lunes, febrero 20, 2012

Barcelona 5- Valencia 1



Con el Madrid en la distancia, la liga no tiene más rival para el Barcelona que su propio estado de ánimo. Con un mes de supuesta calma por delante –la liga está perdida, la eliminatoria contra el Bayer más que encarrilada- el equipo necesita pulsarse el ánimo y transmitir mensajes al entorno que a su vez eviten un pequeño ataque de histeria que, conociendo al Barcelona a lo largo de décadas, se puede dar en cualquier momento.

El partido contra el Valencia tenía un peligro evidente: los de Emery son un rival incómodo para el Barça, siempre lo han sido, y un mal resultado no solo dispararía la ventaja con respecto al líder sino el pesimismo cara al resto de temporada. Más aún con el 0-1 que marcó Piatti a los pocos minutos de empezar el encuentro. Era un momento clave, especialmente para Piqué, que volvió a andar algo lento a la hora de cubrir el desmarque, aunque el error de Valdés fue también de escándalo. ¿Sería capaz el Barça de luchar para dar la vuelta al partido o se dejaría llevar en la desidia?

La respuesta fue inmediata. Ordenados por Busquets e Iniesta, soberbios en el medio del campo y ayudados por la omnipresencia de Messi, un jugador que sigue siendo sorprendente, empeñado en batir sus propios records. Los dos goles del argentino en pocos minutos dieron la vuelta al marcador pero la sensación era de un dominio absoluto, que recordaba a temporadas pasadas. Lo habitual en el Camp Nou, vaya. El asunto es saber si este Dr. Jekyll y Mr. Hyde que es el Barcelona será capaz de repetir exhibiciones en la final copera o en lo que le queda de Champions.

Cuando está enchufado, el equipo sigue siendo imparable, y para eso necesita reconocerse: Busquets e Iniesta en la media, Cesc en todas partes, Messi, Pedro y Alexis delante. Incluso sin Xavi, el equipo funciona en cuanto adelanta la línea y presiona como antaño. Cierto es que el Valencia no puso demasiada resistencia, tan cómodo en su tercera posición como el Barcelona en la segunda, pero la exhibición de juego y, sobre todo, de oportunidades fue aumentando conforme avanzó el partido y más aún cuando Tello salió por un desacertado Pedro.

Solo Alves y los postes impidieron más goles de Cesc y Messi. En rueda de prensa, Guardiola afeó la falta de puntería del de Arenys, pero Cesc nunca ha sido un goleador. Sus números de esta temporada en ese sentido ya son más que válidos, el problema es que en el Barça no hay ni un solo delantero centro que aparezca con la caña cuando los centrocampistas no están acertados o Messi no hace el milagro de turno. Perdiendo una oportunidad tras otra llegaron los locales a los minutos del “run run”, especialmente cuando Valdés salvó el empate esta vez en una acción muy meritoria.

Así hasta que Messi mandó parar, otros dos goles en pocos minutos para un total de cuatro en el partido, 27 en liga y 42 en todas las competiciones. Súmenle 20 asistencias y casi 15 postes, prácticamente todos ellos de jugada. Mientras Messi esté en el Barcelona, el equipo será candidato a cualquier competición “explosiva”. Otra cosa será la liga, donde la plantilla queda corta para rendir cada semana al ritmo que marca el Madrid año sí, año también. Ahí harán falta refuerzos, guste al núcleo duro de la narrativa canterana o no. Por supuesto, ir incorporando a los Thiago, Tello, Cuenca, Montoya es algo necesario, pero si quieres jugar (y ganar) 60 partidos en 9 meses, necesitas jugadores más experimentados.

Al final, los Mascherano, los Adriano, los Sylvinho, los Keita, los Belletti, incluso los Milito, son los que te dan consistencia y títulos, con su trabajo sordo.

Aún hubo tiempo para que Xavi, incorporado en los últimos instantes del partido, marcara un quinto gol. Uno echa un vistazo a la clasificación y se vuelve loco ante tamaña bipolaridad: 50 goles en 12 partidos en el Camp Nou (más de cuatro por partido)… apenas 18 en sus encuentros fuera de casa. Así se pierden las ligas, sí, pero no se cierran los ciclos. El equipo sigue siendo extremadamente brillante y contundente en momentos clave. No va a ganarlo todo siempre, eso está claro, pero aún puede ganar muchas cosas. Este año sin ir más lejos.