jueves, septiembre 01, 2011

Common people



Me levanté canturreando "Common people". No sabría explicar por qué. Estaba en la habitación vacía de una casa que no era mi casa: la noche anterior fui al cine sin llaves y una amiga me recogió, me dejó una manta y un colchón y del frío se encargó la ventana mal cerrada de la buhardilla. A mí me había parecido divertido, estaba de un excelente humor: apenas podía recordar la última vez que había dormido fuera de casa, mucho menos la última vez que había dormido en casa de una chica, aunque fuera en la habitación de al lado.

El placer del pelo despeinado y la ropa del día anterior; salir a la calle con los ojos cerrados y sin desayunar. El nudo del hambre en el estómago.

La aparición de "Common people" en todo esto fue extraña porque yo no soy un fanático de Pulp. Nunca lo fui. Si tuviera que elegir una canción que en algún momento me pudiera haber marcado de alguna manera sería "Disco 2000" porque es una canción nostálgica y es la canción que ponían mientras yo besaba a Marta en el Mission Claim, justo después de la partida de billar que nunca terminó, justo antes de que paseáramos cogidos de la mano por Malasaña, comiéndonos la calle a los 19 años, camino de su búho hacia Campamento.

"Disco 2000", de acuerdo: el chico no consigue a la chica y la chica se casa y tiene hijos y él la ve desde una distancia infinita, desde la distancia del año 2000 cuando el año 2000 quedaba a alguna distancia, la que separaba la infancia, la adolescencia más bien, de una especie de madurez esperanzada que nunca se dio... pero, ¿"Common people?"

Aquello no tenía sentido...

El caso es que salí a la calle y efectivamente el sol me cegó los ojos y empecé a tomar conciencia de lo despeinado que iba, hasta el punto de sentir un cierto pudor, pero cuando uno sale de la casa de una chica por la mañana, sea cual sea la circunstancia, lo que siente es euforia, y como la canción no se iba de ninguna manera, decidí ponérmela en el iPod y canturrearla inventando la letra camino del metro, cruzando arrogante filas que esperaban autobuses y de repente me acordé de que Jarvis Cocker había dedicado esa canción durante el Primavera Sound a la gente del 15-M de Plaza de Cataluña, no sé si el día antes o el día después de que les molieran a hostias y sentí otro nudo en el estómago, no el nudo del hambre sino el otro y por una vez pude hacer mío aquello del "You wanna live like common people, you wanna do whatever common people do".

El placer de la masa, de alguna manera. Una masa derrotista, por supuesto. Mi masa, mi generación.

Y ahí quedé yo, al lado de un río que ya no era un río, era un parque, gritando bien fuerte a todos los que se cruzaban sin atreverse a mirar mi pelo revuelto, pelo de vagabundo enloquecido, "sing along with the common people, sing along and it might just get you through" y pensé que realmente aquello había tenido que ser la leche: Barcelona, la canción y la dedicatoria. Y la chica, por supuesto. Sentir que puedes decir "nosotros" sin tener que explicar exactamente a qué te refieres.

Diluirte. Lo he escrito mil veces antes. El objetivo, a corto plazo al menos, es exactamente ese: diluirse.