viernes, abril 01, 2011

Suede


"Parecemos la portada de un disco de Suede", dije yo, los dos sentados sobre la cama, entrelazados y desnudos. Ella sabía quiénes eran Suede, aunque no tenía edad para ello. Era un riesgo que corría. Sonrió. Ahora que lo pienso yo entendí esa sonrisa como una aprobación pero puede que fuera cualquier otra cosa, un "no me vengas con estas horteradas a estas horas" o un "voy mas pedo que Alfredo", sin más. Amanecía y la guerra parecía no empezar nunca.

El disco se llamaba "Suede" pero yo lo llamaba "Nude" porque la discográfica se llamaba "Nude" y todo aparecía en la misma cubierta, así que es un error lógico. Fue el gran disco de 1993, casi más que el "Parklife" de Blur. Sería simplista quedarse con "Animal nitrate" por muy buena que sea esa canción. Había mucho más. Pasé todo el viaje de fin de curso en Atenas cantando exultante "because we´re young, because we´re gone... Let´s chase the dragon!" Había en Suede un lado oscuro a lo Manic Street Preachers pero también había un punto ñoño y generacional que me encantaba.

"Sleeping pills" formaría parte de lo primero: noches de insomnio y drogas, y su inquietante y noventero "The sweet FA to do today", poco más o menos, "la misma mierda de siempre para hoy", tal y como yo lo entendí o, como poco, "el mismo coñazo de siempre", la misma inactividad, la falta de esperanzas. Muy grunge, ya digo.

Con los años, mi canción favorita pasó a ser "Breakdown", que también tenía su punto triste e intimista, de rebelión contra el desamor, de chica pop a la que le gritas, en su enésimo desprecio, su enésima inseguridad, su enésimo "sí pero no", aquello de "Does your love only come in a Volvo?" porque a veces hace falta dejar de viajar en Volvos y montarte en un Ford Festiva mientras tarareas "Oh, if you were the one... Would I even notice now my mind is gone?" y recorres un país entero.

Brett Anderson compartió novia con Damon Albarn y era ni más ni menos que Justine Frischmann, la cantante de Elastica. Éramos tan felices, éramos tan felices... Recuerdo un concierto en Aqualung, probablemente 1995, no sé, pedí el tracklist a los técnicos de sonido y lo pegué en mi diario de entonces pero no voy a ponerme a buscarlo.

Suede después de "Suede": en 1996/1997 sacaron su mejor disco, probablemente, "Coming up". El single fue "The beautiful ones", que formaba parte del segundo grupo de canciones, es decir, las brit, entusiastas y generacionales con un puntito irónico, pero mis favoritas eran "Trash" y "Picnic by the motorway", dos canciones muy raras, muy agridulces, como todo el disco. Fueron cinco años de la hostia, la verdad, difíciles de mejorar.

Que casi diez años después aquella chica y yo -creo que aquella chica también, yo seguro- nos acordáramos de una portada creo que lo dice todo. La guerra tardó cinco años en estallar, pero Brett Anderson fue de los pocos que no tuvo nada que ver en eso.