martes, abril 26, 2011

Ana Pastor vs Dolores de Cospedal


La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, critica la falta de objetividad en los informativos de TVE. Eso es un clásico que se repite legislatura tras legislatura, gobierne quien gobierne y esté en la oposición quien esté en la oposición. Los argumentos casi siempre son pobres y  no van más allá del que llora porque el árbitro no sacó amarilla en tal jugada y sí la sacó en la siguiente. Recursos de perdedores. No hago un seguimiento exacto de la objetividad informativa de cada medio, pero tengo a los informativos de TVE en una alta estima. Por supuesto, a veces, se escapa una pequeña deriva gubernamental, pero nada escandaloso ni en apariencia premeditado.

Desde luego, nada que ver con lo que sucede en Telemadrid, el coto privado de Esperanza Aguirre, que Cospedal debe conocer bien puesto que fue la presidenta de la Asamblea durante la primera legislatura, la de Sáez y Tamayo.

En fin, hablar de Cospedal sería perder el tiempo. En serio, no lo intenten, es una batalla perdida. Me interesa más Ana Pastor o, más bien, me preocupa más Ana Pastor. Le sentó muy mal la acusación de parcialidad. No digo que no deba sentarle mal porque a nadie nos gusta que nos digan en la cara que no hacemos bien nuestro trabajo y estamos vendidos al poder. Otra cosa es que yo piense que cuando invitas a alguien a tu programa y le entrevistas, no tiene mucho sentido que te pelees con él o ella porque no te gustan sus respuestas o que una vez que se ha ido, tú misma te pongas a atacar a tu invitada y defenderte en redes sociales.

Vayamos a la previa: todo empieza por un comentario desafortunado de Alejandra Herranz, presentadora del Canal 24 Horas que tuitea "Dolores de Cospedal vs Ana Pastor. ¡¡Promete ser interesante!! Esta mañana en los Desayunos de TVE". Ese "vs" chirría. Retórica de boxeo. Una entrevista no es un combate de boxeo o no tiene por qué serlo. Me preocupa la tendencia de Ana Pastor a convertir cada entrevista en un combate, es decir, a reclamar su cuota de protagonismo en el intercambio de golpes. Cuanto más golpeas, menos escuchas, esto es así. Pastor prepara muy bien las entrevistas, tiene un instinto natural y es una periodista muy válida. Pero aún debe aprender a echarse a un lado y no perderse en trivialidades ni tanganas.

Eso será más adelante. De momento, lo que hace Pastor es retuitear el comentario de Herranz, es decir, para los menos expertos en Twitter, hacerlo suyo, como quien comparte un enlace en su muro de Facebook . No es normal que invites a alguien a contestar preguntas y lo vendas como un combate de boxeo, insisto. No es elegante, al menos. Por supuesto, la entrevista acaba como acaba: en un combate, Cospedal se hace la agredida, junto a Cospedal todo su partido, expertos en el teatro doliente, y Ana Pastor en vez de dejarlo ahí sigue escribiendo en su cuenta de Internet que no, que Cospedal no tiene razón y que ella es independiente.

Me parece innecesario. Lamento repetirme, pero es que es de las primeras veces que veo que alguien que presume de imparcialidad no solo "calienta" una entrevista sino que después atiza públicamente a su invitado cuando éste ya se ha ido. Parece que estuviera dándole razones para la queja. Cospedal quiere dirigir las preguntas y cualquiera diría que Pastor quiere dirigir las respuestas: si no le gustan, palo al invitado. Así es muy difícil avanzar. ¿Tiene algo de razón Cospedal en lo que dice? Creo que no, punto. ¿Debe continuar un entrevistador la entrevista cuando el invitado ya se ha ido? Creo que tampoco.

La imparcialidad, la objetividad, la independencia no son valores que se tuitean, se demuestran. No dudo de Ana Pastor en ese sentido, por eso me extraña su necesidad de reivindicarse. Bastaría con echarse a un lado, decir muy elegantemente "que pase el siguiente" y hacer una entrevista fantástica, imparcial, objetiva e independiente.

Sin embargo, prefiere el boxeo. Es un problema porque el boxeo desgasta. Acaba con las neuronas y el talento. Sí, de vez en cuando te da tu dosis de gloria y portadas, pero lo más inteligente cuando llega el golpe no es repelerlo sino esquivarlo. Y seguir a lo tuyo.