Les agobiaría innecesariamente contándoles todo lo que tengo que hacer hasta el 25 de junio, que se solapa, como es habitual, con lo que quiero hacer, y que, como caprichoso hijo único, acabaré haciendo, por supuesto.
Pero aseguro que a partir del 25 de junio, más o menos, pienso hacerme tremendamente feliz. Por lo menos durante el verano. Luego en septiembre todo esto empezará de nuevo, pero en julio y agosto voy a ser la persona más sonriente del mundo. Eso si consigo que Hacienda me diga de una vez exactamente qué le debo.
Qué coño, aunque no me lo diga.
If you can hold on, hold on.
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