martes, enero 18, 2011

Carne de neón

Hay un ambiente patrio claramente reconocible en “Carne de neón”, con sus clubs de putas, sus navajeros sin esperanza, su atmósfera “Perros callejeros”… y también hay algo que se ve cada vez menos en las películas españolas y que siempre había sido una de sus mayores virtudes: el sentido del humor. Por supuesto, “Carne de neón” no es una comedia sino más bien un thriller de tiroteos, rateros y barrios bajos que cae en ocasiones en lo excesivo, pero que al menos no es un pastiche y desde luego no contiene moralinas, algo que se agradece. Contribuye al éxito de la película su ausencia de localismos claros, su valentía en el montaje y unas actuaciones más que aceptables. Mario Casas resulta creíble, algo que no suele pasar, especialmente en un papel bastante complicado por lo que tiene de recurrente en el imaginario común: delincuente listo, hijo de una prostituta enferma, que tiene que salir al paso de la vida con imaginación y valentía. No voy a decir que lo borda, pero desde luego mal no lo hace.

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A su lado está Angelito, interpretado sensacionalmente por Vicente Romero, y un elenco de actores que van de Macarena Gómez a Antonio de la Torre pasando por el siempre eficaz Darío Grandinetti y la siempre voluptuosa Blanca Suárez, sin olvidarnos de Ángela Molina. Puede que algunos personajes merezcan más y puede que algunos merezcan menos pero Paco Cabezas al menos ha tenido el valor de mostrar algo distinto y ofrecer al menú del cine español un plato distinto: no es una comedia para adolescentes, no es cine social en sentido estricto, se mueve más bien en esos términos medios de películas como “Snatch” o incluso, salvando las distancias, la recientemente estrenada, “Animal Kingdom”. Como es habitual, toda esa valentía se ha visto premiada con cero nominaciones a los Goya. Sugerimos a Cabezas que siga intentando hacer buen cine y que deje los concursos de popularidad para la denuncia del indigenismo o el tiroteo grandilocuente y sin sentido. Por el bien de todos.