lunes, enero 31, 2011

Zapatero: "Sin comunidades autónomas el AVE no llegaría a las comunidades autónomas"



Tengo a Ana Pastor por una de las entrevistadoras más incisivas del periodismo actual. No me consideren un fan, hay cosas suyas que me molestan y que tienen que ver con su propio entusiasmo: hay veces que noto un empeño en convertir la entrevista en un debate y eso no estaría mal si pudiera tener el mismo tiempo de explicación que su entrevistado y los datos necesarios, pero eso, obviamente, es imposible.

Sin embargo, está bien que no sea una entrevistadora sumisa y mamporrera, y que con dulzura, educación y respeto sea capaz de poner en apuros a sus entrevistados, no solo a Esperanza Aguirre sino también a Felipe González. A veces se cree lo que le dicen y a veces no, y cuando es que no, coge y lo dice y al menos nos enteramos de algo más.

La entrevista con Zapatero destacó por todo lo contrario pero la culpa no fue de Ana Pastor sino del presidente enfrascado en su laberinto. Por supuesto, Ana intentaba contrapreguntar, intentaba meter baza, señalar contradicciones... pero era imposible. Zapatero se había aprendido el discurso de memoria y alargaba las respuestas tres, cuatro minutos, con su habitual lenguaje farragoso, incomprensible, inane, reiterativo... Cuando parecía que había acabado y la entrevistadora podría intervenir, retomaba lo mismo.

No contestaba a las preguntas ni a las contrapreguntas, se limitaba a soltar su rollo rozando el patetismo en ocasiones. El tono de mitin. El énfasis absurdo en las palabras, propias de un escenario e impropias de una charla en la Moncloa. Si Ana Pastor preguntaba por el paro, él hablaba de Aznar. Si preguntaba por el préstamos a los bancos, él, condescendiente, se enmarañaba en unas explicaciones sin ningún sentido, propias de alguien que no sabe de qué demonios está hablando. Si le preguntaba por las pensiones, el problema era de Rajoy y, en un momento cumbre de sus 7 años de presidencia, en el momento de ser preguntado por los gastos derivados del sistema autonómico se lanza a hablar de la sanidad y lo contentos que están los españoles con la sanidad. Luego explica que el centralismo siempre ha provocado crisis económica en España -ni un dato, por supuesto, no sabemos si se refiere a Franco o a Felipe V- y remata con la frase: "Sin comunidades autónomas, el AVE no llegaría a las comunidades autónomas", que sería digna de salir en El Informal o Sé lo Qué Hicisteis.

En definitiva, poca opción para el lucimiento de Pastor. Hizo bien en quedarse en segundo plano. Entrevistar no es hostigar y a veces ni siquiera es necesario dialogar. A veces, basta con callarse y dejar que el otro se desvele como es: aturdido, ansioso, errático, incongruente, charlatán... Por un día, el trabajo de Ana se limitaba a mirar cómo su entrevistado se iba descomponiendo él solo. Tuvo que ser un espectáculo triste y a la vez con un punto histórico. Este hombre ha sido 7 años presidente del Gobierno y lo será 8, salvo catástrofe.

Este hombre.

A veces pienso lo que podría haber sido de este país sin De la Vega y Rubalcaba.

La entrevista íntegra la tienen en este enlace.

domingo, enero 30, 2011

Hércules 0 - Barcelona 3



El fútbol se juega desde hace más de cien años y es un fenómeno social en medio mundo porque no hay equipos imbatibles y nadie gana todo el rato. Eso es algo que hay que tener muy presente y que Guardiola destaca en cada rueda de prensa para evitar euforias propias y ajenas. 

Ese era el principio de la crónica que tenía pensada allá por el minuto 85, cuando el Barça solo ganaba 0-1 y aunque no sufría en absoluto en defensa aún seguía viva la opción de un mal despeje, un córner, un despiste… No se puede decir que el Barcelona jugara bien en Alicante pero tampoco se puede decir seriamente que el Hércules mereciera algo más que la derrota: los azulgrana tuvieron siempre el balón, gozaron de todas las oportunidades menos un remate fallido de Trezeguet en la primera parte y la verdad es que lo de “tanto va el cántaro a la fuente…” no puede tener mejor ejemplo.

Sin embargo, ya digo, no fue un buen partido excepto por algunas maravillas de Xavi e Iniesta, brillantes como siempre. Al Barça le faltó velocidad y precisión. Parecía que todo se hacía cinco décimas más tarde y cinco centímetros desviado. El Hércules se parapetó y complicó mucho la circulación del balón. Ante eso, el Barcelona perdía y perdía balones… aunque tardaba unos cinco segundos en recuperarlos. No hubo desborde por las bandas, no hubo jugadas maravillosas y ni siquiera hubo contras que hicieran peligrar el resultado. Un partido para aficionados muy aficionados, vaya.

Pedro desatascó el juego azulgrana con un gol marca de la casa (y van 6 jornadas de liga seguidas marcando, 19 goles en lo que va de temporada) y el Hércules pareció conformarse con el 0-1 en una segunda parte soporífera. Messi estuvo muy fallón, Alves acelerado, Villa parecía el suplente de Bojan… y aun así el Barcelona tuvo el 70% del balón, tres o cuatro oportunidades claras, un gol anulado sin repeticiones que nos puedan sacar de dudas y la sensación constante de que en cuanto  afinaran en el tiempo o en el espacio, el partido se rompería.

Fue después de la expulsión de Farinós aunque pudo haber sido antes en alguno de los muchísimos disparos a puerta de Messi. La doble tarjeta al ex jugador del Valencia fue cruel pero justa. Quedaban cinco minutos y el Barça marcó dos goles. Los marcó Messi además, en su peor partido del año con diferencia. Fue un 0-3 pero podría haber sido un 0-0, o un 0-7. Esa clase de partido bronco, de rechace, en el que todo se basa en el acierto y la precisión y es que el fútbol –o el resultado al menos- es una cuestión de aciertos y nadie está acertado siempre, recuérdenlo.

sábado, enero 29, 2011

Algunas preguntas básicas sobre Cristiano Ronaldo y Messi



¿Quién es mejor jugador, Cristiano Ronaldo o Messi?

Es obvio que son dos excepcionales jugadores que además comparten algo que no tiene por qué darse en los excepcionales jugadores: una relación casi obscena con el gol. En un principio, Cristiano parecía el sustituto de Beckham en la banda derecha del United y Messi era un canterano explosivo que Rijkaard colocaba de extremo a pierna cambiada para darle balones a Ronaldinho y Eto´o. Uno tenía potencia, el otro habilidad, pero no era fácil imaginar que acabrían con proyecciones de 50 goles por temporada, que son registros que no ha logrado nadie en la historia contemporánea del fútbol.

Goles aparte, porque número arriba, número abajo, van a estar más o menos igualados, la diferencia está en la vinculación con el juego. De acuerdo, Cristiano con el balón en los pies es fabuloso y en arrancada es casi imparable. Messi, también, pero su concepción del ataque y la defensa es mucho más amplia: baja al medio del campo solo para tirar una pared o desoxigenar con un primer toque -lo mejor del argentino, estoy por decir, es su primer toque-, sabe madurar la jugada con paciencia, asociarse con sus compañeros, driblar solo cuando es necesario y lidera la liga en asistencias de gol con casi una por partido. Por supuesto, sabe tirar faltas, cada vez mejor, y defiende como un león cuando es necesario.

Esto no es una crítica a Cristiano, simplemente, lo de Messi es un escándalo: puede hacer de Iniesta, de Xavi y de Villa él solo.

Entonces, ¿se equivocó el Madrid al fichar a Cristiano?


En su momento pensé que sí. No sabía lo bueno que era el portugués. Es increíblemente bueno y decisivo y me pregunto dónde habría estado el Madrid el año pasado o dónde estaría este sin Cristiano. Títulos aparte, Cristiano al menos garantiza competencia y creo que era el único jugador del mercado capaz de eso. De acuerdo, costó 96 millones, pero Kaká y Benzema costaron lo mismo juntos y solo hay que comparar rendimientos. Puede que Cristiano no sea tan bueno como Messi y puede que el Madrid al final no le gane la liga al Barça (aún no se sabe), pero lo que parece cada vez más claro es que Cristiano era la única opción para seguir "vivos" deportiva y publicitariamente.

Pero, ¿por qué no rinde Cristiano en los partidos importantes?


Si no me equivoco, Cristiano Ronaldo tiene 25 años. Ha jugado muchos partidos importantes y es cierto que no en todos ha destacado. ¿Eso quiere decir que se esconde? Bueno, con el Manchester United ganó una Champions League marcando el primer gol de su equipo. Luego falló un penalti, sí, me acuerdo. Si lo hubiera metido, ¿sería un ganador que se crece ante las adversidades? Creo que hay que ser más prudentes: Cristiano no ha ganado nada con Portugal, menos aún que Messi que al menos tiene unas Olimpiadas, aunque sea un torneo menor, y nunca le ha marcado al Barça. ¿Eso le convierte en un perdedor? No. Hay momentos y momentos y puede que ese momento aún no haya llegado. Puede que en el próximo partido ante el Barcelona, Cristiano meta tres goles. Puede hacerlo, no me cabe duda. Entonces, ¿qué? Por lo que recuerdo, fue el mejor con diferencia en el 5-0 y tuvo un principio maravilloso en la final de Roma hasta el gol de Eto´o.

No lo reduzcamos todo a goles porque de repente los goles llegan o se van y hay que cambiar toda una teoría.

¿Y Messi es mejor que Maradona o no?


Messi es el mejor jugador que he visto nunca. Maradona es el más carismático. El esplendor de Diego llegó en el Nápoles en una época en la que el calcio no se televisaba. Por supuesto que tiene mérito ganar dos ligas con el Nápoles, pero la mayoría de los que dan ese argumento como factor diferenciador ni siquiera vieron un partido de esas dos ligas y obvian que Maradona estuvo dos años en el Barça para ganar una Copa del Rey. Tuvo lesiones, de acuerdo, también las tuvo Messi.

La diferencia está en el Mundial y me parece que eso redunda en lo dicho al principio: el Mundial es un torneo explosivo que se celebra cada cuatro años y que depende de mil factores que no tienen que ver con tu calidad: los rivales, la suerte, el arbitraje, los postes, las rondas de penaltys... Creo que la actuación individual de Maradona en México 86 es prácticamente inigualable, aunque solo sea por el gol contra Inglaterra. En torneos de siete partidos, Diego puede igualar o incluso superar a Messi.

El asunto es que Messi tiene 23 años, la edad de Maradona en España ´82. Si no marcó en el pasado campeonato de Sudáfrica fue en culpa por la poca compenetración de sus compañeros -sí, eran mejores que los del 86 pero no jugaban para él- y por una mala suerte impresionante traducida en tres tiros a los postes y varias paradas increíbles.

Voy a recurrir a Segurola para explicarme: "Messi es Maradona todos los días". Si cogen un vídeo con las 100 mejores jugadas de Maradona a lo largo de casi 20 años de carrera se quedan con la boca abierta. Si hacen lo propio con las de Messi les sucederá lo mismo. El asunto es que a Messi le quedan otros diez años de fútbol. ¿Puede que Diego fuera más "genial"? No sé lo que quiere decir eso. Desde luego era más comunicativo, visceral y se vendía mejor. Durante una época solo se oía aquello de "El Maradona de los cárpatos" o "El Maradona negro" o "El Maradona brasileño" para definir un jugador.

En la actualidad, nadie se atrevería a comparar a un jugador con Messi. Domina el juego como Di Stefano, es veloz e inteligente en el campo como Cruyff, tiene la habilidad y explosividad de Maradona y golea como el mejor Pelé o Ronaldo o al que quieran ponerle delante. Simplemente, es demasiado.

Pero si quieren decir que es peor porque no ha ganado un Mundial y nunca ha jugado en el Nápoles, adelante, díganlo. Obviamente, no les faltaría parte de razón.

viernes, enero 28, 2011

Lo mejor de nuestra vida



Si a mí me preguntas: "¿Tuviste una adolescencia feliz?", mi respuesta sería "Sí". Y además, un "sí" entusiasta, sin matices. Por supuesto, luego llega la estética y acaba con todo y lo que quedan son los cánticos de Soundgarden en campamentos perdidos y todas las chicas que nunca tuve y la nota de suicidio de Kurt Cobain y todo ese rollo, pero, de verdad, yo fui bastante feliz: tuve buenos amigos, arrasé Malasaña, saqué buenas notas, no coqueteé con las drogas, vi al Estudiantes ganar alguna Copa del Rey e incluso yo mismo llegué a meter más de un triple en el Magariños.

Lo que pasa es que cuando tienes 15 años hay bajones, claro. Con 33 te puede fastidiar más o menos no conseguir lo que quieres, pero es que con 15 ni siquiera tienes la más remota idea de lo que quieres, y a veces tu objeto de deseo empieza por A. y a veces empieza por L. y acaba empezando por T. y tampoco intentes buscarle mucha lógica a tus hormonas.

El caso es que a veces me deprimía como se deprime un adolescente: tardes enteras sin hablar, meditabundo, alejado de la realidad, absorto en la injusticia del mundo... y mi banda sonora de por entonces era Antonio Vega, en concreto, aquel disco de resurrección que se llamaba "No me iré mañana" y que tenía ese punto triste e incomprensible de Antonio Vega con una mezcla de algo parecido a la esperanza. Un adolescente y un heroinómano tienen mucho en común, si se ponen a pensarlo.

Mi canción favorita era el single. No siempre me pasa pero no siempre lo evito. "Lo mejor de nuestra vida", se llamaba. Era muy buena canción porque era muy buen disco. En mi opinión, su mejor disco, aunque "El sitio de mi recreo" quizá fuera más celebrado por lo que tenía de -parecía entonces- obra agónica, casi póstuma. En "Lo mejor de nuestra vida" se hablaba de amor, desamor y lo que queda después. Era triste porque había perdido a la mujer de su vida y a ver si eso ahora va a haber que celebrarlo. Era bonito porque, bueno, los dos lo superaban, y como decía Rilke: "sobreponerse es todo".

Tanto rollo y al final seguro que la canción hablaba de alguna droga. Every artist is a liar, every poet is a thief, all kill their inspiration and sing about their grief, ¿les he contado cuando me paseaba por ese mismo chalet con unas gafas de sol enorme imitando el falsete de Bono?

En fin, yo me subía a la buhardilla de mi chalet de clase media en la sierra madrileña con el CD, el "loro", algún cuaderno, puede que algún juego de ordenador en el que entrenara a algún equipo de fútbol de una manera muy rudimentaria, y me pasaba ahí las horas, los días e incluso los meses. Fuera, había avispas y arañas. Un día vinieron A. y L. a comer y yo, como siempre, no supe decidirme.

jueves, enero 27, 2011

Facebook: el paraíso del psicoanalista


Soy de esa clase de personas que van a los sitios para luego poder comentar las fotos en una red social. Un hombre con una difícil vida social, en definitiva. Dani Mateo, en uno de sus monólogos, presentaba la situación de un chico y una chica que se conocen, se gustan y en vez de decirse: ”¿Qué, follamos?” se piden el Facebook, van muy educados a sus casas, encienden el ordenador, agregan a la persona en cuestión y se dicen en el chat: “¿Qué, follamos?”.


Somos una generación de chats y eso a los escritores nos debería haber servido de algo. Mi primera novia salió de mi instituto –y a estas alturas deberían saber que era del Barça- y mi segunda novia salió de un chat, el paraíso de los chicos tímidos, allá por los principios de la anterior década. Los tiempos 1.0, ¿se acuerdan? No fuimos a ningún programa de Antena 3 a conocernos sino que lo hicimos casi en seguida y en mi barrio. La chica del chat no solo era de mi ciudad, sino que era mi vecina, pero jamás me habría atrevido a decirle nada en la calle, por supuesto.

Llevo días preocupado por la dialéctica “persona-personaje”. Falso. Llevo años preocupado por eso, pero ahora cualquiera puede ser persona y personaje a la vez así que el drama es mucho mayor. Persona y avatar, si lo prefieren. El que es y el que lo parece. Las redes sociales, por seguir con el tópico, son un gran escaparate. Lo que aún no sabemos es qué estamos exponiendo exactamente. Facebook va a ser el paraíso de los psicoanalistas: de repente, no solo tenemos que saber quiénes somos y qué imagen queremos dar de nosotros mismos sino que tenemos que dejar esa imagen online las 24 horas del día y actualizarla de vez en cuando, para que el público no se aburra.

Y es que en esas estamos: de repente, tenemos un público. Es complicado trabajar con un público mirándote. Siempre habíamos pensado que lo complicado era trabajar con un jefe mirándote y por eso odiábamos a los futbolistas pero ahora resulta que haces el comentario erróneo y tienes 25 personas dispuestas a recordártelo. Es difícil vivir una intimidad de 850 amigos. Es, como mínimo, estresante. Entre el chat con la vecina y esto, reconocerán que hay un salto cualitativo importante.

Por supuesto, yo estoy enganchado a Facebook. Muchos de ustedes lo están y además se sienten culpables como yo porque saben que pierden el tiempo y deberían estar leyendo un libro o, quién sabe, incluso escribiéndolo. Si tienen cuenta en Twitter, la culpabilidad será mayor. La mitad de mis “tweets” los utilizo para criticar la inutilidad y la puerilidad de Twitter. Me he convertido en Epiménides, el cretense, y lo peor es que lo hago para contármelo a mí, para decirme: “Esto es absurdo, esto es absurdo” igual que Kurtz se decía “Ah, el horror, el horror…”.

Y eso que aún no he probado Formspring.

En fin, la vecina del chat y yo nos pasamos la tarde hablando de Jesús Vázquez. ¿Qué querían, conocerse en Ya.com y ponerse a hablar de Houllebecq? Yo ni siquiera me he leído jamás un libro de Houllebecq. Fuimos bastante felices. Creo que yo más que ella, pero no sabría decirlo porque yo soy la clase de persona que disfruta de los momentos después, cuando los recuerda, en casa, lo vengo diciendo desde el principio. Una clase de persona muy peligrosa, por otro lado, porque parece que, como Joaquín Phoenix, tuviera que repetir todo el rato “Sigo aquí, sigo aquí”.

Pero supongo que el personaje –mi personaje-sí puede resultar atractivo. Todos tenemos nuestro público, insisto, así que lo dicho: si no puedes ligarte a la persona, al menos intenta ligarte al avatar.

miércoles, enero 26, 2011

Se acabó el Rafa Slam


Rafa Nadal se retiró en cuartos de final del Open de Australia 2010 ante Andy Murray. Venía de un 2009 bastante malo y con lesiones: perdió en octavos de Roland Garros, la única derrota de toda su vida en ese torneo, se perdió Wimbledon aunque defendía título y encadenó meses sin ganar a ningún Top 10. En una frase, el sentir de la prensa internacional era: "Este tío está acabado, las lesiones han podido con él".

Pero llegó la tierra batida y Nadal ganó Montecarlo. Y Roma. Y fue el primer jugador de la historia en ganar los tres Masters 1000 de tierra en una misma temporada al imponerse en Madrid. Y volvió a ganar Roland Garros sin perder un set. Cuando llegó Wimbledon, nadie le planteó problemas, y aunque hubo un bajón en la temporada norteamericana de pista dura resulta que llegó el US Open... y lo ganó también. Para estar acabado, reconocerán que no está nada mal. También Federer estaba acabado en 2008 y acabó ganando en un año Australia, París y Wimbledon además de hacer final en Nueva York.

Uno se acostumbra a las victorias y no les da el mérito que se merecen. Eso le preocupa mucho a Guardiola, por ejemplo. Miren, ganar un Grand Slam es muy difícil. Desde mayo de 2004 hasta aquí solo cinco jugadores lo han conseguido: Federer, 14 veces; Nadal (9), Djokovic (1), Del Potro (1) y Safin (1). Ganar los siete partidos de uno de estos torneos, con sus 21 sets, en apenas dos semanas, tiene un mérito al alcance de los elegidos. Ganar tres seguidos es una barbaridad. Solo Sampras y Federer lo han logrado en la época moderna. Federer, de hecho, se quedó dos veces a un solo partido de los cuatro: en 2006 y 2007 el propio Nadal le privó de la hazaña derrotándole en sendas finales de Roland Garros.

Bien, Nadal se ha quedado en 25 partidos seguidos ganados, los mismos que Sampras en los 90. Su derrota contra Ferrer debería dar muestra no de un fracaso -de acuerdo, no ha conseguido el cuatriplete o el Rafa Slam o como lo quieran llamar- sino del enorme éxito que supone llegar hasta ahí y de lo improbable que es que se repita. Él o quien sea. Las circunstancias de la derrota son particularmente dolorosas porque vienen acompañadas de una lesión, probablemente una rotura de fibras. Las lesiones tienen algo de azaroso y es cierto que el juego de Nadal exige mucho a su cuerpo, pero también es cierto que una rotura de fibras te la puedes hacer en el Torneo de Rotterdam y tampoco pasa nada, aquí ha habido una mala suerte clarísima.

No me gustaría quitarle méritos a David Ferrer, su "verdugo", precisamente por todo lo que he dicho antes: Ferrer es el número 7 del mundo y llega a su segunda semifinal de un Grand Slam. Es un jugador impresionante, buenísimo, con una gran variedad de golpes, posiblemente el mejor restador del circuito... y juega la segunda semifinal de su carrera. Nadal llevaba tres campeonatos seguidos, ¿nos vamos a llevar las manos a la cabeza porque no son cuatro? Vivimos instalados en una cultura del éxito deportivo en la que parece que si un español no lo gana todo es un fracaso. Yo vengo de una época en la que los españoles no existían en el Open de Australia. Antes de Moyá, durante décadas, o no iban o se volvían a la primera.

Y ahora se juegan las semifinales entre sí. Disfrutemos de esto, de verdad. Lo dice un fanático de Federer.

martes, enero 25, 2011

La tercera nominación de Javier Bardem


Como casi todo el mundo, descubrí a Javier Bardem gracias a "Jamón, jamón", una película que me gustó bastante más de lo que ustedes piensan, y a aquel papel de yonki de "Días contados", que, curiosamente, no me pareció para tanto pero le valió el Goya y la Concha de Plata en San Sebastián, ahí queda eso. He de reconocerles que Bardem me parecía irregular y me dejaba dudas: por ejemplo, podía intercalar un "Boca a boca" o un "Los lunes al sol" -terribles, tanto Luis Tosar como él- con la majestuosa interpretación de Reinaldo Arenas en "Antes que anochezca".

La irregularidad, en cualquier caso, le valió dos Goyas más y una nominación al Óscar. La primera nominación de un actor español al Óscar, de hecho. Les voy a dar los nombres de los actores con los que competía en esa edición, para que se hagan una idea del mérito: Geoffrey Rush, Ed Harris, Tom Hanks y, el ganador, Russell Crowe, por "Gladiator".

Tampoco me convenció en "Mar adentro". Una matización: no es que no me convenciera su actuación, aunque ya digo que sus problemas de dicción me ponían nervioso, es que no me convencían ni su elección de personajes ni su tendencia a la seriedad constante ni las películas en las que participaba. Mucho ruido y pocas nueces. Por supuesto, ganó el Goya en aquella orgía de premios que fue la gala de 2003 para la película de Amenábar. Dio la sensación de que aquel año no se habían hecho más películas en España.

Su establecimiento en Estados Unidos le ayudó, y mucho. No sé qué cambió ahí o si simplemente fue la madurez de un gran actor. Su interpretación del complejísimo Anton Chigurh es, sin exagerar, una de las mejores actuaciones que le he visto a nadie nunca. Absolutamente impresionante. Y con acento sureño. Bardem se come toda la película y no estoy seguro de que esa fuera la idea. Por ejemplo, Chigurh no se come todo el libro de McCarthy. Me gustó en "Vicky, Cristina, Barcelona" por muy irreal que fuera su personaje, me gustó incluso en aquel espanto llamado "Come, reza, ama" y por lo que dicen está sensacional en "Biutiful", película que, para ser honesto, no me he atrevido a ver.

En fin, esta tarde han anunciado su tercera nominación a los Oscar por esta película. Dos como actor principal y una como actor secundario. Dudo que haya un actor o actriz de lengua no inglesa que haya conseguido algo así y que lo haya conseguido en un período de once años. Desde luego, para un español era un sueño imposible, y en un momento en el que el propio cine español considera a Carolina Bang como promesa de futuro es conveniente insistir en lo bueno que es Bardem y lo bueno que va a seguir siendo mucho tiempo.

Su mérito es de otro mundo.  Enhorabuena.

Cuando Paul Auster no era Paul Auster


"En 1978 Paul Auster no era todavía el novelista Paul Auster. En 1978, Paul Auster era poeta y traductor: era pobre pero quería ser rico (...) Quiso ser, sin éxito, periodista deportivo. No se despedía nunca de los misterios de una infancia de niño enfermizo que juega bien al béisbol y conoce mejor las consultas de los pediatras: los juegos de mesa, los cuentos de misterio, los cuadernos garabateados, la vida de las estrellas del deporte..."

Justo Navarro, prólogo a "El cuaderno rojo", obviamente de Paul Auster

lunes, enero 24, 2011

Alcasser


Ha sido un fin de semana raro. Bastante trabajo. Ahora me dedico a escribir sobre fútbol, baloncesto, tenis y si procede, hacer un poco de amarillismo. Me recuerda a mi época de El Semanal Digital, que recuerdo con cierto cariño aunque muchos no se lo crean. Además, me pagan por escribir y eso está bien. Hace poco una chica me llamó "periodista" y me enfadé un poco. No puedo evitarlo y sé que es absurdo porque soy periodista y nadie me ha puesto una pistola en la cabeza para serlo.

Le dije: "Soy periodista, pero soy mejor escritor que periodista y soy mejor profesor que escritor". Y creo que es verdad, aunque no tengo nada claro en qué consiste ser "un buen periodista" y solo un poco lo de ser "un buen escritor", aquello que escribía el otro día sobre saber poner comas y acentos y no adjetivar demasiado, pero poco más.

El caso es que me pasé el fin de semana delante del ordenador. No es una gran noticia para alguien con pubalgia, lo de estar sentado tanto tiempo. Entre eso y el frío no te pones de muy buen humor. Blame it on the boogie. En los descansos, me tumbaba y leía. Suelo leer poco, igual que escribo poco: he perdido la paciencia y la concentración, pero tenía demasiados libros pendientes: Carson McCullers, Highsmith, Coetzee, Bolaño, Auster...

Así que elegí "Desde las tinieblas. Un descenso al caso Alcàsser", de Joan M. Oleaque, una edición descatalogada que me hizo llegar como favor muy exclusivo Diego Salazar, otro de esos tipos capaces de venir a España a estudiar periodismo y coquetear con la literatura para acabar pasando comidas enteras hablando del 4-3-3 de Guardiola y la importancia de Busquets y comprar compulsivamente literatura-reality.

El libro es soberbio. Un poco dulzón, a veces, rollo "faction", en plan "Miriam veía sus pies desde la cama y pensaba...". ¿Qué sabrás tú lo que pensaba Miriam García? Limítate a los hechos. El encanto de los hechos y su suciedad. Me gusta el libro porque es sucio: 309 páginas en un día y medio lo atestiguan. Atestiguan que me gusta, quiero decir. Me gusta porque aquí no hay ángeles y si acaso demonios. Miriam, Toñi y Desirée, tres chicas en el lugar equivocado en el momento equivocado, pero tres chicas, no tres mártires, no tres víctimas de horribles conspiraciones.

Tres chicas.

Que hacían auto-stop para ir a una discoteca.

Yo he hecho auto-stop con dos amigos para ir a Villalba y me he metido en un coche lleno de desconocidos. No solo eso: lo he hecho después de Alcàsser, lo que demuestra hasta qué punto un adolescente es un gilipollas.

Diego me prestó el libro porque había leído esto que escribí sobre Lobatón y Antonio Anglés. Cómo todo se convirtió en una nube en la que nada parecía lo que era. Todas las personas se convirtieron en personajes y nos olvidamos que la gente de carne y hueso, no las fotos de la televisión, matan y mueren, a veces de manera absurda, a veces de manera cruel.

No sé si el libro de Oleaque me animó o todo lo contrario. Yo creo que sí. Al menos eran respiros. Ahora me toca ponerme con Highsmith y mírenme, aquí estoy, remolón, perdiendo el tiempo. Por cierto, me voy a Nueva York, no se lo había dicho. En abril-mayo. Prometí ir a Nueva York nada más curarme y como no ha sido posible he intentado revertir el orden: yo compro los billetes y ya se encargará mi pubis de reordenarse para cumplir con la ley de la atracción.

domingo, enero 23, 2011

Barcelona 3- Racing 0


La calma esta vez llega antes de la tormenta. Tanto Real Madrid como Barcelona saben que solo han llegado a la mitad del trayecto y aun así la presión es enorme: por su rivalidad particular se ven obligados a jugar cada partido de liga como si fuera el último, sin margen de error. Por la propia esencia de la competición de eliminatorias, lo mismo les pasa en la Copa y les empezará a pasar muy pronto en la Champions League. Si lo que ha pasado hasta ahora dentro y fuera del terreno de juego les ha parecido agotador, no es nada comparado con lo que viene.

Por eso a estos equipos les viene bien un partido como el del Racing del sábado: descansan mental y físicamente. En el minuto uno marcas un gol y a sestear. Es cierto que la cosa no debió haber acabado 3-0 de ninguna manera, ni por un lado ni por el otro, pero la gran cantidad de ocasiones que salvaron Víctor Valdés y en especial un maravilloso Toño vinieron más por desidia del rival que por brillantez propia.

Hay un rumor insistente que dice que los equipos se dejan ganar cuando juegan contra el Barça. Que bajan los brazos, vaya. Ese rumor no coincide con los datos: en el último año y medio el Madrid ha conseguido más puntos que el Barcelona contra terceros equipos, solo que ha perdido siempre que ha jugado contra los azulgrana. Sin embargo, en esta ocasión, hay que reconocerlo: el Racing vino a recibir el menor daño posible. Sin ninguna fe. Tuvo oportunidades porque el Barcelona descuidó exageradamente la organización defensiva y la lentitud en el movimiento del balón provocó paradójicamente demasiados pases malos, poco tensos, desganados… que los delanteros racinguistas intentaron aprovechar a la contra.

Por lo demás, el partido fue aburrido porque solo tuvo un dominador y ese dominador no quiso hacer sangre. La intensidad fue mínima. Messi, por ejemplo, dio una asistencia de gol, marcó el penalti, tuvo un par de buenas ocasiones en la primera parte… y en la segunda, como hiciera ante el Málaga se limitó a entrenarse. No le culpo, creo que es lo que tiene que hacer. De hecho, si alguno de los laterales le hubiera visto llegar continuamente solo en segunda línea cada vez que centraban al mogollón, probablemente habría marcado dos o tres goles más.

En cosas como esas se echa de menos a Alves, que siempre, absolutamente siempre, tiene en el argentino a su referencia.

El Barcelona afronta ahora un partido decisivo ante el Almería. Nadie espera que los andaluces les pongan en apuros pero hay un par de estadísticas que habría que tener en cuenta: primero, en los últimos 20 años, Madrid y Barcelona se han repartido 16 ligas y 6 Champions League… pero solo cuatro Copas del Rey. Eso dice algo de la actitud de los demás equipos en esa competición. El segundo dato: de los últimos cuatro partidos de Copa, el Barcelona solo ha ganado uno. Comparen eso con las catorce victorias consecutivas que lleva en Liga.

Guardiola desconfía de la euforia y creo que hace bien. Luego puede llegar el partido y acabar 5-0, pero las fuerzas que se han guardado hoy se agradecerán el miércoles. Y no olvidemos que el fin de semana que viene acecha el Hércules, contra el que el Barcelona, sorprendentemente, ha perdido sus tres últimos partidos oficiales: dos en la 1996/97 que le dieron el título al Madrid de Capello y el de la primera vuelta de esta temporada. Merecidamente, además, sin paliativos.

viernes, enero 21, 2011

Young folks



Usually when things have gone this far, people tend to disappear

A mí me gustaba esa frase y me parecía increíble que ella no hubiera desaparecido a esas alturas, cuando todo tenía que ser tan obvio: mis sonrisas, mis mensajes, mis declaraciones encubiertas. Me chocaba que ella siguiera ahí, aunque "ahí" fuera a 450 kilómetros y lo que mejor supiéramos hacer fuera pasarnos horas en el Messenger. Mi abuela estaba internada en una residencia, su abuelo en un hospital. Nos echábamos de menos y oíamos una canción preciosa que a mí me parecía que anunciaba un amor precioso, de libro, de ir paso por paso y acabar bien, bonito y ya.


I did before and had my share, it didn´t lead nowhere, I would go along with someone like you

Volvamos a la canción, que es algo más que un "dos contra el mundo". El chico avisa, es un cordero con piel de lobo. Dice bien claro: "If I told you things I did before, told you how it used to be, would you go along with someone like me?", o, en una frase: "¿Me querrás tal y como soy?" Durante años viví enamorado de una línea de Blur que pensé que me retrataba o que al menos retrataba mi concepción indudablemente romántica del amor: "All I´ve ever done is tame, will you love me all the same? Will you love me though it´s always the same?" Cualquiera puede ser bueno o muy bueno o muy divertido o muy interesante o muy guapo en un momento dado, pero, ¿serás capaz de quererme tal y como soy el resto del tiempo? ¿Te irías con alguien como yo, sin aditivos?


Creo que llevo una vida esperando hacer una pregunta así, encontrar el valor para hacer una pregunta así pero siempre temo que la respuesta sea que no, que la gente esté esperando algo de mí que simplemente no es posible y no acepte las decepciones.

A la chica de la canción le daba igual y a la chica de los 450 kilómetros también parecía darle igual, porque yo le explicaba todo lo que podría llegar a ser, todas las cosas maravillosas que podía parecer, mi pose de estrella virtual, y remataba con un "but then again...", que venía a decir, "pero esto no es así".

All we care about is talking, talking only you and me

Me gustaba la confidencia y la intimidad. Sé que la confidencia y la intimidad gozan de muy mala fama porque es lo que te meten en la "friend zone" y una vez estás en la "friend zone" eres un pagafantas y de ahí no se sale y bla, bla, bla... Yo no digo que eso sea mentira, digo que me gustaba la confidencia y la intimidad y su facilidad para los diálogos y las preguntas. Cómo respondía pero también cómo preguntaba. Desconfío de alguien que no pregunta nunca nada sobre mí, me da la sensación de que es un mecanismo de defensa para que yo tampoco pregunte y la cosa quede en empate o más bien en coma.


Lo bonito sería que algo así pasara: entrar en la intimidad y no salir escaldado. Al revés. "I would go along with someone like you". Sin arrepentimientos. Alguien me hizo creer -no sé quién, tendré que buscarle y darle una paliza- que así no se conseguían las cosas sino que había que optar por la vía del tío duro, así que me pasé a Radiohead: All hail to the thief, all hail to the thief... but I´m not, but I´m not! Yo no iba a ser un macarrilla ni iba a ir de duro ni iba a poner distancias ni iba a jugar con nadie. Yo iba a tener un corazón que se me saliera del pecho aunque a veces pareciera que se me rompiera el tórax.

Si te vas, lloraré como una niña tonta. Si te vas, de verdad, no me dejes por medio tus cosas: puerta y mucha mierda.

En fin, la chica de los 450 kilómetros y yo entramos en una zona difusa. The Twilight Zone, que diría su adorado Fresán. Yo creo que nos queríamos a rabiar. Y si no nos queríamos a rabiar lo disimulábamos tan bien que arrepentirse ahora quedaría un poco absurdo. Creo que ella me quería como era, y que aceptaba las decepciones y que sabía que solo yo podía sorprenderle -un día hice "chas" y aparecí a su lado- y probablemente, en varios momentos, pensó en decir "sí, me iría con alguien como tú". Exactamente como tú. But then again...

A veces lo resumo todo al zodiaco porque me es más fácil y hasta terapéutico. A veces lo resumo al deporte porque me queda más claro. Creo que mi incapacidad tauro para la flexibilidad es un problema no ya sentimental sino empático. Soy tan tauro que eligieron el día de mi cumpleaños para dar comienzo al signo en el polémico nuevo horóscopo. También creo que en este rollo romántico hay algo bonito. Tiene que ser precioso que te lo digan, así, no-one could surprise me unless you do, y saber que es verdad, que es desoladoramente verdad.

Que no nos vendemos simulacros, en definitiva, caiga o no caiga entre nosotros telón o abismos, porque el que quiera resultados, insisto, que se fiche a Capello.

jueves, enero 20, 2011

La generación JASP



Un entrenador holandés de muy mala leche obligaba a Iván de la Peña a entrenar duro y recoger todos los balones del campo. El entrenador era Cruyff, por cierto, y el año, 1996, el primero del cántabro en el primer equipo del Barça. Por supuesto, De la Peña lo hacía todo bien y demostraba que estaba muy por encima de las expectativas. Después se iba con su Renault Clio tan contento: un coche modesto, pero con todas las prestaciones necesarias. Joven, becario, canterano... aunque sobradamente preparado.

Luego estaba el anuncio del empleado pasota pero tremendamente brillante. Podría ser Guti pero era un ejecutivo. Su jefe le echaba la bronca por inconsistente y poco aplicado. Él sonreía. El encargado se cabreaba aún más y acababa citando a Kant como gran autoridad. El jovencillo respondía el golpe con elegancia: "La cita es muy buena, pero no es de Kant, es de Séneca".

Aquellos éramos nosotros. Los nacidos en los 70.

La generación JASP venía a continuar de alguna manera a la generación X de Douglas Coupland y degeneró en lo que se ha venido a llamar Generación Ni-Ni. Éramos jóvenes, desde luego, De la Peña, por ejemplo, nació en 1976, y estábamos bastante preparados. No solo eso: íbamos de preparados. Los setenteros hemos sido siempre unos arrogantes tremendos y la vida nos lo ha devuelto a base de hostias: al chico de Séneca probablemente le echaron de su compañía o le hicieron un contrato por horas en una ETT -los setenteros descubrimos las ETTs, recuerden-, al canterano le condenaron al banquillo y tuvo que emigrar a Italia donde a su vez le echaron.

Nos doraban la píldora de nuestro talento y esperaban que con eso y un Renault nos comiéramos el mundo. Lo peor es que nos lo creímos.

Los JASP somos una generación perdida, por completo. Perdida entre las expectativas y la realidad: somos los becarios precarios, los tiempoparciales, los que se quedaron sin ayuda de alquiler, los que se han quedado sin subsidio de desempleo. Desde siempre hemos percibido esa sensación de "estos chicos ya se apañarán, son muy listos". Crecimos en democracia y libertad, con un acceso a la cultura sin precedentes. Ni siquiera tuvimos que sufrir la LOGSE ni pelearnos por la LODE. Fuimos los niños mimados del sistema hasta que cumplimos los 30 y entonces nos empezaron a tratar a patadas.

No quiero resultar demasiado autocomplaciente. Probablemente, no estemos tan bien preparados. Sabemos colocar las comas y los acentos, pero eso no quiere decir nada. Nos defendemos bien en el Trivial. Creíamos que esto iba a ser un paseo triunfal con chicas tirándonos rosas desde los portales. Obviamente, no ha sido así. Del trabajo precario hemos pasado al paro absoluto. Quien no ha sido teleoperador ha sido camarero. O lo sigue siendo.

No es tan grave. Si no nos hubieran dicho en nuestra edad más influenciable que éramos la leche ahora no nos sentiríamos menospreciados. Nos lo dijeron e, insisto, nos lo creímos como tontos. Vaya preparación de mierda. Generación de psicoterapias y reducción de becas. Esos somos nosotros. No quiero decir que los que vengan detrás lo vayan a tener más fácil, simplemente quiero decir que los que vienen detrás son más jóvenes y todavía pueden mantener la esperanza.

Y además desde que se matricularon en la ESO les dijeron que eran tontos, así, sin más. Ellos al menos pueden dar la sorpresa. Nosotros tendremos la palabra "fracaso" marcada siempre a fuego en la frente.

Nuestro himno generacional lo compuso Australian Blonde, a quién intentábamos engañar.

miércoles, enero 19, 2011

Terapias


Así que cojo el metro en Tribunal y hago las dos paradas hasta Príncipe Pío en medio de un ataque de ansiedad porque no sé si llegaré a tiempo. Me pasa a menudo: me levanto muy pronto, con tiempo de sobra, y me dedico a pasar minutos, incluso horas, embobado delante del ordenador, actualizando esto y lo otro, hasta que es muy tarde para el desayuno, la ducha, las llaves... El tren sale a las 11,45 y llega a Majadahonda a las 12,01. O eso se supone. Desde Majadahonda tengo que coger un taxi porque el centro de fisioterapia está en una urbanización sin servicio de autobuses.

No sé si relaciono a Majadahonda con la hostillidad o con el cariño. Diría que de todas las batallas que peleé ahí no resulté ganador en ninguna, pero eso también tiene un punto entrañable.

Raúl me recibe con un punto atareado, no necesariamente ansioso. Raúl es fisioterapeuta y hay que arreglar mi pubalgia. Ahora lo llamamos pubalgia porque es lo más cerca que voy a estar de un futbolista de élite en mi vida. De hecho, Raúl trabaja habitualmente con futbolistas de élite, es el fisioterapeuta de la selección española, ¡es campeón del mundo! Y yo ahí incordiando con mi pubis... Es la segunda sesión. En la primera me pasó algo muy curioso: cuando Raúl diagnosticó y trabajó, dejó el resto para uno de sus ayudantes. El ayudante resultó ser no solo fisioterapeuta sino psicoterapeuta.

Mi fascinación con la psicoterapia es de sobra conocida  y, bueno, dejémoslo en que andaba buscando un sitio nuevo donde ir y ubicarme un poco y dejar de hablarle a las chicas guapas a las 2 de la mañana sobre la diferencia entre persona y personaje, cosa que agradeceríamos todos, pero especialmente ellas. El caso es que todo cuadraba, imagínenlo: un día me pongo a ver un especial sobre el Mundial de 2010, en ese especial sale un fisioterapeuta-osteópata con pinta de poder ayudarme, yendo a su consulta conozco a un fisioterapeuta-psicoterapeuta que me recomienda un método y lo normal es que esto acabe con que la psicoterapia efectivamente despeja mis dudas existenciales y de paso alivia mi pubis.

"Alivia mi pubis", qué frase más equívoca.

En eso estamos a las 5 de la tarde, después de la vuelta a la estación de Majadahonda, Príncipe Pío, Tribunal, comida, post noventero y nuevo ataque de ansiedad porque tampoco llego a la hora con Ángeles Martín. La solución se llama ahora psicología gestalt. Hablan maravillas y cobran poco. Relativamente poco. La gente cree que me gasto todo mi dinero en fiestas y karaokes con actrices bellísimas pero la realidad es que me lo gasto en médicos y derivados. La gente cree unas cosas muy absurdas, en ocasiones.

Diego de León. Atardecer. Una cierta melancolía. Creen que me pueden ayudar pero quieren saber mi problema. Todo el mundo quiere saber tu problema y a veces pienso que así no tiene ningún mérito. El mérito es averiguar dónde demonios está el problema. Da igual. Me dejo llevar y me rindo y me rindo y vuelta a casa para escribir sobre Mourinho, solo que creo que estoy harto de Mourinho y cada línea dedicada a un entrenador es una línea menos dedicada al deporte, así que decido escribir esto, que en rigor tampoco debería interesarles, pero bueno.

Era Mourinho o mi pubis, comprendan que la elección no era fácil.

No esperaran salir ganando nada, mi blog tiene algo de Majadahonda del tiempo libre.

martes, enero 18, 2011

Carne de neón

Hay un ambiente patrio claramente reconocible en “Carne de neón”, con sus clubs de putas, sus navajeros sin esperanza, su atmósfera “Perros callejeros”… y también hay algo que se ve cada vez menos en las películas españolas y que siempre había sido una de sus mayores virtudes: el sentido del humor. Por supuesto, “Carne de neón” no es una comedia sino más bien un thriller de tiroteos, rateros y barrios bajos que cae en ocasiones en lo excesivo, pero que al menos no es un pastiche y desde luego no contiene moralinas, algo que se agradece. Contribuye al éxito de la película su ausencia de localismos claros, su valentía en el montaje y unas actuaciones más que aceptables. Mario Casas resulta creíble, algo que no suele pasar, especialmente en un papel bastante complicado por lo que tiene de recurrente en el imaginario común: delincuente listo, hijo de una prostituta enferma, que tiene que salir al paso de la vida con imaginación y valentía. No voy a decir que lo borda, pero desde luego mal no lo hace.

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A su lado está Angelito, interpretado sensacionalmente por Vicente Romero, y un elenco de actores que van de Macarena Gómez a Antonio de la Torre pasando por el siempre eficaz Darío Grandinetti y la siempre voluptuosa Blanca Suárez, sin olvidarnos de Ángela Molina. Puede que algunos personajes merezcan más y puede que algunos merezcan menos pero Paco Cabezas al menos ha tenido el valor de mostrar algo distinto y ofrecer al menú del cine español un plato distinto: no es una comedia para adolescentes, no es cine social en sentido estricto, se mueve más bien en esos términos medios de películas como “Snatch” o incluso, salvando las distancias, la recientemente estrenada, “Animal Kingdom”. Como es habitual, toda esa valentía se ha visto premiada con cero nominaciones a los Goya. Sugerimos a Cabezas que siga intentando hacer buen cine y que deje los concursos de popularidad para la denuncia del indigenismo o el tiroteo grandilocuente y sin sentido. Por el bien de todos.

lunes, enero 17, 2011

Barcelona 4 - Málaga 1



No creo que merezca la pena insistir en los elogios al juego ofensivo del Barcelona: sus 61 goles, sus 52 puntos, sus 13 victorias consecutivas en Liga… Que si Messi, Villa, Pedro, Iniesta, Xavi… El partido contra el Málaga duró lo habitual: unos 30 minutos en los que el equipo de Pellegrini sacó el paraguas y si le cayeron tres fue de milagro porque pudieron ser cinco o seis sin ningún problema y a poco que Messi hubiera estado acertado de cara a la portería. En todo lo demás, de nuevo, estuvo de sobresaliente.

Así que me voy a ir al otro lado: los once goles recibidos. 11 goles en 19 partidos me parece una segunda barbaridad para un equipo volcado continuamente al ataque. No son solo los goles que no le meten sino las ocasiones que no le crean. Sí, de acuerdo, de vez en cuando vemos alguna buena parada de Víctor Valdés, pero, ¿cuántas veces le chutan a puerta al Barcelona por partido? Incluso el Madrid pasó por el Camp Nou y no se enteró nadie.

Defender como defiende el Barcelona da una idea de lo enorme entrenador que es Guardiola y por qué supera con creces a Cruyff y a Rijkaard. Nunca un equipo del Barcelona jugó tan ordenado. El Barça defiende con once y organiza la presión desde el área rival con un escalonamiento prodigioso. En cuanto pierde el balón, en lugar de replegarse, corre a recuperarlo. Da igual si acabas de ganar el Balón de Oro, el de Plata o el de Bronce: si la has perdido, vas a por ella, como en el colegio.

Todo esto con el mando en plaza de Sergio Busquets, claro. Es impresionante cómo un solo jugador y de 23 años es capaz de ordenar a todos sus compañeros y dar equilibrio al probablemente mejor equipo del mundo en los dos años y medio que él lleva de titular. Busquets aprieta, Busquets cubre a los laterales, cubre a los centrales, Busquets sale con el balón jugado y se apoya en un compañero o conduce, Busquets intenta el pase final, Busquets se adelanta y corta el balón. Busquets, Busquets, Busquets…

Sé que es aburrido glorificar a cada jugador del Barcelona. Para los culés, es repetitivo. Para los madridistas, es incluso cruel, pero por favor, fíjense en Sergio cuando juega. Fíjense en cómo todo el equipo gira alrededor de él en defensa y cómo Guardiola ha conseguido con un solo centrocampista y ofensivo destruir más juego rival que con el ominoso doble pivote de las últimas dos décadas. El Barcelona no solo gana porque tiene a los mejores jugadores, gana porque tiene un entrenador y un sistema que les convierte en los mejores. Se retroalimentan.

Si después del pasillo en el Bernabéu con 4-1 incluido, a alguien le dicen que todo pasaría por Piqué, Busquets, Pedro, el lateral derecho del Sevilla y los siempre lesionados Messi e Iniesta, no se lo hubiera creído. Pues sí, pasaba por ellos. Y pasaba por Guardiola, mee colonia o no. Cuando volvamos a hablar de fútbol en este país, nos daremos cuenta de hasta qué punto este entrenador es un genio.

sábado, enero 15, 2011

Historias de cronopios y de famas


Creo que hay dos clases de personas: las que cuando besan a alguien tienen la sensación de que algo empieza y las que tienen la sensación de que algo acaba.

He estado a punto de decir "cuando se enrollan con alguien" pero luego caí en la cuenta de que tengo 33 años.

A lo que iba: en ambas categorías puede haber todo tipo de personalidades y complejos con lo que es difícil saber dónde encajas. No es una cosa tan clara como "el fin y el medio". Voy a quedarme con uno solo de los ejemplos, que soy yo: creo que cuando beso a alguien tengo la sensación de que algo acaba y ese algo es la búsqueda. Tengo una inmensa sensación de alivio, de "por fin lo he conseguido". Lo que viene después me interesa menos y mucho menos andar contándolo por ahí, desde luego.

Eso no quiere decir que no envidie al otro gremio. Besar a alguien y pensar que eso es el principio de algo es una sensación prodigiosa. La clase de gente que piensa que ligar con alguien es sencillo, que llegar hasta la seducción y el beso es la parte que se da por hecha y que a partir de ahí "ya veré lo que hago". Es mucho menos tortuoso y agónico, desde luego.

El ego de los del fin no tiene por qué ser más frágil que el de los del comienzo. Es frágil, eso seguro, porque no sentirse capaz de empezar nada denota una debilidad incuestionable. Por otro lado, estar todo el rato comenzando cosas como un adicto o una adicta tampoco tiene por qué llevar a nada bueno. Una adicción es una adicción.

En fin, supongo que el mismo pánico da llegar como mantenerse, digan lo que digan. Yo, que siempre creo que no voy a llegar, ni siquiera me planteo lo segundo. Cualquier otro, pongan aquí su nombre favorito, que siempre ha vivido con la seguridad que da conseguir lo que quieres de primeras, sin angustia ni ansiedad ni ansiolítico, supongo que tarde o temprano se tiene que enfrentar al miedo abismal del riesgo a perderlo.

viernes, enero 14, 2011

Black Hole Sun


Cantaba “Black Hole Sun” sentado entre agujas de pino. Tenía un walkman muy viejo y varias cintas que reflejaban el espíritu de la época: el “Unplugged” de Nirvana, un recopilatorio casero y el “Doolittle” de los Pixies.

Cuando no era Soundgarden era “Hey” o era “Where did you sleep last night?”.

Estaba terriblemente enamorado y tenía 17 años, ¿qué se podía esperar de mí? Me sentaba entre agujas de pino y berreaba. Ponía mala cara cada mañana y sólo por las noches me alegraba un poco, si Pilar venía a la roca que quedaba entre las tiendas y el comedor. Si no venía, me ponía muy triste y pensaba en lo fantástico que yo era y lo poco que se merecía todo lo que hacía por ella y todo ese tipo de autocomplacencia adolescente.

El último día daban regalos, fue dos días después de intentar fugarnos al pueblo, el único momento que mereció la pena de todo aquello. Junto al regalo entregaban una cartulina o similar con una dedicatoria. La mía era: “Por que algún día encuentre un campamento sin juegos”. Me hizo gracia. Nos firmábamos camisetas y cuadernos. Recuerdo lo que me puso Javi: “A nuestro acampado psicodepresivo favorito”. También me hizo ilusión.

Vuelvo a la escapada nocturna: éramos unos 40 críos e intentamos fugarnos 25. Obviamente, nos pillaron, aunque no se lo pusimos nada fácil. Madrugada, camino del pueblo más cercano para tomar una copa. Eso era todo. Queríamos tomar una copa y volver como héroes. Quería que Pilar me viera volver como un héroe, algo así como un miliciano desfilando orgulloso por Barcelona. Era la noche de San Lorenzo y caían lágrimas. Cuando oíamos un coche cerca nos tirábamos entre los hierbajos y luego nos numerábamos del uno al siete. Nuestra división, al menos. La otra se limitó a hacer auto-stop.

Hay gente sin ningún sentido del heroísmo.

Envejecí demasiado pronto y de una manera poco regular. En casa, tenía la versión original de “Cuando Harry encontró a Sally” y la veía cada dos meses. Meg Ryan era A. Nuestra discusión favorita -preludio de la metafísica- era si los hombres y las mujeres podían ser amigos. “¿Qué quiere decir exactamente “amigos”? ” preguntábamos entonces. Qué quiere decir exactamente “ser”, deberíamos preguntar ahora…

Cantaba grunge y me enamoraba como un fan. Lloraba como un adolescente cuando nadie miraba. Tenía mil camisetas negras y había visto a todos mis grupos favoritos en directo. A veces, Rohmer y Paul McCartney me decían que todo iba a cambiar a mejor. A veces, tenía la sensación de que todo iba a seguir igual. Siempre.

jueves, enero 13, 2011

Emir Kusturica-Underground



Tuve dos años especialmente pedantes: 1997 y 1998. Una amiga de mi madre, filósofa ella también, nos juntó a un grupo de presuntos jóvenes talentos para formar un "grupo de discusión". La dinámica parecía sencilla: teníamos un libro de referencia, en este caso, "El tema de nuestro tiempo", de Ortega y Gasset, y cada dos semanas leíamos unas páginas en casa y las comentábamos, concepto a concepto. Por supuesto, al principio aquello era un barullo. Imagínense: yo tenía 20 años y el resto de mis compañeros no pasaban de los 21. Nuestra idea de un debate era lo que habíamos visto en las tertulias de Jesús Hermida. Todos queríamos tener razón como el que tiene un culo, cada uno el suyo.

Mabel nos ayudó a pensar. Yo creo que nadie me ha ayudado tanto a pensar nunca. Me ayudó a plantearme que igual no tenía razón siempre, incluso que era posible que, en algunas circunstancias, los demás también pudieran enseñarme cosas de valor y que había gente más lista que yo, con más experiencia que yo y que argumentaba sin tanta vehemencia pero con más sentido común. Creo que fue un año clave para muchos, aunque claramente a unos les cundió más que a otros, eso es inevitable: cada uno elige sus maestros.

El caso es que, aparte de Ortega, al que prácticamente no se estudiaba en toda la carrera, Mabel nos descubrió a Marcuse y a Kusturica. En concreto, "Underground". Estábamos en pleno conflicto de Kosovo, recuerden. Serbia y Bosnia habían firmado los acuerdos de paz pero seguían peleándose por la provincia musulmana, que si para ti, que si para mí. "Underground" hablaba de todo eso y de mucho más, remontándose a la II Guerra Mundial y la gestación de la Gran Yugoslavia del croata Tito. Se le acusó mucho a Kusturica de ser "pro-serbio" pero si lo fue en esa película yo no me enteré, una prueba más de que efectivamente hay gente mucho más lista que yo.

Yo lo que vi fueron envidias, engaños, complacencias salvajes, la voluntad desatada en forma de disparos al cielo, billetes lanzados al aire, cíngaros acompañando a los caciques en cada visita. "Underground" era de una decadencia brutal. Esa mezcla tan improbable, tan yugoslava, del campo y la ciudad, de oriente y occidente. Me enamoré de la banda sonora original, de Goran Bregovic. Kalashnikov, Mesejcina, Ringe, ringe Raja... Años después incluí todas esas canciones en una fiesta salvaje de un productor de televisión que describí en mi novela.

Me parecía que había algo en los grandes productores de televisión de los 2000 que les asemejaba a los señores de la guerra serbio-bosnios de los 90. No me pregunten por qué, mis asociaciones de ideas son de lo más absurdas en ocasiones.

Una madrugada, plan de novios, fuimos a ver "Gato negro, gato blanco". No nos gustó tanto por lo que tenía de redundante: drogas, bodas, cíngaros, disparos, perros salvajes. Después le perdí la vista. Creo que hizo algo sobre Maradona. Procuro mantener una distancia estética lo más amplia posible con respecto a Maradona. Llámenlo desconfianza o cualquier otra cosa peor. Algún día volveré, supongo. Si tienen recomendaciones, utilicen los comentarios.