viernes, abril 04, 2014

Nueve años, ocho presentaciones, seis libros



La historia acaba, de momento, esta noche en Libertad, 8, a las 20.30 acompañado de Pancho Varona, Lichis, Pablo Ager y Tucan Morgan, es decir, los entrañables Sofía Comas y Carlos Ramos. Digo "de momento" porque el viernes 25 ya tenemos otra montada, más literaria pero igual de divertida, en Tipos Infames, con Manuel Jabois y Jorge Díaz, dos tipos a los que les dejas hablar y algo sale seguro.

Pero la historia empieza mucho antes, en 2005, cuando yo soñaba con ser escritor y supongo que me valía lo de ahora, por mucho que ahora, ya que estamos, pues me cueste conformarme y quiera más, como buen vampiro ansioso. Por el camino, han pasado seis libros y siete presentaciones. Hagamos un pequeño resumen:

- "Vampiros, ángeles, viajeros y suicidas".- Hasta donde yo recuerdo, el libro se presentó dos veces. Era una recopilación de relatos que habíamos ido escribiendo en una tertulia del Café Comercial. Mis compañeros de viaje eran Pedro Martínez, Raúl Roldán y Juanjo Vico. La primera presentación, emocionante, fue en el Café Pandora de las Vistillas. El maestro de ceremonias fue Jesús Urceloy y dijo de mí algo así como que algunos de mis relatos eran poesías alargadas. Puede que tuviera razón, es difícil reconocerse en la distancia y mucho menos reconocer las intenciones. Como nos gustó la idea y vendimos bastante -no teníamos distribuidora, mi vida literaria es un desencuentro constante con la distribución- hicimos otra en un bar de Huertas, con menos público y creo que Enrique Redel, nuestro editor, de invitado.

- "Pequeños objetivos".- Precisamente Enrique Redel tenía una pequeña editorial llamada Kokoro Libros que compaginaba con su trabajo en Funambulista antes de consagrarse definitivamente en Impedimenta. Redel era -y sigue siendo, supongo- un currante infatigable y de enorme calidad. La idea del libro era reunir doce relatos que correspondieran a meses del año. Relatos cortos, minimalistas, no diría que en el rollo Carver sino más bien algo parecido a un Hemingway pasado por Salinger. Todo muy americano en cualquier caso aunque todas las historias trascurrieran en Madrid. El libro nunca estuvo a la venta. Nunca me planteé ponerlo a la venta. Le encargué a Enrique unos 120 libros y los fui regalando, la mayoría en la presentación del Viejo Café Colonial.

Fue un día maravilloso. Una tarde maravillosa, vaya. Para el momento elegí a mi madre y a mi tío. Mi madre habló de Luis Luisote, el detective de mis cuentos de cuando tenía ocho años y mi tío cantó un par de canciones preciosas. Puede que el vídeo de YouTube aún esté por ahí. Vino todo aquel que pintaba algo en mi vida excepto Lucía. La planta de abajo del Colo estaba llena y yo me sentía pleno porque toda esa gente no estaba ahí por mi libro, estaba ahí por mí, porque me querían. El idilio no duró mucho y es una pena, pero estas cosas pasan. En cualquier caso, fue uno de los mejores días de mi vida, con diferencia.

- "Cuando las cosas dejaron de tener sentido".- Era un proyecto ambicioso: pasar los textos de un blog incipiente, ahora ya desaparecido sin dejar rastro en Internet, a formato libro. Salió bien a medias: estaba bien escrito pero estaba muy mal cohesionado. La gente se acercaba y me decía: "Me ha gustado mucho, pero no me entero de nada". Quizá eso sí que fuera poesía alargada. No sé, en cualquier caso era un libro vitalista y de los que te suben el ánimo, escrito en lo que podríamos llamar el acmé de mi vida personal, aquello sí que era una sucesión de amaneceres (o anocheceres, más bien) imprevistos.

La primera presentación la hice en la Fundación Cultura y Progreso, un auditorio bastante grande y bastante lleno. Creo que vinieron más de cien personas, cosa que ahora, con la rutina, sería un milagro. Me acompañó Ángel María Herrera, el editor, antes de empezar con su proyecto de Bubok, aún confiando en que se podía hacer negocio de la literatura más allá de la acumulación de autoediciones y se encargó de la presentación Lara Moreno, cuando ya era una pequeña celebridad pero aún no publicaba en Lumen. Ahí fue cuando se me ocurrió lo de mezclar libros con música y en cierto modo fui un pionero porque Acróbatas no comenzó hasta el año siguiente, cuando el Murcia y el Cádiz jugaban unos partidos de la máxima tensión. Los músicos fueron Pablo Ager y Emite Poqito. Deslumbraron. A los pocos días repetí en Barcelona, probablemente el mejor viaje de mi vida en muchos sentidos. Lo hicimos en Excellence, con Sandra Martínez de invitada y Dani Flaco a la guitarra. Qué tiempos aquellos.

- "Camarote 503. Historias desde el Bremen".- Algo parecido a "Vampiros, ángeles...", aquello se trataba de una recopilación de textos leídos en nuestro taller de escritura de La Buena, en Malasaña. Yo creo que fue una gran idea aunque por entonces ya la relación entre nosotros había pasado de la fase campamento en la que todo el mundo es maravilloso y te cae genial. El libro era bueno, todas las historias merecían la pena y lo celebramos con unos vinitos en el Ladrón de Tinta. Más que una presentadora teníamos una líder, nuestra querida María Bautista, que se maneja de miedo en estas cosas, y participaba también en la recopilación. Fue algo austero, como nosotros. Todavía tengo decenas de ejemplares guardados en cajas, pero estoy convencido de que si los releyera, encontraría más de una joya.

- "Ganar es de horteras".- Tuvieron que pasar cinco años entre presentación de libro en solitario y presentación de libro en solitario y todo fue por el empeño de Lartaun de Azumendi y Cestos de Melocotón. Su fe inquebrantable en que un libro sobre el Estudiantes merecía la pena incluso cuando el Estudiantes -en principio- acababa de descender a la liga LEB. Aquel libro funcionó como un tiro. No había distribución tampoco, resultaba muy complicado conseguirlo fuera de Madrid, nos pusimos de los nervios unos a otros varias veces... pero rozamos los 1000 ejemplares vendidos y se agotaron tres ediciones, así que todo mereció la pena.

Por cierto, si a usted le parecen pocos 1000 ejemplares, usted no sabe cómo está el mundo de la literatura en España.

La primera presentación fue en el Magariños, donde yo daba gimnasia cuando era un adolescente, y me acompañaron, además de Lartaun, Pablo Martínez Arroyo y Antonio Rodríguez. Es curioso porque yo no les conocía en persona a ninguno de los dos y ahora mismo son de las personas a las que más quiero y con las que más afinidad siento. No fue un éxito de público como no lo fue la presentación con mi tío y Quequé en el Segundo Jazz, cosa que he de reconocer que me sorprendió, simplemente porque era el previo de Navidad, Mourinho había dejado en el banquillo de La Rosaleda a Casillas y el libro se estaba vendiendo como rosquillas, pero con estas cosas nunca se sabe.

- "El rastro de la mentira".- Un encargo personal de Miguel Aguilar, otro de esos editores tan extravagantes que no solo confía en mí sino que además es del Racing de Santander. Una combinación demencial que compartimos muy pocos. Debate estaba lanzando una serie de "e-books" de pocas páginas, la llamada colección "Endebate", lo de Armstrong y la USADA estaba muy reciente y Miguel sabía por mis colaboraciones en JotDown y en el Magazine de Martí Perarnau, que a mí el tema me interesaba mucho. Lo escribí en un tiempo record y no quedó mal. Luego se vendió como se venden los e-books, pero probablemente haya tenido bastantes descargas ilegales porque sí se habló de aquel libro e incluso Miguel le echó los huevos de colocar a Contador en la portada... Obviamente, al ser e-book, no hubo presentación.

Así que ese es el balance, que para tener 36 años -la nota de prensa me define como una joven promesa, supongo que es lo que hay que hacer pero yo me parto de risa-, no está nada mal: seis libros publicados, con éste, siete (pronto serán ocho, pero no adelantemos) y ocho presentaciones -nueve, esta noche-. Supongo que algún día lo valoraré, ahora todo pasa demasiado deprisa.