Dos de dos. Los dos títulos de prestigio que tenía en juego el Barcelona, los ha perdido. Sin marcar un solo gol, además. Lo del Sevilla podía ser comprensible, lo del Porto Alegre, además, es doloroso. Doloroso porque no es lo mismo irse a Mónaco que a Japón. Este viaje le puede costar al Barcelona mucho en lo que resta de temporada.
De entrada, el jueves tienen que estar listos para recibir a su "bestia negra", el Atlético de Madrid.
La derrota deja dudas sobre Ronaldinho -inexistente- y Gudjohnsen -tan fallón como en el Bernabéu- y mantiene el debate sobre si este equipo es mejor que el Dream Team de Cruyff o no. En cualquier caso, estamos ante un gran fracaso. La culpa es suya: le dieron una importancia exagerada a un trofeo que no la tiene, que hace muchos años que no la tiene.
Al querer valorar la victoria en exceso, han exagerado la derrota. Cosas que pasan.
Mi cuerpo es mío, pero el tuyo no
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cumple...
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