sábado, junio 30, 2012

¿El fin del bipartidismo en España?



No hace falta manejar un guiñol francés para reconocer que en España somos bastante perezosos. Si usted no lo es, no se dé por aludido, seguro que conoce a alguien perezoso o le han hablado de alguien que conoce a alguien. En lo intelectual, la cosa no va a mejor: generalmente, el español piensa poco y necesita que se lo pongan fácil. Que las “tertulias” hayan triunfado de esta manera tanto en el formato radiofónico como en el televisivo es un excelente ejemplo: dime qué tengo que pensar y yo repetiré tus tonterías como si me fuera la vida en ello.

Todo lo que implique que otro piense por ti se recibe con una enorme alegría.

El problema, por supuesto, es quién piensa por quién. Si hubiera una élite de filósofos, economistas, politólogos… que diera pie al pensamiento de la masa, incluso saldríamos ganando. No es el caso. Aquí el debate está entre María Antonia Iglesias y Paco Marhuenda, esa es la altura del discurso. Incluso los más inteligentes caen pronto en una especie de vagancia y desprecio por la realidad y su explicación. El socialdemócrata se conforma con acusar de todos los males al liberal y para explicar su postura le basta con la etiqueta: “Es que es un neoliberal”, tras lo cual, el acólito de turno, cual perro de Pavlov ya empieza a salivar, esta vez condicionado para el odio y no para el apetito.

Lo mismo está sucediendo al revés. Los liberales no son inmunes a la pereza común y en algunos casos han heredado la pose de superioridad moral e intelectual de determinada izquierda. Ese tipo de columnista liberal lo resume todo con términos como “maricomplejines”, “quincemesinos” o directamente utilizando “socialdemócrata” como el que nombrara una maldición, sin molestarse en explicar qué es lo que falla en determinado argumento, en determinada propuesta. ¿Para qué? Mejor resolverlo todo con un adjetivo, más rápido y más tiempo para mi siguiente colaboración.

El daño que hace eso es que cada vez es más complicado encontrar análisis certeros de la realidad. Más que certeros, honestos. Ustedes me leerán de vez en cuando, quiero pensar, y se habrán dado cuenta de que me equivoco  muchísimo, pero cuando me equivoco saben por qué me he equivocado, y eso es porque explico mis argumentos, aunque saque las conclusiones erróneas o a mi perspectiva le falten matices. Suficiente me cuesta intentar entender tantas cosas como para despacharlas con una palabra, como si no hiciera falta más.

Toda esta falta de credibilidad del discurso periodístico es el complemento a la falta de credibilidad de los dos grandes partidos que, en principio, sustentan ese discurso, es decir, el PSOE (socialdemocracia) y el PP (liberalismo). Esta asociación ya es de por sí un poco burda y tómenla con reservas, pero cuando los partidos ni saben ni quieren explicar lo que hacen y para ello se limitan a repetir el eco de intelectuales que tampoco tienen la molestia de bajar a pringarse con la realidad, el ciudadano medio se siente algo huérfano.

Eso puede ser una desgracia o una bendición, aún está por determinarse. Es una desgracia si aun así, el huérfano sigue creyendo firmemente en lo que le dicen, pese a los EREs, los Gurtel, las Cajas y los elefantes. Es una bendición si eso provoca que el huérfano salga a buscarse las habichuelas y tenga para ello que pensar por su cuenta, medios tiene de sobra a su alcance. En ese momento, puede, se acabará el bipartidismo en España y no lo digo porque el bipartidismo en sí sea malo, que no lo es intrínsicamente sino porque este bipartidismo cutre, casposo, de pelotas y enchufados mediocres, lo es. Y está hundiendo el país. Con nuestros votos, no nos vayamos ahora nosotros de rositas.

El último sondeo de El Periódico tenía un punto esperanzador, pero los sondeos valen lo que valen: el PP caía varios puntos pero el PSOE no los recuperaba sino que lo hacían terceras opciones. La suma de PP y PSOE quedaba algo por debajo del 65% cuando hace cuatro años era del 85%. A eso súmenle la abstención y los votos nulos. Cuatro años de crisis no solo se han llevado millones de empleos a la basura sino también millones de votos. En 2008, Rajoy y Zapatero sumaron casi 23 millones entre los dos. Hoy en día, según ese sondeo, estarían en torno a los 17. ¿Les hará eso despertar o vamos camino de Grecia, donde PASOK y ND pasaron del mismo 80-85% al 40% de hace un par de semanas? El tiempo dirá. Estemos preparados. Cuando lo estable se convierte en inestable, el Amanecer Dorado acecha.

Artículo publicado originalmente en el periódico "El Imparcial", dentro de la sección "La zona sucia"

jueves, junio 28, 2012

España 0- Portugal 0


1- Ganar es la hostia. Uno se da cuenta cuando está tan cerca de perder. Podemos racionalizarlo todo mucho y hablar de bandas, juego de posición, estrategia, horizontalidad o verticalidad pero al final tu equipo mete el penalty y pasa y es lo que cuenta. Ponerse cerebral cuando llegas a la final de la Eurocopa, tercera final consecutiva al más alto nivel, es complicado.

2- Algunos detalles de la gesta: ningún equipo ha ganado dos Eurocopas seguidas, ningún equipo ha ganado tres grandes torneos seguidos. El único que consiguió llegar a tres finales pero perdió la tercera fue la Alemania de los 70. Bueno, pues ya les hemos igualado. Aburriendo o no, eso depende de cada uno, pero en la final.

3- Es complicado decir "qué bien hemos jugado" pero más complicado es decir quién no ha jugado bien. Quizá, simplemente, España juega como son sus jugadores y cada uno cumple todo lo que puede a estas alturas de temporada. Hay que aceptarlo así y quererles como son. No hay delanteros centros de alto nivel en España, no hay laterales derechos de alto nivel en España y los mediocampistas tienen mucha técnica y poco gol. Es así. No depende de tácticas ni de conservadurismos, es un tipo de jugador que tiene que suplir sus carencias cara a puerta con concentración, inteligencia y compañerismo. Me vale.

4- Aceptando que todos -excepto, quizá, Xavi y Silva, completamente asfixiados- estuvieron bien, es bueno que los dividamos: Sergio Ramos, Jordi Alba y Busquets estuvieron sensacionales. Lo de los tres fue un espectáculo, pero Ramos, además, se marcó un panenkazo cuando sabía que se podía ganar una reputación de por vida. Si no es el mejor central del mundo, lo parece, y ese mérito hay que atribuírselo a Mourinho o al menos buena parte.

5- En el siguiente nivel: el trabajo de Iniesta es formidable. En ataque hay veces que juega él solo contra dos, contra tres, contra cuatro. Impresionante. De extremo o por el medio o rematando, lo que quieran. Xabi Alonso, muy bien, con la pega del penalti fallado, pero otra demostración física. Piqué, correcto, algo impreciso al principio del partido, como si estuviera extrañamente nervioso, mejor en la continuación. Arbeloa, como en todo el torneo: haciendo lo que sabe hacer. Hoy, además, consiguió profundizar un par de veces con peligro. Casi todo el peligro que creó Cristiano Ronaldo lo creó yéndose a la banda contraria en la segunda parte, aprovechando las subidas constantes de Alba. Los no mencionados, correctos, sin más, como Negredo o Cesc, algo empecinados, como Navas, al que no acabo de ver que entienda de qué va el juego y explosivo Pedrito, un jugador infravalorado, capaz de desbordar, regatear, tirar paredes y sombreros, asistir, rematar... y luego tener que leer que todo es suerte. Pues vale.

6- Portugal: muy buen equipo. Muy valiente. Presionó toda la primera parte en campo contrario y dio la sensación de que nos estaban esperando para la segunda, como cocinándonos a fuego lento. La expresión corporal de Cristiano parecía querer decir eso: esperad, que ya os pillaremos. Y estuvieron a punto. Efectivamente, en la segunda parte, Portugal fue mejor, atacó con peligro, estuvo atenta a los rechaces y pudo ganar el partido. Sin embargo, le faltó un punto de convicción. Sólo una gran oportunidad, la de Cristiano casi llegando al descuento. Por lo demás, Casillas, inédito.

7- Eso nos recuerda el dato que llevo actualizando competición a competición: ya son 900 minutos de Iker Casillas imbatido en eliminatorias. No solo imbatido, insisto, es que apenas se le exige. Le basta con estar bien colocado y dar seguridad en jugadas a balón parado. En defensa puede jugar Puyol o Ramos o Alba o Capdevila o Arbeloa o Piqué. Da igual. Delante tienen a Busquets y Xabi Alonso que se dejan la vida, más Silva, que no regatea una ayuda en su lateral aunque eso le cueste una Eurocopa poco brillante.

8- El peor momento del partido coincidió con los cambios de Del Bosque que fueron exageradamente ofensivos en el sentido que la afición le pedía: ¿no queríais verticalidad? Pues jugó con Iniesta y Cesc arriba más dos extremos pegados a las bandas, dejando a Alonso y Busquets como único medio campo. A punto estuvo de pagarlo. El equipo se rompió por primera vez en muchos partidos y dio verdadera sensación de fragilidad. A cambio tuvo también sus oportunidades.

9- Cuando a Portugal le tocaba rematar la faena, es decir, cuando se suponía que España caería agotada por tantos esfuerzos en la prórroga, los lusos se vinieron abajo. Fue decepcionante. Perdieron tiempo, se echaron atrás y confiaron todo a los penaltis. Curiosamente fueron los mejores treinta minutos de España, que con bandas juega mucho mejor. Ese es el verdadero debate y no la historia del nueve. El problema es que jugar con bandas rompe al equipo y durante 45 minutos se puede aguantar, pero durante 120 es inasumible. En cualquier caso, volvemos al punto anterior: España estuvo incómoda, por momentos fue inferior, se clasificó por penaltis... pero las mejores paradas fueron de Rui Patricio, una a Navas en la prórroga maravillosa.

10- Los penaltis. Me quedo con varias cosas: la seguridad en la cara de Casillas después de que fallara Xabi Alonso. Esa cara de "no pasa nada, esto lo arreglo yo". El lanzamiento de Ramos, por supuesto, demostrando que aparte de valor hay talento, ya lo intentó con una falta lejana muy bien ejecutada en la primera parte de la prórroga. La tranquilidad de Iniesta, la calidad de Piqué... y el convencimiento de Cesc, que tuvo que apurar tanto su tiro que pegó al poste por dentro, dando la sensación de que se iba para fuera y aquello seguiría hasta el infinito y más allá. Por último, la cara de Cristiano Ronaldo después de quedarse sin tirar. Dicen los cánones que tu mejor lanzador debe abrir o cerrar la tanda. Lo que te puede pasar cuando decides que la cierre es que al final ni tire. Tiene un punto ridículo y Paulo Bento lo recordará durante años.

y 11- Las finales no se juegan, se ganan. Ni Alemania ni Italia son superiores. Tampoco son inferiores. Todo se jugará en muy pequeños detalles. Los alemanes llevan cuatro grandes semifinales consecutivas con un método semejante: buen fútbol y goles hasta la ronda donde caen eliminados y muy poco fútbol y ningún gol cuando calienta el sol. En 2006, en casa, perdieron 0-2 ante Italia, en 2008 y 2010, 0-1 ante España. Cero goles en tres partidos decisivos habla mucho de una generación. Mañana y el domingo tendrán la ocasión de saldar cuentas. Ahí les esperaremos, ¿con Mata por Silva? Solo es una sugerencia. Disfruten.


martes, junio 26, 2012

Jacobo Rivero- El ritmo de la cancha


Hay muchos tipos de escritor, pero uno en especial me resulta incómodo: el que cuenta una historia pero se ve que está siempre detrás. No ya porque salga en la misma: hay veces que la mejor manera de que una historia resulte creíble es saludar de vez en cuando y decir "aquí sigo, no me he ido". Es lo que yo llamo "dar color" y hay que tener mucho cuidado pero en sí no tiene nada de malo. El problema es cuando el escritor intenta hacer de la historia algo que no es y para hacerlo, empuja, tira, amplía, reduce y aquello no hay quien se lo crea. No resulta natural.

La naturalidad es un don que va desapareciendo en el periodismo y la literatura. Arcadi Espada lo aplica al mundo de la actuación diciendo que en España ya no hay actores que salgan a escena digan "hola, buenos días", sin más, y resulten creíbles. Obviamente, es una exageración, pero la idea es muy buena. La ventaja de la no ficción es que, si uno elige bien donde enfocar le basta con dejar hacer para que todo salga adelante. Exactamente eso es lo que hace Jacobo Rivero en "El ritmo de la cancha".

Su libro es una mezcla de historias de no ficción en torno al mundo del baloncesto. Desde el baloncesto femenino en Somalia en tiempos de piratas e islamistas hasta el jugador judío que marcha a los Juegos Olímpicos de 1936 sin saber si hace lo correcto o no. Por supuesto, no todas las historias tienen la misma contundencia y en algunas el matiz político distrae la atención en demasía, dando por entendidas cosas que quizá merecerían una explicación.

Lo bueno de "El ritmo de la cancha" es que triunfa en lo comercial y en lo anecdótico. Me explico. Triunfa en sus historias de Olimpiadas y jugadores de la NBA, triunfa en los conflictos con las drogas y la pobreza... y triunfa cuando nos habla de Filipinas o de Egipto o incluso de esa heroica selección de Bosnia que participó en el Eurobasket de 1993 huyendo de Sarajevo entre tiroteos y francotiradores. La historia de aquel equipo merecería una novela, una película, una serie de la HBO. Sencillamente, es impresionante.

En ocasiones, Rivero nos descubre nuevos mundos, producto de una investigación exhaustiva, y en otros simplemente nos recuerda cosas que ya sabíamos. Es lo mismo: lo importante es cómo se cuente, cómo se explique, qué complicidad se pretenda crear con el lector. Cuando uno va de sabelotodo, resulta irritante, cuando simplemente deja que la historia se cuente sola con pequeñas dosis de entusiasmo, la sensación es de lo más agradable. Precisamente por eso, quizás, las historias del libro que menos me han gustado son aquellas en las que Jacobo ha participado más personalmente. Se nota.

Hace poco, escribiendo acerca de "Plomo en los bolsillos", de Ander Izagirre, para la revista Sigueleyendo -cualquier día se encontrarán aquí la reseña- comentaba la escasa literatura deportiva que había en un país tan consumido por todo tipo de deportes: fútbol, baloncesto, tenis, motos, coches, ciclismo... Afortunadamente, los editores independientes van apostando más por estas historias que no dejan de ser historias de vida aunque tengan un balón como eje temático, igual que podría ser cualquier otra cosa, por ejemplo, el planeta Marte.

Y tras los editores, imprescindibles, los autores, claro. Como si llevaran años y años esperando su momento, agazapados. Así, Jacobo Rivero. Que continúe.

Almunia y El Mundo, "lost in translation"


Leo en "El Mundo" que Almunia tiene muy claro que lo que se ha hecho a los bancos en España es un rescate, y la noticia añade entre paréntesis: ("rescue", en inglés). Esto abre una serie de posibilidades:

1. Almunia no mencionó jamás la palabra en inglés, solo en español, lo cual tendría sentido teniendo en cuenta que su charla tuvo lugar en el foro ABC.

2. Almunia quiso presumir de políglota y comisario europeo y por si alguien tenía dudas quiso traducir la palabra, pero en vez de "bail out", que es como se conoce al "rescate" financiero de países e instituciones en la jerga económica inglesa -"pago de fianza" sería en castellano, aproximadamente- utilizó "rescue" y se quedó tan ancho.

3. Almunia efectivamente dijo "bail out" pero el/la periodista que cubría el acto no se enteró y decidió traducir por su cuenta y en Wordreference le salió "rescue" y suerte que no le saliera "ransom" y en esta crisis se metiera hasta Mel Gibson.

4. Almunia sabe perfectamente que "bail out" es el término técnico para el rescate de países pero quiere diferenciarlo del rescate de bancos y utiliza "rescue", que, honestamente, yo no he leído en prácticamente ningún artículo sobre la materia pero que, obviamente, se puede aplicar a situaciones de emergencia.

Espero aclaración de Richard Vaughan al respecto.

Por cierto, el otro día comentábamos unos cuantos pedantes la dificultad de establecer relaciones basadas en la confianza y en el "míreme a los ojitos", que diría Luis Aragonés, cuando uno de los interlocutores no te entiende y a su vez tú no entiendes lo que te está explicando, de manera que la relación de confianza la tienes, con suerte, con su intérprete.

Lo peor es que los pedantes teníamos razón.

sábado, junio 23, 2012

España 2- Francia 0


1- Competir. Si algo enseñó Luis Aragonés a esta selección es a competir, mucho más que tiki-takas e historias, que también. Cerrar espacios, aguantar el balón, matar el partido, calcular los espacios, saber sufrir con 0-0 y saber dosificarse con 1-0. Enorme esfuerzo de todos los jugadores en la recuperación y el manejo. Impecable.

2- Ya van ocho eliminatorias seguidas con dos prórrogas sin recibir un gol, lo que completa 780 minutos seguidos al más alto nivel. Por supuesto, en esos 780 minutos Casillas ha aparecido, cómo no, pero solo ante Holanda su exigencia fue máxima. El doble pivote puede no resultar demasiado estético, pero equilibra al equipo e imposibilita el juego rival.

3- Hablando de doble pivote, vaya partido de Xabi Alonso. Aparte de los dos goles, ha recuperado por alto, por bajo, no ha perdido ni un balón importante y ha visto siempre el hombre libre. Junto a Jordi Alba, impresionante por su banda, el mejor jugador del partido.

4- El otro gran hombre: Arbeloa. Permítanme la excentricidad, pero lo que corre este hombre por partido y los palos que se lleva en la prensa no es normal. Capaz de parar a Ribery en uno contra uno en prácticamente todas las ocasiones y ocupar la posición de extremo segundos después. Un despliegue físico impresionante bajo un calor asfixiante.

5- Un calor que se llevó por delante a Xavi Hernández, completamente desfigurado, lento en los movimientos, en la circulación, con errores impropios. También se vio a Iniesta y a Silva a un nivel más bajo, pero, ¿cómo culparles? Recordemos que llevan cuatro años compitiendo cada mes, contra los mejores del mundo, sin un respiro, acumulando trofeos... y patadas, empujones, zapatazos.

6- El tema de la posesión horizontal. Yo sé que eso cansa mucho y aburre al aficionado impaciente. El caso es que no se puede atacar todo el rato y España tiene que decidir qué hacer mientras: puede mantener el control del balón en zonas seguras e impedir así que el rival juegue o entregar la pelota y defender. Cuando hizo lo primero, el público bostezó... pero cuando hizo lo segundo, Francia demostró que es un equipo muy peligroso aunque muy poco imaginativo.

7- Aparte de Ribery y Benzema, Francia demostró poca cosa. Todo lo que Blanc quiso. Incluso perdiendo 1-0 desde el minuto 19 aguantó con tres medio centros y dos extremos que en realidad jugaban más de laterales. Ribery estuvo más voluntarioso que otra cosa y Benzema no es el mejor delantero centro de Europa se ponga Julio Maldonado como se ponga. Es un excelente jugador, con grandes intuiciones. Punto.

8- Comparemos a los dos entrenadores. Podemos seguir con el rollo de que Del Bosque es muy malo y no sabe leer los partidos o rendirse a la evidencia: hizo lo mismo que ante Croacia pero con otros jugadores. Cuando el rival decidió atacar con todo y partirse en dos, Del Bosque en vez de defender con centrales defendió con delanteros: la salida de Pedro y Torres hacía que Francia no pudiera venirse arriba y creciera la distancia entre defensas y atacantes hasta un punto ridículo. Lección táctica.

9- Excelente Pedro, incomprensible Torres. Lo de Pedro es como lo de Del Bosque, uno ya no sabe qué tiene que ganar para ser considerado. Dos veces campeón de Europa con el Barcelona, campeón del mundo con España siendo titular en semifinales y final, goleador en finales de todo tipo... Pedro fue una pesadilla para un equipo que necesita remontar y encima tiene al hombre este tocando las narices y buscando cada espacio. La jugada del segundo gol es una lección: desmarque perfecto, bicicleta de extremo, protección del espacio como un delantero centro... penalti a favor. Todo lo contrario que Torres, que no dio una, no nos cebemos más.


10- Semifinales ante Portugal. El compromiso defensivo tendrá que ser mucho mayor ante Cristiano Ronaldo que ante Benzema y Ribery... pero este equipo sabe hacerlo. Esperemos lo de siempre: 0-0, 1-0... si Cristiano se inventa un gol o dos, problemas. Por juego, no debería haber problemas, pero Portugal tiene al único hombre que puede ganar el torneo él solo y eso es muy importante a estas alturas. La recuperación física y la posible aparición de los Cazorla, Javi Martínez, Mata, Pedro o Navas en las segundas partes es clave.

Para ti


Última clase del curso en centros culturales. En concreto, el grupo de inglés conversación de los sábados por la mañana, una entrañabilísima y agradecida colección de gente de todo tipo y toda edad, desde universitarios a jubilados, trabajadores y parados. Gente capaz de ir a las 10 de la mañana de un sábado a que yo les explicara a saber qué tontería o a leer un artículo de The Guardian en pleno invierno, bajo cero, cuando yo mismo estaba a un paso de meterme de nuevo bajo el edredón y que fuera lo que Dios quisiera.

La clase es en Maestro Alonso. Todo el mundo me pregunta si volveré y yo no lo sé. Sé que no será en sábado pero el resto de los días aún tengo que recibir una oferta y aceptarla. Cuando salgo por la puerta, desfondado porque apenas he dormido, un insomnio de Coca-Colas en restaurantes de Capitán Haya, hago el paripé de medio derrumbarme como Michael Jordan en aquel partido que jugó con gripe intestinal y metió 45 puntos, y a la salida levanto los dedos al cielo y miro hacia arriba, como hace Messi unas 80 veces al año, es decir, cada vez que marca un gol.

Si Messi puede dedicarle goles a su abuela no veo por qué yo no le puedo dedicar clases a la mía teniendo en cuenta que un día ella misma fue alumna de ese centro. Alumna jubilada intentando aprender francés y piano, con sus métodos, sus cintas, sus partituras, sus horas de cotilleo en el bar de al lado, sus cafés con bollo -de mi abuela heredé muchas cosas, una de ellas fue el café con bollo y renunciar a ello me parecería una traición, especialmente si se confirma que a partir de septiembre viviré al lado de la mejor pastelería de Madrid- y sus profesores y profesoras ocasionales, mochila al hombro, dos horas aquí, dos horas allá, sonrisas y prestidigitaciones.

Así que, bueno, el curso se acaba justo ahora que empieza el siguiente. En medio una semana para escribir como un condenado. Qué fácil es proyectar y qué difícil es hacer las cosas. Everybody loves the sound of a train in the distance, everybody thinks it´s true. Me despierto al ritmo del concierto de Paul Simon en Central Park, el de 1991, el que vimos en versión reducida en el Palacio de los Deportes con un batería al que mi hermano y yo apodamos Chiappucci por su fogosidad constante. Es raro transportarse a 1991 cuando en unas horas tendré que estar en 1999 -y enamorado de T.- y mañana por la mañana volver a 1985 e imaginarme perdido por los pasillos del Antonio Magariños.

En algún momento anterior al insomnio, Paul Simon, las clases y los numeritos teatreros -yo podría haber sido un escritor de La Masía-, murió Juan  Luis Galiardo. Una amiga me dijo que "estaba muy malito" pero seguía rodando. No concebía los términos "Juan Luis Galiardo" y "muy malito" en una sola frase. Si uno piensa en Galiardo lo último que se le viene a la cabeza es "muy malito". En aquella prodigiosa serie que David Trueba le regaló a Jorge Sanz, Galiardo hace de moribundo y precisamente el chiste está en que un hombre así, de esa vitalidad, no podía apagarse con anticipación. Era imposible.

Prueba de ello es que, creo que por primera vez en la historia, el eufemismo para "larga enfermedad" se ha convertido en una "rápida y devastadora enfermedad". Algo que, a los fans de Galiardo desde aquel "Turno de Oficio" de los 80 o sus películas de galán de los 60 y 70, nos reconforta, porque nos lo podemos imaginar impaciente, camisa abierta y gritando: "Bueno, ¿qué?, ¿llega esa muerte o a qué estamos?".

viernes, junio 22, 2012

Rajoy, perdonavidas en el peor momento



El pasado martes, Rosa Díez se desgañítaba en el estrado defendiendo los símbolos democráticos frente a los inconstitucionales. “Donde veo una bandera constitucional siento que mis derechos están protegidos”, dijo la líder de UPyD en la estrambótica votación de una propuesta del PP valenciano que tuvo a nuestros diputados discutiendo la tarde entera sobre algo que ya estaba recogido en la Ley del Deporte mientras la deuda externa y sus intereses crecían y crecían y crecían.

La intervención de Díez fue lo más inteligente del debate. Otra cosa es lo que le pareciera a Rajoy. Al día siguiente, en plena sesión de control del Gobierno, no tuvo tiempo para agradecerle su defensa del constitucionalismo frente a las “esteladas” de turno. De hecho, para variar, le dedicó una andanada más propia de un perdonavidas o un maleducado que del presidente de un gobierno: ”Usted me dice que si me acuerdo de lo que he dicho otras veces, pero lo que no me acuerdo es de lo que dijo usted porque no estoy tan pendiente”.

El tono es miserable, pero no es solo el tono. Cualquier diputado merece que el presidente del Gobierno le escuche con atención –llevándolo al extremo, cualquier ciudadano, pero, en fin, la democracia representativa está para esto-. Tampoco es que Rajoy lo tenga muy complicado porque hay siete grupos parlamentarios en el Congreso, no cuarenta. Había en sus palabras ese gusto por ganarse enemigos que tanto se empeña en demostrar últimamente. Rajoy está enfadado porque no se valora lo que hace. Muy bien, lo mismo les pasó a Suárez, Calvo Sotelo, Felipe González, Aznar y Zapatero… pero tardaron más de seis meses en exteriorizarlo.

Es posible que Rajoy no tenga la culpa de lo que está pasando. Lo que es impensable es que el PP no tenga culpa alguna, cuando sus delegados y los del PSOE han estado en todas las cajas quebradas y han manejado las cuentas de algunas Comunidades Autónomas durante décadas. En cualquier caso, quien no tiene la culpa es el ciudadano, a ver si alguien puede informarle de eso. Cuando Rajoy sale enfadadísimo con la prensa, como el domingo, y opta por un tono irónico, desdeñoso, como si estuviera hablando con tontos, debe saber que al final quienes estamos viéndole en el televisor somos nosotros y que igual nos merecemos otro tono.

Sobre todo cuando sale para decir lo contrario de su Ministro de Economía y a su vez es desmentido inmediatamente por el FMI.

Me preocupa mucho la falta de altura de nuestro presidente. Mucho. No solo el desbarajuste de comunicación en el que está sumido el Gobierno sino su evidente nerviosismo en cada declaración pública, hasta el punto de que uno se pregunta si realmente maneja toda la información o se le está ocultando algo. Cae punto por punto en todos los errores del zapaterismo, consistente en negar la realidad y ajustar las palabras a sus decisiones políticas y no a los hechos.

Es más, recuerda al peor Rajoy, al torpe Rajoy de los “hilillos de plastilina”. ¿Qué necesidad hay de ello? El país está en el peor momento económico de la democracia, ha recibido un préstamo del que debe responder ante la UE aunque los destinatarios finales sean los bancos y no se descarta un segundo rescate que directamente coloque a la troika de turno en el mismo Gobierno. Entiendo que eso puede estresar a cualquiera, pero, insisto, no es mi culpa. Ni la de los votantes de Rosa Díez. Ni la de quienes encienden la tele y en vez de escuchar explicaciones tiene que soportar retintín y socarronería.

Es el peor momento posible para ir de perdonavidas e incomprendido y desde luego no entiendo cómo se puede “mirar al futuro” sin saber qué demonios ha ido mal en el pasado. La sensación de provisionalidad, improvisación y miedo de este Gobierno es estremecedora teniendo en cuenta de dónde venimos y cuál es la alternativa: un PSOE en ruinas. Quizá, prestando más atención, encontrarían más soluciones, o, al menos, más aliados.

Artículo publicado originalmente en el periódico El Imparcial, dentro de la sección "La zona sucia".

jueves, junio 21, 2012

Gianni Bugno, entre la sombra de Coppi y la de Induráin



Amanecía en Luxemburgo y Gianni Bugno era un hombre derrotado. Vestido con el maillot arco iris de campeón del mundo, su preparación para ganar el Tour de Francia se había venido abajo en los 65 kilómetros que separaban la salida y la llegada de la primera contrarreloj larga de la edición de 1992. Pocos días antes, su equipo, el Gatorade, reforzado para la ocasión por Laurent Fignon y Peio Ruiz Cabestany, dos excelentes contrarrelojistas, había conseguido aventajar en más de medio minuto al Banesto de Miguel Induráin en la crono por equipos y el italiano estaba eufórico: “Esto me da moral”, dijo nada más bajarse de la bici y comprobar que aventajaba al navarro en 27 segundos.

Aquel 14 de julio de 1992, fiesta nacional francesa, la moral de Bugno reptaba por los adoquines. En la contrarreloj del día anterior había sido tercero, un puesto más que decente. El problema es que Induráin le había sacado 3´41” de ventaja, una diferencia completamente inesperada, histórica, irrepetible. “Induráin ha ganado el Tour”, decía Gianni a todo aquel que quisiera escucharle, cabizbajo, huidizo.

Al año siguiente, el equipo que le había traído a Fignon prefirió traerle a un psicólogo. No sirvió de mucho. Llegó Lac de Madine y Miguel Induráin volvió a sentenciar la ronda francesa. Forges, en una viñeta genial, sacaba la cara de un hombre descompuesto, con los pelos electrizados y la cara desencajada con un titular que leía: “El psicólogo del psicólogo de Bugno”. Era su sambenito: llegaba el momento cumbre y él se venía abajo. Aquello no era del todo justo con un hombre al que sencillamente las expectativas le habían superado: ganó el Giro demasiado joven, ganó Alpe D´Huez demasiado joven, fue campeón del mundo demasiado joven… ¿Cómo no pedirle que lo ganara todo?

Porque sencillamente no era posible. El bueno de Luis Ocaña se maravillaba en Antena 3 Radio ante la pose de Gianni en cada escapada, en cada contrarreloj: “Parece que no se moviera sobre la bici”, decía, y era verdad. Cuando Bugno, el gran Bugno, rodaba, daba la sensación de que alguien estuviera moviendo el paisaje a toda velocidad, una sucesión de familias, árboles, jóvenes exaltados y roulottes que pasaban difuminados mientras el transalpino se cuadraba sobre la bici y no movía ni un músculo.

Bugno era la elegancia igual que Chiappucci era la valentía, pero Induráin era un martillo pilón, una fuerza de la naturaleza contra la que era imposible luchar en igualdad de condiciones. La presión exterior pudo con él en demasiadas ocasiones, pero aun así ganó y ganó mucho. Puede que no tanto como los tifosi esperaban —“Gianni, facci sognare”, rezaban las paredes de los Alpes italianos cuando el Tour pasaba cerca de Sestrières— pero eso no era problema suyo sino de los propios aficionados.

Gianni suficiente hacía con sortear un divorcio, unas exigencias desmedidas y la horrible sensación de que, ganara lo que ganara, cada fracaso en el Tour eclipsaba el resto de una carrera maravillosa.

Lee el resto del monográfico sobre Gianni Bugno, con vídeos, fotos y los mejores momentos del ciclismo de la primera mitad de los 90 de manera gratuita en la revista JotDown.

miércoles, junio 20, 2012

La Euroliga de Aíto García Reneses



Alejandro García Reneses, madrileño del Ramiro de Maeztu, dejó a los 22 años el Estudiantes para irse al Barcelona y hacer carrera en Cataluña. Después de retirarse como jugador a una edad relativamente temprana, pasó a los banquillos del Cotonificio y el Joventut de Badalona con tal éxito que su ex equipo acabó contratándole para reconstruir una plantilla que se había quedado a un paso de demasiadas cosas, principalmente la Copa de Europa de 1984, perdida en Ginebra ante el Banco di Roma.

Aquella plantilla contaba con varios artífices de los éxitos de la selección española: Solozábal, Epi, Sibilio, De la Cruz… pero todavía rodaba a rebufo de un Real Madrid inmerso en el difícil trance de sustituir a algunas de sus estrellas de los 70 como Corbalán, Brabender o Rullán mientras combatía los cantos de sirena de la NBA, que llegaban con insistencia a los oídos de Fernando Martín.

Aíto llegó al Barcelona en 1985 y el primer año se llevó la Recopa; el segundo, la liga, y pocos días después, la Copa Korac. Aquel equipo se construía desde la defensa, lo que suponía una novedad en el baloncesto ochentero, acostumbrado a que los equipos alcanzaran con cierta asiduidad los 100 puntos. No es que renunciara al talento de Epi o Solozábal, pero junto a ellos reunió una serie de fajadores estajanovistas: Quim Costa como base suplente, Andrés Jiménez de tres alto en detrimento del tirador Sibilio, el nacionalizado Steve Trumbo, capaz de meter tiros libres con los ojos cerrados y jornaleros estadounidenses como el altísimo Wallace Bryant, el corajudo Eugene McDowell o el tosco Granville Waiters.

Prueba del nuevo estilo de juego —tenso, sin concesiones, competitivo al cien por cien— la daba que su gran estrella, casi por encima de Epi, fuera Audie Norris, un portento físico con una técnica deliciosa, absolutamente imparable en la pintura pese a su relativamente corta estatura, apenas un centímetro más (2,06) que el propio Jiménez. Norris no tenía nada que ver con los livianos y estilistas americanos de la época, que venían a Europa a promediar sus 30 puntos por partido, vivir la noche a tope y marcharse a menudo a mitad de una temporada si les llamaban los Denver Nuggets de turno: Norris era compromiso, entrega y lucha por encima de todo. Luego, además, calidad y talento.

Así era el Barcelona de Aíto. Así llegaron, una a una, cuatro ligas, de 1986 a 1990.

La asignatura pendiente era Europa. Al igual que la sección de fútbol, el Barça de baloncesto jamás había ganado la máxima competición continental. En Concha Espina las contaban con los dedos de las dos manos pero en Les Corts había que apelar a la paciencia. Una vez construido un equipo ganador, capaz de acabar con la hegemonía madridista en España, los éxitos europeos estarían al caer.

Por eso no se dio demasiada importancia al relativo fracaso que supuso quedarse fuera de la final en la temporada 1987/88 cayendo en Den Bosch ante el modesto equipo holandés; se entendió como un período de adaptación y se fió todo al año siguiente, el definitivo, el tercer año triunfal del Barcelona de Aíto. Aquella temporada, la prensa coincidía en que el equipo español era el más fuerte de todos. Su fase previa fue impecable, arrolladora, y llegó a la Final Four de Munich —primera vez que se utilizaba este formato de semifinales y final en campo neutral— como favorito indiscutible, con la ventaja, además, de enfrentarse a un equipo totalmente desconocido: la Jugoplastika de Split.

Los equipos yugoslavos ya habían dado muestras de su calidad con el Bosna Sarajevo de Delibasic, la Cibona de los hermanos Petrovic o el Partizán de los jovencísimos Paspalj y Divac, triunfantes en la Copa Korac. Eso sí, del equipo de Split no había referencias. Menos mal. Aquel partido de semifinales fue el inicio de un trienio mágico, posiblemente irrepetible en el recuerdo de los aficionados al baloncesto. Conducidos por Sretenovic y Pavicevic, con Perasovic e Ivanovic como anotadores impenitentes y sujetos al talento de los adolescentes Toni Kukoc y Dino Radja, la Jugoplastika no solo ganó con total autoridad las semifinales sino que se impuso al todopoderoso Maccabi de Magee y Jamchy en la final.

El impacto de Kukoc fue tal que el Barcelona intentó ficharlo de inmediato. Junto al Barcelona, media Europa. No pudo ser. El compromiso de Kukoc con su equipo era absoluto y siempre se ha dicho que Aíto no acababa de ver con buenos ojos su contratación, un rumor que no hay que tomar demasiado en serio pero que redunda en la idea del madrileño como técnico al que no le gustan las estrellas, olvidando que Kukoc no era una estrella al uso sino un jugador de equipo, alguien tan preocupado por hacer jugar a los demás como por jugar él mismo.

Al año siguiente volvió a demostrarlo en Zaragoza, batiendo en la final al Barcelona por 72-67. Los encuentros entre croatas y catalanes tenían un nexo común: el Barça salía como favorito, luchaba de tú a tú durante un rato y en cuanto los balcánicos tomaban cinco puntos de ventaja, el partido se acababa entre ataques de ansiedad, fallos en defensa y esa capacidad tan yugoslava de anotar la canasta clave en el momento clave, cuando el partido está a punto de dar la vuelta.

El dominio psicológico de los de Split era tal que, el año siguiente, incluso sin Radja, sin Sobin, sin Ivanovic… y sin su técnico, Bozidar Maljkovic, que había hecho las maletas rumbo a la ciudad condal, volvieron a batir a los Epi, Solozábal, Montero, Jiménez, un renqueante Norris y compañía, presas de su propio pánico. Precisamente, a Maljkovic le tocó conducir la transición de un Barcelona campeón pero ya envejecido. No lo consiguió. ¿Cuánta importancia tuvo la implacable sombra de Aíto desde su puesto de director deportivo? Toda la del mundo. No se podían ni ver. Veinte años después, la tensión sigue presente en sus encuentros. Aíto no suele hacer referencia al tema, pero Boza se pasó una década dedicándole al madrileño cada uno de sus triunfos en el Limoges, en el Panathinaikos…

Así que Don Alejandro fue de nuevo el elegido para retomar el rumbo. El equipo no podía dar contestación al Madrid de Sabonis, sus estrellas eran historia y solo Epi continuaba ejerciendo de gran capitán, dando pocos minutos como veterano de oro. Acompañado de nuevo por Quim Costa, esta vez como ayudante técnico, Aíto tardó exactamente una temporada en reconquistar el cetro de la ACB: con Xavi Fernández y Darryl Middleton como estrellas anotadoras más la habitual plétora de currantes —Peplowski, Salva Díez, Quique Andreu, José Luis Galilea…—, el Barcelona conquistó otros tres títulos consecutivos, de 1995 a 1997 y dos más en 1999 y 2001.

Dio igual. Al Palau ya no le gustaba Aíto, ni su estilo de juego ni su apuesta por un baloncesto demasiado táctico, en línea con lo que se veía entonces en el resto de Europa. Había en Barcelona una cierta nostalgia de Maljkovic como si los equipos del serbio fueran los Lakers de Magic. En ello tuvieron que ver los dos últimos batacazos europeos: la final perdida en 1996 ante el Panathinaikos con tapón ilegal de Vrankovic a Montero y sobre todo la paliza que el equipo recibióa manos del Olympiakos un año más tarde, con mutis total de Djordjevic y compañía en el partido más importante de la historia del club.

Se extendió la idea de que el Barcelona jamás ganaría una Euroliga con Aíto. Que sí, podía ganar 9 ligas, 4 Copas, 1 Recopa y 1 Korac, pero la Euroliga no caería. Reneses se convirtió en el perdedor más laureado de la historia. Había cambiado la trayectoria de su club en 180 grados pero ni sus directivos ni su afición le querían, así que desanduvo el camino que le separaba de Badalona y el Barça optó por la fiabilidad yugoslava de Svetislav Pesic.

No fue mala decisión para ninguno de los dos. En el Joventut, Aíto consiguió sacar al equipo del anonimato al que le había llevado la época post-Villacampa, y ganó una Copa del Rey más y dos torneos europeos: la Copa FIBA y la Copa ULEB, además de hacer debutar a talentos como Rudy Fernández, Pau Ribas o Ricky Rubio. En 2003, el Barcelona consiguió juntar a Jasikevicius, Bodiroga, Fucka, Navarro y Dueñas en un solo quinteto y el resto fue sentarse a esperar cómo el Palau Sant Jordi celebraba la primera Euroliga de su historia ante la Benetton de Messina y Garbajosa.

Ya cumplidos los sesenta, a Aíto le llegó por fin la oportunidad de entrenar a la selección española. Fue solo durante dos meses y para un campeonato, los Juegos Olímpicos de Pekín. Tras varios sustos ante China o Alemania, el equipo consiguió la plata ante un equipo estadounidense a la altura de los mejores de la historia, con Kobe Bryant y LeBron James dirigiendo las operaciones. Probablemente, aquella final haya sido el mejor partido FIBA que jamás se haya visto. Como si fuera una maldición, pasados los años, poca gente recuerda que a aquel equipo también lo entrenaba Aíto.

Artículo publicado en la revista JotDown, dentro de la sección "No pudo ser".

martes, junio 19, 2012

España 1- Croacia 0





1- Las Eurocopas, como los Mundiales, empiezan en cuartos. Eso, los españoles, deberíamos saberlo muy bien después de décadas de frustración, pero aun así conviene recordarlo: da absolutamente igual cómo te clasifiques, lo importante es clasificarse. Y si ganas dos partidos y empatas el otro, mejor, claro.

2- Eso no quita para que el partido contra Croacia fuera lamentable. Lo fue. España en ningún momento se vio fuera de los cuartos, pero sintió la presión en el cogote. Demasiada presión. ¿Se acuerda de lo mal que lo estaba pasando usted porque sabía que un gol croata nos eliminaba? Esa misma presión, multiplicada por diez, la sentían los jugadores y el seleccionador.

3- En el postpartido, Juanma Castaño preguntaba a Casillas cuándo veríamos "la España de verdad, la de la Eurocopa 2008 y el Mundial". Iker salió por donde pudo, pero yo tengo otra respuesta: "Nunca". Estamos compitiendo contra algo que nunca existió. España solo jugó un gran partido en la Eurocopa 2008, ante Rusia en semifinales, e incluso en ese partido se fue 0-0 al descanso. En el Mundial, todas las eliminatorias se resolvieron con 1-0, prórrogas incluidas.

4- Si España ganó esos torneos no fue porque bordara el fútbol de ataque y se hinchara a meter goles: en las siete eliminatorias que nos dieron Eurocopa y Mundial, España marcó ocho goles, y eso que a Rusia le cayeron tres. ¿Saben por qué ganó? Porque no recibió ninguno. Ni un solo gol en 690 minutos de fútbol ante los mejores equipos del mundo. Esa fue la diferencia. Esa solidez defensiva es la que nos salvó ante Croacia.

5- Es tan raro que a España le tiren a puerta con peligro, tan raro que dé un mal pase y provoque un contraataque que vivimos al borde del ataque de nervios. Ante Croacia, para los aficionados y la prensa, el mejor fue Iker Casillas. Es una elección dudosa, no porque Casillas no estuviera bien -Casillas siempre está bien- sino porque en realidad los croatas solo tuvieron una oportunidad de gol, el cabezazo de Rakitic, y habrá que reconocer que remató al muñeco de forma descarada. Sí, hay porteros que se comen incluso esos remates, pero el nuestro no es uno de ellos. Si le elegimos como el mejor, si multiplicamos sus paradas en el recuerdo es simplemente porque estábamos de los nervios.

6- El verdadero problema de España es que no marca goles. No los marcaba con Villa de 9 ni sin Villa ni con Torres ni con Cesc. Es un equipo con muy poca capacidad goleadora y que, insisto, ha ganado grandes torneos a base de fallar y fallar y acabar 1-0 con gol en el área pequeña, como hizo Navas ayer, que, para rizar el rizo, casi se mete en la portería con el balón. ¿Cómo se podría marcar más goles? Jugando de otra manera y con otros jugadores. Teniendo en cuenta que estos jugadores son los mejores que tenemos y que esta manera de jugar nos ha dado la Eurocopa y el Mundial, cambiar me parece de lo más absurdo.

7- Eso sí. Habrá que acostumbrarse de una vez. Acostumbrarse a la posesión en principio absurda que pretende desgastar al rival para que no llegue cómodo arriba, acostumbrarse a los jugadores que llegan al área y en vez de tirar recortan y buscan el pase y acostumbrarse a tiros mal elegidos o mal realizados porque estos tíos no juegan a eso. España podrá ganar la Eurocopa 2012 o no -nadie, repito, NADIE, en la historia ha conseguido ese triplete Euro-Mundial-Euro y me da que será por algo- pero a base de goleadas, ya voy advirtiendo de que no es probable.

8- Abordemos los dos grandes debates: el delantero. Torres volvió a jugar un partido decente sin balón y bastante infame con balón. El agravante fue que los mediapuntas estaban muy vigilados e incluso Xavi tuvo serios problemas para distribuir el juego. No hay desmarque que valga si el balón no se puede jugar claro. Eso es demérito español pero también es mérito croata: gran organización defensiva, enorme despliegue físico, constantes anticipaciones de sus centrales, por alto y por bajo. Sin nadie que vea sus desmarques, Torres es un jugador vulgar, aunque, eso sí, muy voluntarioso.

9- ¿Por qué no saca Del Bosque a Llorente o a Negredo, entonces? Entiendo que Negredo es la opción para remontar partidos y Llorente está medio muerto. Muchas veces uno hace una selección, elige jugadores que le gustan y que le han jurado que siguen en forma y en cuanto les ves entrenar, te entran mil dudas. Teniendo en cuenta la temporada agotadora de Llorente en el Athletic es posible que el chico no pueda más. Sólo posible, ojo, porque no lo sé. Negredo salió en los últimos minutos y dio sensación de peligro, pero es que esos últimos minutos eran una barra libre, con los croatas volcados, difícil sacar conclusiones.


10- Por último, ¿qué demonios pasa con Del Bosque? Si yo tuviera que criticarle por algo, sería por no utilizar más a Pedro y a Mata, pero su lectura del partido de ayer no fue especialmente criticable: forma con un 4-2-1-2-1 habitual. Manda a los laterales arriba pero Arbeloa no tiene el día por la derecha. ¿Qué puede hacer? El único sustituto es Juanfran y este es el primer año que juega de lateral en su vida. Torres está espeso, ¿qué hace, si con todo puede que sea el delantero más en forma de España? Son problemas endémicos del fútbol español: no hay laterales, no hay delantero centro y solo hay un extremo puro, que es Navas. Cuando Croacia empieza a sacar delanteros y pese a que el empate clasificaba a España, Del Bosque decide meter en el campo a un extremo, un falso nueve y un delantero centro. Eso obliga a los pocos croatas que quedan en el medio campo a defender como locos y agotarse e impide que puedan colgar balones a sus tanques. Sin esa opción desesperada, Croacia desapareció. Hay entrenadores que defienden metiendo centrales y entrenadores que defienden obligando a los centrales contrarios a meterse atrás y romper su equipo. Me quedo con los segundos.

y 11- El penalti de Busquets en el minuto 84. Estas cosas no solo le pasan a Luis Enrique. Nos salvamos de una buena, aunque ante Paraguay ya pasó algo parecido y Casillas paró el lanzamiento.

lunes, junio 18, 2012

Grecia elige el paso lento para aproximarse al abismo



Comprendo el suspiro de alivio pero no hay mucho de lo que alegrarse tras las segundas elecciones griegas en mes y medio. La victoria de Nueva Democracia, partido en el poder cuando se falsearon masivamente las cuentas de déficit, y que contribuyó por activa y por pasiva a la debacle griega de 2009, probablemente le dé más tiempo a Europa y permita que el memorándum que condiciona las ayudas se respete. Es probable aunque no seguro: el PASOK ha coqueteado con la idea de no participar en un gobierno de coalición si no está incluida Syriza y, obviamente, Syriza rechaza la propuesta.

Al PASOK le queda tan poco que perder que al final, por responsabilidad, aceptará el gobierno conjunto, pero intuye que es el último paso hacia el abismo, todos sus votantes le han abandonado en diferentes direcciones: los más centristas, rumbo a ND, los izquierdistas, en masa, a la Izquierda Democrática, Syriza y el Partido Comunista. Su resultado, inferior al 13%, le coloca en una posición dramática teniendo en cuenta que hasta la llegada de Papademos, situado a dedo por la Troika, era el partido en el Gobierno. Hablamos de Papandreu como si fuera una reliquia del pasado, pero presidía este país hace solo un año.

En fin, el gran titular será que los partidos a favor del memorándum han ganado las elecciones. Lo han hecho… pero muy ayudados por el extrañísimo bonus de 50 escaños al ganador. Cierto es que hace un mes y medio eso ni siquiera valió, pero el bipartidismo en Grecia parece acabado por completo, con las ventajas y los riesgos que eso implica y que pronto podríamos ver en España: por un lado, los culpables pagan por su inutilidad. Por el otro, hay espacio a nuevos partidos populistas, de valores muy dudosos y que suponen un enorme peligro para la democracia liberal tal y como la entendemos.

Valga solo un dato: en 2009, Nueva Democracia y PASOK sumaron el 77,40% de los votos. Apenas tres años más tarde, suman el 42,71% a mitad de escrutinio. Quizá PSOE y PP deberían hacer sus lecturas antes de continuar con este “tú empezaste” con el que nos obsequian día sí y día también.

No hay razones, además, para pensar que el populismo vaya a perder adeptos. La situación económica en Grecia es crítica y, sí, ahora al menos habrá dinero para pagar sueldos públicos el mes que viene, que no estaba nada claro, pero desde la intervención pocas cosas han ido a mejor en el país y el ciudadano medio lo nota cada vez más. Recordemos que el ciudadano medio es el que da y quita mayorías y no siempre está pensando en el bien universal de la humanidad cuando va a un colegio electoral sino en quién le ha llevado hasta esa posición.

Lo que me resulta más estremecedor es el resultado de Amanecer Dorado. Me estremece aún más que no esté siendo noticia. Hace dos meses consiguieron un 6,95% de los votos, ahora han calcado el porcentaje, aunque el reparto de escaños le sea ligeramente desfavorable. Por supuesto, todo el mundo sabía en mayo que Amanecer Dorado era un grupo filonazi, pero no habíamos tenido que asistir ni a la bochornosa rueda de prensa del día de las elecciones –“Todos de pie, respetad al líder”- ni a la doble agresión de uno de sus candidatos a dos compañeras de debate.

Respeto y puñetazos, esa es la receta pública de Amanecer Dorado y es la receta que han elegido decenas de miles de griegos, insisto, sin esperanza alguna de que esa deriva a la acción directa como método “político” no vaya a recrudecerse en los próximo s meses.

En definitiva, Grecia gana tiempo y con Grecia, España y todos los demás países en la cuerda floja. ¿Tiempo para qué? Nadie lo sabe. Durante meses nos han dicho que la incertidumbre del sistema financiero disparaba la prima de riesgo: el sistema financiero recibió una inyección de 100.000 millones de euros y la prima de riesgo subió a registros históricos. La explicación entonces fue que Grecia era el problema. Bueno, una salida de Grecia del euro no es más problemática ahora de lo que lo hubiera sido en 2010, por ejemplo. A lo largo de la semana veremos hasta qué punto nuestros analistas dan palos de ciego.

Si las condiciones a Grecia no se alivian de alguna manera que afecte menos a sus clases medias y bajas, el desastre civil está garantizado. ¿Merecen esa rebaja? Puede ser que no, que los griegos sean una panda de corruptos y ladrones, como he leído en muchos sitios. Sinceramente, lo desconozco. Solo sé que ganar tiempo para preparar mejor el caos es un error: por definición, el caos es impredecible.

Artículo publicado originalmente para el periódico El Imparcial, dentro de la sección "La zona sucia"

domingo, junio 17, 2012

En la soleada tarde de domingo...



Ya es verano en el sofá de la Chica Diploma y los niños gritan como locos tres pisos más abajo en la piscina de la urbanización. Dentro de unos meses será mi urbanización y mis niños y mi piscina. El domingo se presta al jolgorio familiar y todos se reúnen en torno al agua como si aquello fuera Moralzarzal, el chalet de Moralzarzal con su jardín con vistas a la piscina del chalet de al lado, separados sus toallas de nuestros libros solo por una modesta capa de piedras, plantas y alambres.

La Chica Diploma estudia y yo leo a Montero Glez. Es la una de la tarde y quiero dormir. Para mí, el verano significa dormir, significa dejar la tensión a un lado y entregarse. No contestar emails o retrasar la respuesta y caer rendido con un libro en las manos, las gafas en el suelo, la enésima derrota de Federer en el televisor, el sonido cada vez más lejano. La siesta de la una de la tarde. La incomparable felicidad de la siesta a la una de la tarde, la siesta a destiempo, sin orden.

En general, todo el barrio está de verano, con bañadores, toallas y flotadores ocasionales. Madrid Río. Ayer estuvimos en el teatro, viendo "Orquesta Club Virginia" por cortesía de Macarena Gómez. Las invitaciones eran centradas, en la sexta fila y al lado de Fernando Trueba, lo que nos colocaba a un grado de separación de los Oscar de Hollywood. Pensé en decirle algo, algo del tipo "soy muy amigo de la Chica Imán y la Chica Imán es muy amiga de toda tu familia", pero me pareció que ser Fernando Trueba, en determinados contextos culturales, debe de haber sido una pequeña maldición durante demasiados años y que quién era yo para impedirle disfrutar tranquilo, con su mujer, de la obra.

Ya se encargaría su vecino de la izquierda de darle el coñazo, cosa que, efectivamente, hizo al instante.

Madrid en domingo empieza a tener ese aire de agosto. Puerta del Sol semivacía, calor asfixiante, vagones de metro reservados para extranjeros. Cafés que se vacían a la hora de la Eurocopa. Grupos de turistas con un guía que les habla sobre "Preciados Street". El sábado estuve viendo un documental sobre el Dream Team y John Stockton hablaba de las Ramblas diciendo "esto es algo parecido a Times Square". Es curioso porque a mí no se me hubiera ocurrido nunca esa comparación. Quizás otra, pero esa nunca. Times Square tiene el encanto de lo que no existe, de la simulación constante, de la puta cansada. Las Ramblas es todo lo contrario, un aluvión de realidad que te cae encima.

¿Qué es Sol, entonces? Una plaza ya sin patrocinadores donde los que hemos quedado en el kilómetro cero nos vamos a la fuente de delante para buscar de la sombra. Cojo mi mochila al borde de la deshidratación, por si acaso a alguien se le ocurre robarla. No me quiero ni imaginar la cara de decepción de ese hombre que da el tirón, corre lleno de adrenalina a 40 grados, esquiva un par de policías y se mete en un portal a comprobar que dentro de la mochila solo hay un libro y una caja de tiritas. Mi mochila es Europa, ahora que lo pienso.

Lo que no sé es quién es el ratero porque al final no se animó nadie.

sábado, junio 16, 2012

Is she weird?



La mañana de sábado en la línea 6 antes de las nueve y media. En el iPod, el Bossanova de los Pixies. Recuerdo cuando yo tenía once años y escuchaba a Rick Astley y no entendía cómo mi padre podía seguir empeñado en que no había música más allá de Frank Zappa y The Doors. No entendía que el presente no lo fuera todo, la manía de mi padre de negar el presente, que, a lo que se ve, viene siendo una tradición familiar -"no sé quién soy, no sé quién fui, a veces pienso..."-. Cuando escucho a los Pixies estoy en casa en cualquier vagón, en cualquier escalera mecánica.

Estoy a salvo.

Hay algo en "Is she weird?" por ejemplo que me hace recordar que estoy vivo. A partir de los 35 años es bueno que alguien te recuerde esas cosas porque a uno se le olvidan. Algo en "The Happening" que me invita a universos paralelos -"they´ve come so far, I´ve lived this long, at least, I must just go and say hello"- y algo en "Down to the well" que me sigue intrigando, algo perdido en las líneas del bajo de Kim Deal y en los diecinueve años, en las cartas desde la clase de metafísica a la Chica Langosta. La Chica Langosta escribiendo sobre cigarrillos More en alguna de mis cajas de zapatos.

Tuve un sueño raro esta noche. Varios sueños raros, creo. Uno de ellos era un acercamiento de lo más amable a mi adolescencia que acababa en tangana y culpabilidad. Cuando me levanté, la Chica Diploma estaba acostada en un sofá, así que tuve que ir a rescatarla del amanecer. Luego volví a caer dormido. Fue algo precipitado porque Madrid estaba preciosa a esa hora, y quien dice Madrid dice Carabanchel, el todo por la parte.

Ayer cenamos pollos y huevos rotos. Cambiamos paralelas por perpendiculares. Pensé en lo maravilloso que sería que Roger Federer ganara el quinto torneo de esta temporada y en sus posibilidades de ser número uno si vence en Wimbledon, cosa que, por supuesto, la realidad, es decir, Rafa Nadal o uno de estos, se encargará de evitar. Por la mañana, después de clase, esto es, después de "Is she weird, is she white, is she promised to the night?" (y quién no ha querido enamorarse alguna vez de alguien así), me paré a pensar y entre el ataque de ansiedad y el de autocomplacencia elegí lo segundo. Fue un momento mágico.

Yo nunca pensé que amaría a mujeres tan bellas, nunca pensé que escribiría junto a gente tan talentosa, nunca pensé siquiera que tendría el valor de intentarlo. Pero a lo que se ve, sí.

jueves, junio 14, 2012

España 4- Rep. Irlanda 0



1- Si usted tiene Twitter o sabe hacer números, ya sabrá esto, pero viendo el follón en el que se ha metido Paco González -o le han metido, más bien, porque él está para comentar y alguien de redacción o producción podría pasarle los números- a España le vale el empate contra Croacia para pasar a cuartos de final. Si empatan y no gana Italia, será primera de grupo. En caso de victoria italiana, el empate a cero entre España y Croacia deja primeros a los transalpinos, segundos a los españoles y fuera a los croatas. El empate a uno nos deja primeros salvo que Italia gane por cinco goles y el empate a dos deja fuera automáticamente a Italia y nos clasifica también como líderes. No es tan complicado, hagan sus cuentas.

2- Vamos al partido: Del Bosque hizo lo mismo que en el Mundial con Busquets. ¿A quién le ha metido palos la prensa? ¿A Torres por no definir y a Arbeloa por no atacar en el lateral? Pues los dos titulares. El resultado ha vuelto a ser fantástico: dos goles del fuenlabreño y un partido para enmarcar de Arbeloa, siempre bien colocado, siempre ofreciendo apoyo y desmarque y capaz de volver para defender cuando hizo falta.

3- Volviendo a Torres: es complicado hacer un partido mejor sin balón. En serio, espectacular en los desmarques y en el manejo de los espacios. Muy torpe en la definición y en la elección de opciones salvo en la primera que tocó, la única que no pensó y en la definición del 3-0, una jugada nada sencilla porque el balón se le queda un poco atrás en el control. También es verdad que si el tío además metiera goles, costaría lo menos 60 millones de euros... oh, wait!

4- Irlanda ofreció poca resistencia. Muy poca. Por lo visto hasta ahora, es el equipo más flojo y menos competitivo del campeonato, algo extraño teniendo a Trapattoni en el banquillo. Aun así, la defensa española fue ejemplar, de una estabilidad y orden en la presión sobresaliente. En 90 minutos, los irlandeses apenas dispararon dos o tres veces a puerta y ahí estuvo Casillas. La solidez defensiva es clave para poder atacar todo el equipo, más en un equipo con tantos problemas para el gol como España.

5- El mérito hay que repartirlo entre Ramos y Piqué, mucho más coordinados que en el primer partido, y sobre todo Busquets y Alonso. El de Tolosa mejoró muchísimo su actuación de hace cuatro días: en este tipo de partidos es lógico que distribuya menos balón porque ya se encargan Xavi e Iniesta, pero estuvo siempre donde debía para evitar contraataques y volver a iniciar la jugada.

6- Sí, yo también grité "tira, tira" cuando Silva se regodeaba en el área antes del 2-0. Todos lo hicimos. Ese es el juego de España y en ocasiones desespera. En la primera parte, sobre todo, dio la sensación de una cierta tensión o falta de confianza. Muy bien hasta tres cuartos, pero como con miedo de molestar. Lentos en el desmarque y la diagonal, Torres como único jugador móvil, junto a algún desmarque ocasional de Xavi. El entusiasmo de los comentaristas tras la primera parte obedecía a una superioridad evidente pero maquillaba una realidad: este equipo falla demasiadas ocasiones para un nivel tan alto.

7- Silva e Iniesta. Una barbaridad. Bien ayudados por Alba en sus internadas. Creo que Andrés estuvo esta vez menos brillante, aunque se lo podía permitir: él tiene que estar ante las Italias y limitarse a cumplir ante las Irlandas. David es una estrella mundial, un jugador que marca diferencias, no lo quitaría nunca de mi equipo.

8- Los cambios: Javi Martínez estuvo más incisivo que Xabi Alonso, lo que no quiere decir que estuviera mejor, simplemente, como es normal en un chaval joven que viene de suplente, quiso demostrar que tenía sitio. Llegó con facilidad al área ajena en el mejor momento del partido, cuando aquello era una barra libre, y se ganó una tarjeta por una entrada contundente con los tacos por delante. Cesc marcó y se enfadó mucho. Torres también se había enfadado antes. Quizá les convenga leer menos el periódico. Cazorla merece más minutos, pero, ¿a costa de quién? Bueno, al menos Iniesta pudo descansar. Yo sigo echando de menos a Pedro.

9- Estoy intentando buscar algo que decir sobre Irlanda pero no lo consigo más allá del tópico de su afición entregada y bla, bla, bla... Su juego no solo fue primitivo sino absurdamente primitivo porque Robbie Keane no es un delantero tanque. En cualquier caso, un equipo que se construye en torno a Given, Duff y Keane, sus estrellas ya en el Mundial de 2002, ya ha cumplido clasificándose para esta competición.

10- Queda Croacia. Todos los cálculos no sirven de nada si Croacia nos gana, porque Irlanda va a perder contra Italia salvo debacle total de los azzurri. Pactar un dos a dos sería una cosa muy fea y muy difícil de justificar. Ante Italia les vi muy balcánicos, es decir, corajudos, peleones, jugando a rachas. Si España defiende bien el medio campo y muestra algo de acierto arriba, el partido no debería escaparse. Ser primero de grupo hace que no te encuentres contra Alemania hasta la final. Teniendo en cuenta que Holanda tiene un pie y medio fuera de la Eurocopa y que Francia iría por el otro lado del cuadro caso de quedar primeros de grupo, no es una recompensa escasa.

Crisis y oasis


Pase lo que pase en Bruselas, España mantendrá la cordura mientras existan las terrazas. El día que no haya terrazas o que estén vacías, ese día llegará el apocalipsis. El sábado estábamos Patricio Barandiarán y yo en la plaza del 2 de mayo sorteando violinistas cuando se nos unió Alejandro Cano. Patricio es músico, Álex es actor y yo soy escritor, así que somos una suerte de "tridente catacrocker". Hablábamos de las nuevas oportunidades, las que hay que buscarse. No hablábamos de cambiar el mundo ni de poner al mal tiempo buena cara. Buenrollismo, el justo. Hablábamos de sobrevivir, ni siquiera de ganarnos la vida con lo nuestro sino aspirar a que lo nuestro no nos cueste dinero.

Patricio publicará en breve un EP llamado "Jijí, jajá", autoeditado, producido entre él y un amigo, compaginado con su trabajo de lunes a viernes. El disco es bueno, muy francés, muy Gainsbourg, cuanto más Gainsbourg, mejor, aunque a mí me gusta Patricio cuando no es tan estupendo y tan ligón y sospechas que las cosas le pueden ir mal. Disculpen mi atracción por los personajes a los que las cosas les pueden ir mal, es un gusto como otro cualquiera. Creo que la elegancia solo se demuestra en la derrota y por lo menos hay que coquetear con ella.

Otros que están en el camino son Tucan Morgan, es decir, Sofía Comas y Carlos Ramos. Su EP se llama "Scary Folios" y está producido por Álex Ferreira. Sofía tiene una fragilidad extraña, es decir, parece muy frágil, luego no lo es en absoluto y cuando la conoces te vuelve a parecer frágil otra vez pero de una manera completamente distinta a la primera. No sé si eso le ayuda a la hora de componer o no, pero sí le da una clara personalidad y presencia en el escenario. Por supuesto, hablamos de autoedición, hablamos de autofinanciación y hablamos del "hágalo usted mismo" de cada día.

Más locuras en tiempos de cólera: Begoña Minguito y Paula Corroto, entre otras, presentan estos días una revista cultural online llamada "Encubierta". La revista combina el artículo clásico, el reportaje, la entrevista... con la oferta en ebook de libros y el "teaser" gratuito de algunos de ellos, comentados por los propios autores. Su intención es hacer girar cada número sobre un tema y su distribución incluye Amazon, que, nos guste o no, es lo suyo. Aquí tienen el link, por si les interesa cotillear. En el primer número hablan de la Cultura de la Transición y el enfoque desde luego está trabajado.

¿Y mientras yo en qué ando? Ando. Bastante. Pero ya saben que yo solo hablo de mí mismo con cuatro años de decalaje. Todo apunta, en cualquier caso, a que en otoño voy a tener gemelos.

miércoles, junio 13, 2012

What would my euphemism be?



Entonces lo que queda es el insomnio. Un  insomnio que se camufla de ganas de ver el primer partido de la final de la NBA pero que se materializa en las tonterías habituales: las viejas fotos, googlear tu propio nombre para comprobar que existes y, lo más importante, que exististe, pensar en presupuestos y pagos y cesiones de derechos y sí, cada tanto tiempo, confiar en recuperar la señal del streaming y ver si Kevin Durant puede con LeBron James.

Yo sé que el insomnio tiene que ver con la cafeína pero también con la excitación de un día libre. No hay nada peor que un día libre para un hombre como yo. Los días libres me desarman porque se convierten en una sucesión de compromisos, de expectativas, de ansiedades sin objeto: la mañana, ordenando capítulos y secciones y recuerdos; la tarde, devolviendo emails llenos de categorías, colaboradores, sueldos... Tengo la sensación de estar haciendo lo más importante de mi vida, con diferencia. De estar en ese momento que puede marcar un antes y un después y eso, obviamente, es excitante pero a la vez es angustioso y la combinación de excitación y angustia le ata a uno delante de la pantalla, de cualquier pantalla, viendo cómo los mosquitos se estrellan como idiotas.

Nunca apunté tan alto y es normal que me pregunte si seré capaz de disparar, como el frágil protagonista de una película que tiembla con la pistola en la mano mientras su enemigo espera el momento de quitarle el arma de un puñetazo.

El insomnio implica algo parecido a la resaca: ojos rojos y picantes, garganta seca, cansancio generalizado. Son las últimas clases del curso, aunque en breve empiezo otro curso como si la vida fuera un anillo que llevara escrito "eterno retorno". Rescato "Closer" para mis alumnos. La escena del autobús, la primera, aquella en la que Natalie Portman pregunta "What would my euphemism be?" y Jude Law contesta: "She was disarming", a lo que Portman, algo sonrojada, replica: "That´s not a euphemism" y él acaba la conversación con una media sonrisa, mirada fija tras las gafas: "Yes, it is".

Y yo me acuerdo de cuando llegaba a casa a las cinco de la mañana y escribía emails y mensajes de Facebook acerca de eufemismos y chicas desarmantes como si no hubieran pasado dos años -el césped verde, el balón botando, cierta nostalgia de las vuvuzelas- pero me tengo que centrar en mi trabajo: en la no necesidad de poner "an" antes de "euphemism" porque el sonido no se considera vocálico. Las excepciones a las reglas que siempre hacen que el profesor parezca culpable de algo.

Pienso en lo que he envejecido en estos cuatro años y lo absolutamente maravilloso que es envejecer. Háganme caso: envejezcan. A ustedes ahora quizá les parezca terrible la idea, pero envejecer consiste precisamente en acostumbrarse a cada momento. Huir de los eufemismos y volver a la realidad. Las cosas mismas. Eso es la madurez, una vuelta a las cosas mismas. Alguien puede pensar que sin imaginación no hay valor y algo de cierto habrá en ello, pero sin realidad no hay nada y cuando eres feliz no quieres ser feliz, simplemente lo disfrutas.

martes, junio 12, 2012

Cursos intensivos de inglés a precios ridículos



Este verano también hay que pagar el piso, así que voy a dar cursos intensivos de inglés en la Fundación UPDEA los meses de julio y septiembre. Son cursos de dos horas diarias, en horario de mañana o de tarde y que cubren los niveles intermedios y avanzados. Como UPDEA es una asociación sin ánimo de lucro y es la primera vez que hacen algo así en verano con idiomas, los precios que hemos puesto son baratísimos. No porque sea una cutrez, muchos de vosotros me conocéis como profesor, sino como inversión para darse a conocer.
 
Os explico los niveles:
 
- Nivel intermedio.- Se requiere un nivel suficiente como para parlotear en inglés, aunque sea cometiendo errores. Gente que hace tiempo que no lo toca y quiere ponerse al día o que han ido haciendo cursos durante el año y no quieren perder lo que han ido ganando o simplemente que les apetece aprenderlo y pasar un buen rato sin exigencias externas.
 
El curso se divide en dos: Lengua (L,X) y Conversación (M, J). Es una manera de organizarlo para quien no quiera ir los cuatro días y prefiera ir solo dos, pero obviamente en la parte de conversación se tendrán que ver cosas de gramática y en la parte de aprendizaje de la lengua habrá conversación de sobra. Los horarios son de 10 a 12 por la mañana y de 18,30 a 20,30 por la tarde.
 
- Nivel avanzado.- Dirigido a gente que utiliza el inglés con cierta frecuencia en su trabajo, o en viajes, o en academias, escuelas, institutos... y que lo habla con una cierta corrección pero no quiere estar todo el verano sin repasar o quiere preparar algún examen tipo First Certificate en otoño,o, simplemente, le gusta mucho el inglés y quiere mejorarlo para circunstancias futuras.
 
Aquí sí que hemos decidido hacer un intensivo de 32 horas, de lunes a jueves, todos los días un par de horas, en los horarios citados de mañana (10-12) y tarde (18,30-20,30). Tendremos vídeo, Internet, libros, listenings... todo inglés real, del día a día, para ir mejorando y aprendiendo trucos.
 
Los precios son los siguientes:
 
- Nivel intermedio normal.- 110 euros por 16 horas mensuales. Si hacéis la matrícula antes del 20 de junio os sale a unos 95 euros, un poco menos.
 
- Nivel intermedio conversación.- Mismas condiciones: 110 euros por 16 horas mensuales, 95 euros antes del 20 de junio en cualquier caso.
 
- Nivel intermedio (pack lengua + conversación).- 200 euros por 32 horas mensuales, que se convierten ¡en 160! si os matriculáis antes del 20 de junio.
 
160 euros por 32 horas de nivel intermedio, intensivo, con inmersión en inglés, haced vuestros cálculos.
 
- Nivel avanzado.- 230 euros por las 32 horas mensuales, en un nivel alto de inglés, es decir, menos de 7 euros por hora, pero es que además, con los descuentos, os sale a 184 si hacéis la matrícula antes del 20 de junio.
 
184 euros por 32 horas de inglés al más alto nivel es un precio con difícil comparación.
 
La Fundación UPDEA se encuentra en la calle Barceló número 13, es decir, nada más salir del metro de Tribunal y muy cerca de los de Alonso Martínez y Bilbao. El teléfono es 91 447 68 20. Si no estáis seguros de vuestro nivel, os harán una prueba. Si habéis sido alumnos míos, avisadme antes y yo os diré qué nivel vais a aprovechar más.
 
Las clases funcionan con un mínimo de 5 alumnos y un máximo de 9, para que todos podamos hablar y yo pueda ir monitorizando el progreso y las necesidades de cada uno. Empiezan el lunes 2 de julio y duran cuatro semanas exactas, es decir, hasta el jueves 26. En septiembre, repetimos con las mismas condiciones, del lunes 3 al jueves 27.
 
Para cualquier duda, estoy a vuestra disposición. Espero que nos veamos pronto. Si conocéis a alguien que pueda estar interesado, me haríais un gran favor reenviándole esta oferta.

domingo, junio 10, 2012

España 1-Italia 1


Algunos apuntes sueltos del debut de la selección:

1- Nunca en la historia había ganado España a Italia un partido de Eurocopa o Mundial. Nunca. Las razones por las cuales algunos pensaban que esto iba a ser un paseo se me escapan. Por supuesto, en un momento de esplendor como el que vivimos, es fácil pensar en cambiar la estadística, pero conformémonos con que no jugamos como nunca y perdimos como siempre. Jugamos regular y empatamos, que fue exactamente lo que los dos equipos merecieron.

2- No entiendo el pánico del aficionado y el comentarista español al empate. Por supuesto, yo también prefiero ganar 3-0 pero sé que contra las Italias de estas competiciones esas cosas, sencillamente, no pasan. En la liguilla previa no se gana la Eurocopa pero sí se pierde. Durante los tres minutos que Italia estuvo por delante en el marcador se apreció la enorme diferencia entre empezar con 0 puntos mientras tus rivales ya tienen 3 y pasar el partido más difícil del grupo con un puntito en el marcador.

3- Italia es mucho mejor equipo de lo que mostraron los amistosos. Ganó el Mundial en 2006, solo cedió en los penaltis de 2008 y se la pegó a lo grande en 2010. No sé qué será de ellos este año pero no tiene mala pinta: la defensa, bien colocada. El medio del campo, muy presionante, y unos delanteros bien utilizados: Balotelli y Cassano, siempre sobreexcitados, para desgastar, y Di Natale para rematar en las segundas partes. Suena bien.

4- A Paco González le parecía muy mal que Busquets se ocupara de Pirlo y pedía más libertad para Xabi Alonso. Supongo que eso fue hasta que Busi se despistó en una jugada y Pirlo le dio el 0-1 a Di Natale. "Nos conviene un partido abierto", llegué a oír. No. España no es el Real Madrid, España necesita un partido cerrado: posesión, orden, pocas ocasiones rivales y a apurar los goles que aparezcan en jugada. Ganamos un Mundial después de ganar 1-0 todas las eliminatorias. En la Eurocopa, repetimos 1-0 en la final, 0-0 en cuartos y solo marcamos más de un gol ante Rusia, aquel 3-0... que se dio en la segunda parte. Los problemas de gol con Villa ya eran importantes. Sin Villa son dramáticos. Cuantas menos sorpresas nos deparen los partidos, me temo que mejor.

5- "El falso nueve". Eso está muy bien si tu falso nueve es Messi y mete 70 goles por temporada. Cuando el propio Guardiola ha intentado hacer jugar a Cesc en esa posición, se ha notado la incomodidad del de Arenys. Cuando Silva ocupó la punta y Cesc pudo llegar desde atrás se vio más peligro. Así, el primer gol. No entendí que fueran precisamente Silva y Cesc los cambiados. Por mi parte, no quitaría a Silva ni a Iniesta de mi equipo ni aunque estuvieran cojos.

6- Iniesta. Vaya escándalo de partido. A la altura de sus mejores noches. Le faltó el gol en aquel tiro desde la izquierda que Buffon desvió con la punta del guante. Desniveló cuando quiso y aportó el grado de verticalidad que a sus compañeros tanto les cuesta. No es nada nuevo. España juega en horizontal y pasa líneas mediante el toque. Lo hizo en 2008 y en 2010. Decir "Esta no es La Roja a la que estamos acostumbrados a ver" remite a los partidos ante las Lituania y Escocia de turno. Ante Italia, excesos los justos.

7- Los laterales jugaron un extraño partido en una selección donde resultan vitales. Arbeloa no desbordó ni una vez con acierto y Jordi Alba estuvo demasiado nervioso: ni terminaba de aparecer en ataque ni de cerrar en defensa y se acabó llevando una tarjeta por protestar. Es normal siendo un debutante. El problema es que realmente NECESITAMOS ese aporte de los laterales, el que dieron Ramos y Capdevila durante los años gloriosos. Tendremos que seguir esperando para comprobar su evolución.

8- Ramos de central no estuvo mal, tampoco estuvo bien. La jugada contra Balotelli resume su partido: se pierde, elige mal, se cae al suelo, deja al rival solo ante el portero... y luego milagrosamente llega en un sprint brutal para tocar el balón cuando el italiano se disponía a fusilar a Casillas. La baja de Puyol se va a notar tanto como la de Villa o más.

9- La salida del nueve puro. Una cosa es indudable: la entrada de Torres produjo una gran cantidad de oportunidades. Algo de mérito suyo tiene que haber en eso aunque las imágenes muestren hasta tres excelentes pases resueltos con una torpeza inaudita, la misma torpeza de los últimos dos años. ¿Está el fuenlabreño para jugar en una selección aspirante a ganar la Eurocopa? Lo mismo, habrá que verlo. Llorente no da esa velocidad y Negredo está aún verde a este nivel. Colocar ahí a Pedro, probablemente nuestro mejor goleador, no sería mala idea, pero volveríamos a lo del "falso nueve" y ahí se ve que Del Bosque confía más en Cesc y Silva.

10- ¿Qué nos cabe esperar? El resultado es bueno y el juego, salvo momentos de zozobra, no fue malo. Creo que Italia jugó a un nivel sobresaliente y así hay que reconocerlo. Si empatar ante una cuatro veces campeona del mundo es un fracaso, a mí bórrenme de esto. No sé si España ganará el torneo, tiendo a pensar que no, pero si lo hace será sufriendo como perros, manejándose en los 1-0 y los 1-1. Cada gol cuenta. En una portería y en la otra. Dos victorias nos dejarían probablemente como primeros de grupo. Ahora mismo ni siquiera está claro qué te puede deparar ser primero de grupo, miren lo que le pasó a Holanda.

¿Por qué España no ganará la Eurocopa?



De entrada, por supuesto, quiero aclarar que yo deseo que España gane la Eurocopa. Si lo deseaba cuando al equipo lo dirigían Nadal y Hierro, ¿cómo no voy a hacerlo ahora que están Alonso, Xavi, Busquets o Iniesta? Otra cosa es que crea que va a ganar. Me parece muy improbable. Si lo supiera seguro, no estaría escribiendo esto, sino apostando en cualquier página de Internet o informando a la fiscalía italiana, pero tengo un mal pálpito.

Empecemos por la estadística: ningún equipo, en la historia, ha sumado tres grandes campeonatos seguidos. No, ni siquiera el Brasil de Pelé, que, por cierto, no ganó ni una sola Copa América. Alemania consiguió el doblete Eurocopa (1972)- Mundial (1974) y se quedó a un penalti de Panenka de lograr la hazaña en 1976, mientras que Francia invirtió el orden con un Mundial (1998) y una Eurocopa (2000) pero hizo el ridículo en 2002, quedando eliminada en la primera ronda.

Como se puede argumentar, con razón, que las estadísticas están para romperlas, vayamos a los hechos: el equipo llega cansado. Es normal. Dos terceras partes de la plantilla están formadas por jugadores de Real Madrid, Barcelona o Athletic de Bilbao, que han disputado en torno a los 60 partidos esta temporada. No solo eso: hablamos de jugadores que llevan ya muchos veranos con la selección, incapaces de recuperar del esfuerzo del año anterior. Llorente, por ejemplo, es un delantero maravilloso, pero en sus últimos partidos sencillamente no podía con su alma, lo mismo sucede con Xabi Alonso o el propio Xavi Hernández, con molestias continuas en el sóleo.

A los tocados –física o mentalmente- se le unen los lesionados. No son dos cualesquiera: Puyol es el bastión de la defensa del Barcelona y de la selección. Se habla mucho del tiqui-taca y del juego ofensivo de estos dos equipos pero a menudo se olvida algo: el Barcelona ha sido el equipo menos goleado de la liga española las cuatro últimas temporadas. No sé si alguna vez se ha dado algo parecido. Con el mismo Puyol en el centro de la zaga, España ha ganado sus dos títulos sin encajar ni un solo gol en ninguna eliminatoria: ni en los tres partidos de la Eurocopa 2008, con prórroga ante Italia incluida, ni en los cuatro del Mundial, contando también la prórroga ante Holanda.

En total, 690 minutos de K.O. con la puerta a cero. Impresionante.

La otra baja, Villa, ha sido el clavo al que agarrarse durante estos años cuando las oportunidades acababan en nada: fue máximo goleador de la Eurocopa y del Mundial, con goles decisivos ante Portugal y Paraguay que valieron sendas clasificaciones. No hay un delantero que combine remate y habilidad como él: Torres es rápido y técnico, pero le cuesta encontrar portería, Negredo, al contrario, es poco más que un delantero de área, y Llorente, quizás el mejor jugador de los tres, tiene aún que demostrar su capacidad para caer a bandas y asociarse con los medias puntas.

Por otro lado, y siendo optimistas, la temporada de Ramos ha sido sensacional, aunque si eso deja el lateral derecho a Arbeloa, el equipo lo notará. En ataque, es vital que Pedro recupere su toque mágico cara a puerta. Ese chico parece que nunca hace nada, no sobresale en ningún aspecto, pero en cuanto llega un partido decisivo, ahí le tenemos. Se ha pasado la temporada entre lesión y lesión y para cuando le toca jugar la final de la Copa del Rey se saca dos goles de la chistera. Impresionante.

En definitiva, ¿es España el mejor equipo? Probablemente, sí. ¿Llega en el mejor momento? Ni mucho menos: la temporada se alargó estúpidamente por la final de Copa, apenas ha habido preparación y muchos jugadores llegan cansados o medio lesionados, como en el caso de Cesc. Por si fuera poco, acechan Alemania, Holanda, Francia, Italia… o incluso la Portugal de Cristiano Ronaldo, un jugador que puede reventar un campeonato él solo y tarde o temprano lo hará, como lo hará Messi con Argentina.

Si quieren una buena noticia de este pitoniso se la daré: los Juegos Olímpicos los ganamos con la gorra. Y otra buena noticia más… nunca doy ni una con los pronósticos: Bet and Win debería patrocinar mi camiseta.

Artículo publicado (antes del debut de España) en el periódico El Imparcial, dentro de la sección "La zona sucia"