".