domingo, octubre 31, 2010

Sondeo elecciones generales en La Vanguardia


Lo bueno de ser un friki de los sondeos electorales es que uno aprende a distinguir. Por ejemplo, los de El País y El Mundo suelen fallar bastante y los de Público o La Razón muchas veces rozan el delirio. Por supuesto, siempre se puede encontrar casos en los que aciertan, porque al fin y al cabo nos movemos en unas cifras bastante acertables, pero los que más confianza me merecen son los del Instituto Noxa que publica La Vanguardia y que suelen ser bastante fiables de la situación en cada momento.

Hoy salen las previsiones de las elecciones generales y supongo que mañana, o la semana que viene, saldrán las de las elecciones catalanas, aunque ya sabemos a qué atenernos: si CiU sube y bajan ERC y PSOE, pues está claro lo que pasará dentro de cuatro semanas. Tampoco creo que a nadie le pille de sorpresa. Lo bueno, además, de Noxa es que se atreve a dar número de diputados, que sí es un poco temerario porque las muestras por provincias difícilmente pueden ser representativas. En cualquier caso, allá va. Copio y pego lo que viene aquí:

PP 175 .- Una mayoría absoluta de facto, porque supone la mitad de los escaños del parlamento, es decir, todos los demás partidos tendrían que unirse para poder empatar sus resoluciones y devolverlas a una segunda votación. Se equivocan en el PP en pedir insistentemente elecciones anticipadas: nada apunta a que las perspectivas de voto del PSOE vayan a mejorar en los próximos 18 meses. Sería una excelente señal que lo hicieran porque eso supondría algo parecido a una recuperación económica y que por ejemplo yo salga del paro. Pero no lo creo.

PSOE 133.- No llega al desastre Almunia pero por los pelos y partiendo desde el gobierno. El PSOE sabe que no va a ganar las elecciones con Zapatero y probablemente tampoco sin Zapatero, así que igual es mejor dejar que el presidente se queme en 2012 y empezar a construir una alternativa para 2016. Desde luego, yo no creo que Rubalcaba vaya a ser el candidato. Me parece más bien que es el gregario de lujo que está haciendo el último relevo en la montaña hasta que termine de desfondarse. Probablemente, ZP se estrelle en 2012 y alguien como Carmen Chacón lo intente cuatro años más tarde si no la envían de vuelta a Cataluña para reflotar el PSC post-Montilla.

CiU 15.- En ningún lado va a sufrir tanto el PSOE como en Cataluña, allí donde empezó en 2003 la era Zapatero. El tripartito ha durado siete años y eso son aproximadamente siete años más de lo que los críticos pensaban. Desde fuera se le ha visto siempre con recelo y ahora se le ve también desde dentro. Reina entre muchos catalanes la idea de que Mas es la única opción realmente potable y no sé si aciertan o no, el caso es que en este sondeo CiU sube de 10 a 15 escaños, lo que, trasladado a las elecciones autonómicas probablemente le sitúe al borde de la mayoría absoluta.

PNV 9.- La subida de los nacionalistas vascos no es tan acusada como la de los catalanes pero también es indicativa de cierto malestar con el bipartito PSE-PP. Yo soy muy fan del bipartito PSE-PP y lo digo aquí y ahora. Patxi López me infunde bastante confianza y me parece un soplo de aire limpio tras 30 años de hegemonía total de los nacionalistas. Sin embargo, en tiempos de crisis, lo malo conocido casi siempre saca réditos.

IU 7.- Es sin duda el partido más perjudicado por la Ley D´Hont y el que suele crear mayores expectativas en las encuestas pre-electorales. El problema es que luego llega el voto del miedo y ya se sabe. Pasar de 2 a 7 diputados es algo, pero se queda corto, seguro: el sistema está en una crisis descomunal, la mayor en 80 años y el único partido parcialmente anti-sistema se queda en 7 diputados, algo están haciendo mal, hay que suponer.

UPyD 5.- La gran olvidada de los demás sondeos, que negaban incluso el escañito de Madrid. Sería interesante saber dónde exactamente va a conseguir cinco escaños Rosa Díez y me da que la cifra es un poco exagerada. En las próximas elecciones municipales y autonómicas tendremos una idea más aproximada de hasta dónde puede llegar este partido. Ya saben de mis simpatías, no las voy a ocultar ahora.

ERC 2.- Da la sensación de que la Esquerra post-Carod Rovira va a volver a su papel casi testimonial en la política catalana y nacional que ya tenía la Esquerra pre-Carod Rovira. Ya bajó muchísimo en 2008 y ahora pierde un escaño más.

Otros 4.- Y aquí no tengo más datos, pero supongo que se repartirán entre CC, BNG y quizá la coalición Nafarroa Bai.

sábado, octubre 30, 2010

Copia certificada

No tenía el mejor concepto de Kiarostami y si he de ser sincero no es la película más divertida que he visto en mi vida. Eso sí, es una delicia de realización e interpretación. Soberbias. Aquí, mi reseña, que también pueden encontrar en Notodo



La realidad y su representación, es decir, el arte pero no solo el arte. Esa es la obsesión de Kiarostami en su nueva película desde el propio título: efectivamente, el iraní nos habla de copias y originales y de la dificultad de distinguir entre ambas cosas. Incluso de la inutilidad de querer distinguirlas: bastaría con disfrutarlas. Copia certificada nos presenta a una Juliette Binoche en estado de gracia, mejorando pasadas actuaciones, y a un William Shimell algo desigual: perfecto como sobrio y seductor escritor inglés, pero algo exagerado a partir de esa introducción del personaje. Ellos dos son la película, nadie más está invitado. Durante una hora y tres cuartos, tenemos disquisiciones sobre arte, vida, amor, paternidad, matrimonio... Hay que reconocer que no siempre es fácil seguir el guión y que, en ocasiones, la cosa se pone muy densa, quizá demasiado.

Ahora bien, lo importante es saber disfrutar. Kiarostami juega con la ambigüedad continuamente: cada plano es un prodigio para los sentidos, hay que estar atentos a todo. Eso es realismo sucio de verdad, la vida contada a través de detalles, de brochazos aparentemente intrascendentes pero que lo dicen todo de los personajes. La realización es excelsa, un espectáculo: la cámara siempre está donde debe estar, nada ocurre sin razón. A veces, y perdón por la frivolidad aparente, nos recuerda a esas viñetas de Ibáñez en las que Mortadelo y Filemón discuten y alrededor no dejan de pasar cosas: una anciana golpeando a un ladrón con un bolso, un perro perseguido por un gato, un par de ratas fumándose un cigarrillo... Desde luego, Kiarostami exige y exige mucho. No todo el mundo estará dispuesto a conceder tanto y entrar a su juego pero, si entras, merece la pena.

Lo mejor de todo sin duda es la ambigüedad: dentro del juego de original y copia, realidad y representación, que Kiarostami decide llevar del mundo del arte al mundo real, a un pueblo de la Italia profunda, hay pistas pero no hay soluciones. Lo normal es que cada uno salga de la película con una explicación diferente y no parece que al director le moleste eso, al contrario, lo fomenta. Algunos pensarán que han encontrado algo puro en lo que no era más que un montaje, otros se darán cuenta de que todo, en realidad, es una representación y que, como dijo Kant: "cien taleros imaginarios valen lo mismo que cien taleros reales". Puede que todos se equivoquen.

viernes, octubre 29, 2010

Al otro lado del espejo

Sigo en Santander, al menos hasta el lunes, y espero que solo hasta el lunes porque eso será una buena señal. Tengo problemas que solucionar aquí, tampoco me apetece ser mucho más específico. Les diré que ahora mismo llueve y que bajando la calle Peñas Redondas me acordé de Kurt Cobain y su frase de despedida "I´m too much of an erratic person and I don´t think I have the passion anymore". Esto no viene a cuento de nada, me acordé en parte porque me considero una persona algo errática y apasionada y pienso que sería terrible perder la pasión y mantener las erratas. No tanto como para ponerse enfrente de una escopeta, pero sí bastante terrible. Ocurren cosas terribles mientras dormimos, recuerden. Pero, vamos, básicamente, la frase está aquí para hacer hueco y porque es una frase maravillosa.

Ahora que ya he llegado al segundo párrafo puedo retirarme tranquilo dejándoles con mi relato "No eres tú, soy yo", que publica la revista "Al otro lado del espejo" en su número tres -que, en realidad, es el quinto, ellos también tienen algo de apasionados erráticos-. Es un relato triste pero de alguna manera bonito. El martes la gente aplaudió mucho (pero eso era el martes). Pueden ver la revista entera incluyendo mi relato en la página 52 solo con seguir este enlace. Merece mucho la pena, es una maravilla. Como dije en su momento en Tres Rosas Amarillas: "Quizá muchos de vosotros estéis acostumbrados a que apuesten por vosotros, pero cuando eso no es tan habitual, cada apuesta individualizada se convierte en un auténtico orgullo".

jueves, octubre 28, 2010

Bret Easton Ellis- entrevista en Neo2

Estoy en Santander e incomunicado. Créanme que no me gustaría estar en Santander e incomunicado, pero no entraré en más detalles. Copio y pego la entrevista que aparece en el blog de Neo2 con Bret Easton Ellis. Hay al menos otras dos versiones: la que aparece en la revista (cómprenla, también hay otra entrevista mía con Pennebaker y Hegedus) y una especie de "director´s cut" que es básicamente esto pero un poco más extendido y que igual decido colgar en algún momento de mi vida. No en este, desde luego.






“Él siempre se sienta aquí”, dice la jefa de prensa de Mondadori mientras señala un sillón negro frente a una mesa de cristal. Al otro lado de la mesa, por supuesto, otro sillón negro donde me tengo que sentar yo. Solo falta Bret, que llega quince minutos tarde, sorbiendo y algo congestionado. Al parecer, uno de los periodistas apareció ayer tosiendo y estornudando y el virus no ha tardado en alojarse en el escritor. Una mala noche. Me pregunta qué tal el día, cómo va todo. De momento, bien. Tenemos solo media hora así que se me ocurre preguntar, a quemarropa:



Hay una canción de Hole, el grupo de Courtney Love…

Déjame adivinar… “Celebrity skin”, ¿no? ¿Malibu? ¿De qué disco estamos hablando?



Del primero, “Pretty on the inside”, hay una canción que dice “There is no power like my pretty power”, ¿hasta qué punto la belleza es una forma de poder? (Bret sonríe, dice “ya veo”, mira a su alrededor: jefa de prensa, escritor de la editorial, traductora, joven impertinente de Neo2, sonríe y empieza a hablar para todos, seductor y gesticulante, como si nos fuera a contar un cuento):

Llevo dos días metido en un hotel donde siempre me pierdo. Ayer estaba despierto de madrugada con este resfriado ya empezando, en el suelo, de rodillas, contando los calzoncillos limpios que me quedaban… No sé, me siento como Bill Murray en “Lost in translation”, no conozco a nadie, siempre cojo el pasillo equivocado y acabo en algún lugar sin ascensor y tengo que preguntar y acordarme de adónde quería ir… Bueno, el caso es que me levanto esta mañana, con la garganta hecha polvo, sudando, y decido llamar al servicio de lavandería para tener ropa interior limpia. ¿Sabes cuánto cuesta que te laven un par de calzoncillos? 10 euros. Y yo necesitaba lavar 14 calzoncillos. Me he gastado 140 euros en lavar calzoncillos y me he sentido bastante decadente, además del resfriado… y al final consigo salir de la habitación, llego aquí, un fotógrafo me pide que pose varias veces… ¡Yo ni siquiera sé posar! Quiero decir, sé posar, sé hacer como que poso, hago lo que me dicen, pero se me da fatal, no resulto nada natural. Miro a la cámara, me pongo serio, sonrío, lo que sea… Me siento en este sillón, pido unos pañuelos y un periodista me hace una pregunta que en realidad es un tratado filosófico: “La belleza como forma de poder” ¡Estoy otra vez en la universidad! (sonríe más, exagera el gesto con los brazos abiertos, todos seguimos mirándole, esperando que vuelva a la pregunta, pero a la vez fascinados por su forma de hablar lenta, cálida, caramelo de menta en la boca para aclarar la garganta). Me siento como si hubiera llegado tarde a clase y el profesor como venganza me hiciera una pregunta de examen cuya respuesta no sé. Llevo tres semanas de promoción, estoy agotado, he pasado por Francia, donde todo el mundo se toma todo tan en serio, dando respuestas casi al azar para que se quedaran tranquilos…



Yo creo que va a contestar, así que no le interrumpo. Dejo que la puesta en escena sea la que es, le miro fijamente a los ojos, hago como que no estoy impresionado por el espectáculo, sonrío también, y al cabo de unos cinco minutos escribo por fin la respuesta:

 …Pero sí, desde luego. La belleza cruza todos los límites. Estamos entregados a la belleza, es algo instintivo. Incluso los niños pequeños se sienten más atraídos por una cara de rasgos simétricos que por otro tipo de caras. Somos así, nos gustaría negarlo pero es un hecho. ¿Puedes tener poder siendo pobre pero con belleza? Sí. Ahora bien, la belleza sola no sirve. Me he encontrado muchas veces –y podría dar nombres propios pero no viene al caso- con gente de la que me he enamorado por su belleza para al final descubrir que no había nada más y sentirme muy decepcionado. También he acabado sintiéndome atraído por otras personas que había descartado por su físico y que al final me han cautivado por su capacidad para atraer. No solo la belleza, también la atracción tiene un poder enorme.



Prueba superada. Seguimos. ¿Por qué eligió el adjetivo “imperial” para “Suites imperiales”?

(Risas) Aquí estaría muy bien hablar del Imperio, de Estados Unidos, nuestra explotación de otros países. En Francia me lo preguntaban todo el rato y yo acababa diciendo “sí, tenéis razón, me estoy refiriendo a todos los lugares que hemos invadido en nuestra codicia. Es una novela sobre… ¡Irak!” y los periodistas se alegraban, “eso es lo que yo pensé al leerla, eso es exactamente lo que pensé”… pero no, no hay segundas intenciones. “Imperial bedrooms” es el título de una canción de Elvis Costello. Quería cerrar un ciclo con Costello. Sale en prácticamente todas mis novelas: “Menos que cero” es el título de otra canción suya. Podría ser un reflejo de la explotación sexual de California, etcétera, pero no, simplemente es una canción de Elvis Costello que me gusta y quise ponerle ese título.



En la contraportada de “Menos que cero” siguen diciendo que es “El guardián entre el centeno” de los 80…
 Bueno, eso es marketing. “El guardián entre el centeno” es un gran libro pero se ha convertido en una marca. Tiras el título y surgen las asociaciones inmediatamente: “El Holden Caulfield drogado”, “El guardián entre el centeno de la Generación MTV”. Había leído el libro y sí, me había gustado. Me gusta Salinger, escribe mucho mejor que yo, pero no era una de mis influencias. Decidí ser escritor cuando leí de una sentada, en una noche, “Fiesta”, de Hemingway.

Y el resto, en el número de noviembre de Neo2, ya en sus quioscos

martes, octubre 26, 2010

El nadador


El atractivo de las convenciones: en mi libro de Cheever hay unos 30 relatos. No son muy variados, lo reconozco, matrimonios que se deshacen en zonas residenciales del estado de Nueva York. Eso y algún viaje por Europa, si puede ser Italia. Así hasta que uno llega a "El nadador" y sabe que está ante uno de los mejores relatos del siglo y se le pone esa cara de hacer historia que nos gusta tanto a los lectores, aunque esté en un autobús de Tres Cantos a Madrid, derrapando en las curvas y botando en las rectas. Ned cruza piscinas y piscinas para llegar a su casa, solo que no tiene casa y lo que empieza en una fiesta maravillosa en plena tarde de verano acaba entre el desprecio de sus vecinos, de noche, agotado y sin llaves.

Obviamente, es un relato prodigioso. Un relato de la decadencia, una vez más, pero sin sordina. Dolor y sufrimiento y músculos atrofiados y la excelente progresión o más bien retroceso de vitalidad en todos los ámbitos.

Sé cuándo hago historia y cuándo no. Por ejemplo, aparte de Cheever, leo la autobiografía de Severiano Ballesteros. Una vez escribí -en la novela que no sé si a alguien le gustará porque últimamente tengo problemas con el gusto de los otros- que toda la literatura contemporánea estaba recogida en la autobiografía de cualquier deportista de élite: fama, poder, mujeres, sexo, conflictos resueltos y por resolver, traiciones, trampas, confidencias, expectativas, familias desestructuradas y fans enloquecidos... solo falta algún vampiro que otro.

O algún templario.

Ballesteros dedica unas tres páginas de su libro a contar cómo ganó un Masters de Augusta y treinta a explicar las "traiciones" de la Federación Cántabra y el Club de Golf de Pedreña. Le faltó perspectiva, aunque supongo que eso lo hace especialmente humano. Sobre todo cuando dice "no es algo que me molestara pero en 1978...", es decir, no le molestó pero 30 años después aún lo recuerda.

Último martes de octubre. Primer martes después de Cheever, si quieren: sigo en el paro, sigo gastando dinero en fisioterapeutas y al menos tres proyectos se han caído en una sola mañana. Perdón, cuatro. Cinco, si contamos lo de Almería en Corto e incluso seis si contamos un pase de prensa al que al fin y al cabo tampoco tenía muchas ganas de ir. A cambio, he recibido un libro con buena pinta -libro que no recuerdo haber pedido pero a caballo regalado...- y una invitación express a un McPollo. Hay algo en toda esta acumulación de piscinas y brazadas que agota a cualquiera y creo que la metáfora está muy clara. Tú nadas y nadas y nadas y al final, ¿qué?

Al final -permítanme el juego- nada.

domingo, octubre 24, 2010

The Social Network (La red social)



Dicen algunos críticos que la película de David Fincher deja a Mark Zuckerberg, creador de Facebook, por los suelos. No estoy tan de acuerdo: básicamente le deja como un genio adolescente medio autista y todo lo que eso conlleva: relaciones amor-odio, cierto rencor hacia los demás y un gusto exagerado por la soledad y el "hágalo usted mismo". Fascinaciones, también, no siempre por la persona adecuada. El enfoque de "La red social" es brillante: parte del primer año de Zuckerberg en Harvard y mezcla flashbacks y flashforwards para colocarlo en medio de dos querellas multimillonarias: la de su mejor amigo y co-creador de Facebook y la de dos gemelos, los Winklevoss que reclamaban la propiedad intelectual de la idea.

Tanto el amigo como los Winklevoss son personajes leales, de acuerdo, pero muy tontos. Por lo que se sabe de Eduardo Saverin, el brasileño que financió los inicios del proyecto Zuckerberg no era tan tonto como lo pinta Fincher. Yo no sé si preferiría que me pintaran como bueno tonto o como malo genial. Casi me quedaría con lo segundo siempre que se entendiera que tenía 19 años. Yo a los 19 años era un miserable y la gran mayoría de ustedes también, no vamos a engañarnos. Saverín parecía más preocupado por la fama en el campus y las chicas gratis que por extender un programa megalómano. Los Winklevoss no parecen alcanzar para mucho más que darle a los remos, aunque se supone que su expediente académico es brillantísimo.

La película no es más que la historia de los inicios de Facebook enfocada en el rencoroso Zuckerberg, quien habría empezado todo eso para demostrarle algo a su ex-novia. Básicamente, que se equivocaba dejándolo. Los 19 años, de nuevo. Ahora bien, Fincher acierta por completo al dejar que la historia fluya sin meter demasiada mano. Es la historia de Facebook y del genio que la creó y probablemente ese genio tenga varias caras pero no es una película de psicoanálisis, es una película sobre el éxito, las casualidades y lo que hace que de repente seas el millonario más joven de la historia.

¿Tiene interés la película si no utilizas Facebook o si lo odias directamente? Bueno, hay determinadas cosas que resultarán más liosas, pero yo tampoco sé nada de matemáticas y creo que me enteré de "Una mente maravillosa". Desde luego, ser un viciado del asunto ayuda. Buena parte del éxito de la película parte del éxito de la aplicación: efectivamente, Facebook es adictivo y tiene verdaderos fieles capaces de pasar horas y días cuidando sus granjitas de Farmville.

Entre los actores, me encantó Rooney Mara haciendo de la "musa" Erica Albright, aunque nadie se explica que hacía una chica como ella con un chico como él. Jesse Eisenberg está brillante y Justin Timberlake no desentona, aunque es imposible verlo y no imaginar que en cualquier momento se va a poner a bailotear un poco de funky barato. La gran sorpresa la encontramos en los hermanos Winklevoss, interpretados por... ¡un mismo actor: Armie Hammer! Yo tampoco lo sabía, hasta que leí esto. Cuando la tecnología está hecha para la película y no la película para la tecnología es cuando realmente se valoran estas cosas.

En definitiva, muy buena película, muy bien narrada, con gran ritmo y que incluso se hace corta pese a las dos horas de duración. Dicen que Zuckerberg se enfadó mucho al verla. A todos nos gustaría ser perfectos, sencillamente no es posible. Como bien dice la frase de promo del cartel: "No haces 500 millones de amigos sin ganarte algunos enemigos".

sábado, octubre 23, 2010

Héroes

Peliculón imponente, aquí tenéis mi reseña para Notodo.com:

Si te fijas, los dos protagonistas de Tu vida en 65 minutos, aquel prodigio de María Ripoll que no tuvo todo el éxito que merecía, compartían póster: en sus habitaciones tenían colgado en la pared el cartel de Cuenta Conmigo de Rob Reiner. El guión de aquella película lo escribió Albert Espinosa -guionista también de Planta Cuarta, entre otras- así que le preguntamos: "Es mi película favorita", contestó, y a lo que se ve ha tardado sólo cuatro años en hacerle un homenaje en toda regla. De hecho, comparar Héroes con la película de Reiner sería quedarse muy corto. En la película de Freixa y Espinosa hay algo de Stand by me, por supuesto, pero también mucho de los Goonies y, siguiendo con las coincidencias buscadas, esta vez los dos niños protagonistas comparten el cartel de La historia interminable. En definitiva, es un tributo sentido y emocional a la infancia ochentera y a las películas con las que creció esa generación.

Si la cosa se acabara ahí, podríamos quedarnos en algo anecdótico, pero dentro del homenaje hay una película inmensa, de las mejores que ha dado el cine español en mucho tiempo. Probablemente, también se quede en poco cuando haya que pasar por taquilla, pero es una obra de arte de la sensibilidad y el buen gusto. No sobra ni un plano ni un diálogo. ¿Tienen miedo a las películas con niños? Tienen que ver a estos niños y a este director. Impresionantes. Entre los adultos, pocas dudas: Lluís Homar, Alex Brendemühl, Emma Suárez y una cumplidora Eva Santolaria, exorcizando fantasmas televisivos. Héroes es una película de veranos en el pueblo, de utilitarios para la familia, de pequeñas gamberradas y camisetas del Mundial '82. También, lógicamente, es una película sobre la amistad, los primeros amores, los primeros divorcios... pero todo ello con una sutileza admirable.

Además, tenemos que decirlo: es una película que está bien hecha. Parece una perogrullada pero uno se cansa de ver películas con malos encuadres, mala fotografía, sonido defectuoso, actuaciones y diálogos mejorables... aquí todo cuadra y emociona. De verdad. Sin meterte el dedo en el ojo, sólamente con imágenes y las canciones adecuadas y unos personajes que te gustaría que hubieran estado ahí contigo en tu infancia, tu adolescencia y ahora mismo, en la butaca de al lado. En eso consiste la nostalgia, claro. No te preocupes, nos pasa a todos. ¡Ah, aviso importante! Intenta verla en catalán aunque sea con subtítulos: las versiones dobladas al castellano suelen decepcionar.

viernes, octubre 22, 2010

Cuando éramos reyes

Ya está online mi segunda columna en Culturamas, parece que la cosa funciona:


La última vez que leí a John Cheever fue en un pueblo de la costa catalana, cinturón rojo de Barcelona. Pasaba el verano en casa de mi novia, aunque no estaba claro que fuera mi novia. Nos queríamos, eso era todo. Ella se iba a trabajar por las mañanas, a una radio del Paseo de Gracia y yo me quedaba tirado en el suelo leyendo, recién desayunado, todas aquellas historias de trenes de cercanías y matrimonios a punto de romperse y urbanizaciones con piscina donde todo parecía inmutable.

Por supuesto, eso no invitaba al romanticismo. Yo esperaba que ella volviera como si ya fuera mi ex mujer y no es algo que les recomiende. Inventaba relatos sobre parejas que discutían en torno a una pecera o a una jaula de periquitos, esa era mi vida hace cuatro años.

¿Y cómo es mi vida ahora que me reencuentro con el segundo volumen de relatos de Cheever, publicados en su momento por emecé y con epílogo de Rodrigo Fresán? Esa es una buena pregunta, como cuando me encuentro de repente con el vídeo-clip de una canción ya pasada de moda pero más o menos reciente y no puedo evitar pensar: ¿Era feliz la primera vez que lo vi?, ¿estaba enamorado?, ¿creía estar enamorado o al menos lo deseaba fervientemente? Ese vídeo… ¿me hacía bien o me hacía mal? Me refiero a… ¿me animaba y me hacía salir a la calle dispuesto a comerme el mundo o, al revés, me ponía delante de las narices todas las cosas que quería tener o sentir y de las que no me sentía capaz?, ¿lo vi antes de… o fue después, cuando ya…?

El grupo, la cantante, el solista… ¿me parecían más o menos felices que yo?, ¿eso me molestaba?, ¿me animaba a escribir relatos sobre la fama y su infelicidad inherente?, ¿soy ahora más feliz que entonces, más feliz que ellos, más feliz que cuando lo vea la próxima vez?

¿Alguna vez fui feliz? Creo que sí, pero… ¿cuál era mi banda sonora entonces?, ¿es verdad que la música sólo sirve para tapar la tristeza? En ese caso, ¿qué hacemos cuando la música nos pone tristes?

Tiendo a la nostalgia. Por ejemplo, la película “Héroes”. Tienen que ver la película “Héroes” en cuanto se estrene, háganme caso: pre-adolescentes en un pueblo catalán, sin costa pero con pantano. Mis problemas con la pubertad y las sonrisas cómplices de las chicas caramelo: yo nunca tuve amores de adolescente y ni siquiera amores de verano, de esos estilo Beach Boys o canción de los Beatles. Iba a un sitio donde jugábamos al futbolín y no valía ni media ni guarra y veía a los demás emborracharse y nos sentábamos en los coches mal aparcados y perseguíamos chicas por distintos bares, pero eso era todo: nosotros las perseguíamos y ellas se escapaban con una facilidad asombrosa.

No, por más que recuerde, la melancolía ya estaba ahí, pero no había sonrisas cómplices por ningún lado.

jueves, octubre 21, 2010

Miguel Ángel Blanco


Recuerdo pasar la noche entera escuchando la SER. No tenían previsto un especial pero el especial se los llevó por delante. Era uno de esos programas de llamadas desoladas que se empezaban a poner de moda. No creo que fuera "Hablar por hablar" porque era un domingo y desde luego la chica no era Gemma Nierga. Sería cualquier otra cosa. Todas las llamadas eran sobre Miguel Ángel Blanco, deseando que se recuperara, dándole ánimos, pidiendo soluciones pero sobre todo mostrando cariño. Pocas veces hemos estado todos tan juntos, absolutamente todos.

Miguel Ángel no estaba muerto. Estaba en estado crítico en un hospital de Guipúzcoa. Nos lo recordaban los servicios informativos cada hora, junto a alguna declaración ad-hoc. Era nuestro Miguel Ángel, un chico que no llegaba a 30 años, hijo de inmigrantes gallegos, miembro de una banda de rock con una novia guapísima que no hacía más que derrumbarse. Todos se derrumbaban menos la hermana. Vivimos el ultimátum de 48 horas como nuestro ultimátum: las concentraciones del viernes, las manifestaciones del sábado, la larga espera del domingo por la mañana. Todos los presos de ETA tenían que estar en cárceles vascas a la hora de comer o el chico moriría. Matones de serie B.

Hablábamos de ello todo el rato. Yo lo hablaba con T., con mi madre, con mi abuela... no solo era indignación, era un punto de incredulidad, de decir: "Venga, es imposible, está todo el mundo en la calle, no pueden atreverse a matarlo". Pero se atrevieron. A eso de las 4 saltó la noticia: han encontrado un cuerpo con una bala en la cabeza en un bosque. Aten cabos. La última imagen de Miguel Ángel vivo es un Miguel Ángel entubado e inconsciente entrando en camilla. Una de esas imágenes furtivas que acaban pasando a la historia.



Pero no había muerto, aún no había muerto y pasaban los boletines horarios y la indignación -ahora sí, declarada- de las llamadas y la solidaridad por una vez de los nacionalistas, casi sin excepciones, y los gritos al viento de los no nacionalistas, hartos de funerales y de entierros y de tiros en la nuca. El programa se alargó todo lo que hizo falta. A eso de las 5 y algo, Miguel Ángel Blanco se murió. En parte, fue un alivio, pero desde luego fue una derrota. Una de esas cosas que aún trece años después te llenan los ojos de lágrimas de impotencia y rabia y te preguntas cómo es posible que nadie hiciera ninguna salvajada.

Diario 16 tituló "Hijos de puta". A mí me pareció algo incorrecto y poco periodístico, pero reflejaba bastante bien el pensamiento mayoritario. Bajé de la Sierra para ir solo a la manifestación de Madrid. Me asombra recordar cuánta gente iba sola, con la mirada ausente, sin saber muy bien qué esperar. Por supuesto, no esperábamos nada, absolutamente nada, quizá que los ertzainas se siguieran quitando los pasamontañas en señal de libertad o que los lehendakaris mantuvieran sus promesas de aislar por completo a los "violentos", el eufemismo preferido en el País Vasco. No esperábamos mucho más, pero pronto descubrimos que era demasiado: exactamente un año después, Arzalluz y Otegi, sonrientes, firmaban el Pacto de Lizarra.

El fin de ciclo del Barça


No hay que ser un gran especialista en fútbol para saber que nadie ha ganado siempre y que nadie ha jugado bien siempre. Arrogarse el patrimonio de la excelencia y el resultado es un absurdo. Se habla de nuevo de un "cambio de ciclo" en el fútbol español porque el Barcelona juega mal, peor que el año pasado. Habría que matizar lo de "jugar mal" porque tampoco es que sea un desastre. El Real Madrid de Pellegrini o el de principios de temporada -salvo, quizá, el partido ante el Levante- tampoco era ningún desastre, por cierto. El Barcelona está cansado físicamente y saturado mentalmente y tiene sus motivos: dos años a todo trapo son  muchos años para cualquiera. ¡Si yo estoy agotado solo de escribir sobre ellos, imagínense ellos que además tienen que jugar!

Parece que el método sigue siendo el mismo pero el acierto ha cambiado, y muchas veces el acierto es una cuestión de fe, de concentración y de adelanto. Décimas de segundo. Cuando Messi coge el balón y acelera sabes que va a haber peligro. Ahora bien, no es lo mismo que Messi sea imparable a que sea parable. La diferencia puede estar en uno o dos goles por partido. Y este Messi es sensacional, juega al primer toque, se mueve de maravilla, elige bien las opciones... pero ya no se lleva todos los rechaces, no arrasa en la embestida e incluso el balón le bota donde no debe. Eso se arreglará a lo largo de la temporada o no, ya veremos, pero tampoco indica una diferencia de concepto, sino de acierto puntual.

El Barcelona es probablemente el equipo que más posesión tiene sin llegar al área, el equipo que más veces llega al área sin tirar a puerta y el que más veces tira a puerta sin meter gol. Ayer, contra el Copenhague, más de lo mismo.

Otra cosa es que estemos ante un "fin de ciclo", como en seguida se salta, aunque llevemos solo 7 jornadas y el Barcelona sea segundo en la liga y esté casi clasificado en Champions. Habría que ponerse de acuerdo en lo que es "un ciclo" y quizá sea exagerado e injusto retrotraerse a Cruyff para explicar el estilo de juego de este Barcelona. Pongamos que el ciclo empezó con las dos ligas y la Champions de Rijkaard, aunque no fuera más que la continuación de trabajo de toque y cantera empezado en los 90 no solo por Cruyff sino también por el muy infravalorado Van Gaal -pregunta: ¿saben quién hizo debutar a Xavi, Puyol e Iniesta entre otros? Adivinen-. Es un ciclo de seis temporadas que incluye cuatro ligas y dos Champions. A mí me parece bastante.

Pensar que ese ciclo se cierra en cuanto el equipo no gana un título es absurdo: insisto, nadie gana siempre. Lo que cuenta es el estilo y el proyecto. Si por algo destacaba el Barça de Gaspart era por su ausencia de proyecto, precisamente. Durante esos años el Madrid ganó dos ligas y dos Copas de Europa. Había un proyecto ahí: "Zidanes y Pavones". El Madrid era el equipo dominante en España y en Europa aunque tampoco ganara siempre, claro. Sin ir más lejos, el Valencia ganó otras dos ligas y jugó dos finales de Champions, pero nadie habló del "ciclo del Valencia". Salvo, probablemente, en Valencia.

En fin, las alarmas del Barcelona tienen que ver con el presente inmediato: el sábado ante el Zaragoza, etcétera. Saber si este año sacarán más puntos que el Madrid o no, pero no veo grietas en el proyecto. Los ciclos no se cierran con una derrota sino con muchas y sobre todo con la renuncia al estilo. No quiero decir con esto que el reino del Barcelona no sea de este mundo y que pueda perder todo lo que quiera mientras sus jugadores sigan amasando la bola. Simplemente digo que si pierden este año y ganan los dos siguientes, el ciclo sigue abierto. Hay que esperar y tener perspectiva. Si fuera por el periodismo deportivo de este país, no habría Historia, todo lo ven en dos dimensiones.

miércoles, octubre 20, 2010

Zapatero rectifica algunos de sus errores (y comete otros)


Puede que rectificar sea de sabios. Rectificar tarde, tardísimo, cuando toda la Oposición -esa que nunca hace propuestas- te lo lleva diciendo años y tú eres el presidente del Gobierno me parece un acto de escasa sapiencia. Pero con Zapatero creo que es a lo más que podemos aspirar. Alguna gente pensará que soy de izquierdas y otra gente pensará que soy de derechas y yo mismo me lo pregunto cada día, pero lo que sí tengo claro es que Zapatero es un inútil. No digo un mal tipo, no digo un demonio, no digo un peligroso rojo dedicado a dividir España: digo un inútil.

Su divisa en estos seis años ha sido precisamente rodearse de inútiles con alguna excepción. El nivel de mediocridad de estos gobiernos no tiene parangón en la historia de España, especialmente este último, que era una tragedia en medio de la peor crisis económica y social en décadas.

La remodelación, en general, me parece positiva. Elimina dos ministerios que no sirven para nada porque no tienen competencias: Vivienda e Igualdad. Es una petición histórica esta: todos estamos de acuerdo en que queremos una vivienda digna y la igualdad entre los ciudadanos (no solo entre hombres y mujeres, ojo, pero también), otra cosa es que tenga que haber una ministra diciéndonos cómo ser iguales cuando además ni siquiera tiene medios -gracias a Dios- de conseguirlo. Bibiana Aído ha sido un ejemplo de sectarismo constante, que no es precisamente lo mejor que se puede decir de alguien que dirige algo llamado "igualdad", sazonado con perlas como lo de las "miembras", lo de que nunca tendría un novio de derechas o la última bronca a Alfonso Guerra por llamar "señorita" a Trinidad Jiménez. Guerra flipaba con el asunto, claro.

Rubalcaba será el vicepresidente del Gobierno, algo que ya llevaba tiempo siendo. Es bueno que se oficialice la realidad. Hay quien decía que De la Vega llevaba tiempo siendo presidenta y no podía más. No me extraña. La concentración de cargos es peligrosa: ¿se puede ser un buen vicepresidente portavoz de todo un gobierno y a la vez ministro de Interior, sin duda el ministerio con más trabajo en el día a día? Bueno, pues esperemos que se pueda. A mí me gusta Rubalcaba. También me gusta Jáuregui, que entra en Presidencia, supongo que para echar una mano precisamente a Rubalcaba. Dos veteranos en La Moncloa, como si alguien se hubiera dado cuenta de que ya estaba bien de experimentos.

Rosa Aguilar entra en Medio Ambiente. Lo mejor de la noticia es que el ministerio no ha vuelto a cambiar de nombre y por lo tanto no hay que tirar todos los papeles oficiales y gastarse una pasta en hacer otra tanda con un nuevo membrete. Burocracia. Rosa Aguilar también me gusta, sabe gestionar. El cambio de Trinidad Jiménez por Miguel Ángel Moratinos tiene su miga: Zapatero hizo algo parecido con Miguel Sebastián, cuando perdió Madrid con los peores resultados de la historia socialista, el presidente le hizo ministro de su gobierno. Tiene un punto presuntuoso, pero Sebastián parece un tipo serio. También lo parece Trinidad Jiménez y desde luego no va a ser peor que Moratinos. Que Moratinos haya sido durante seis años ministro de Asuntos Exteriores de un país lo dice todo de ese país. Que fuera Enviado Especial para Oriente Medio en la Unión Europea otros dos o tres años lo dice todo de la Unión Europea. Como era de esperar, el papel de España a nivel internacional se ha limitado a desaparecer entre alguna que otra sonrisa de buen tipo que pasaba por ahí.

No sé nada de Valeriano Gómez, pero tampoco lo va a hacer peor que Celestino Corbacho, un tipo que a diferencia de Moratinos no solo ponía sonrisa de "yo pasaba por aquí" sino que lo gritaba a los cuatro vientos: "Yo no tengo la culpa, yo me he encontrado esto, a mí que me registren". Corbacho pasa del desastre laboral al desastre del PSC. Yo lo prefiero. He dejado para el final la inclusión de Leire Pajín, un ejemplo de zapaterismo: alguien demuestra ser muy fiel a las ideas y más radical incluso que el presidente a la hora de defenderlas y se le nombra secretaria de organización del partido. En ese puesto sigue demostrando su inutilidad manifiesta pero su fiereza en la defensa de lo indefendible y se la hace ministra. Así funciona y no voy a negar que funciona en todos los partidos, pero el que gobierna ahora es este.

Que gente como Pajín llegue a ministra... Y luego nos preguntamos por qué la crisis nos ha afectado más a nosotros que al resto de Europa. Lo de darle la cartera de Sanidad supongo que se debe simplemente a que era la que estaba libre, como suele pasar en este país.

martes, octubre 19, 2010

Nerea Camacho


Conocí a Nerea Camacho hace dos años en la fiesta de la productora de "Camino" en el Festival de San Sebastián. Ella tenía 12 años y mucho sueño. Estaba literalmente agotada, escuchando a Russian Red junto a un montón de compañeras de rodaje y sus padres, unos señores encantadores. De hecho, como es normal, aunque saludamos y felicitamos a la niña, en realidad, estuvimos hablando con los padres. Gente con cabeza y sentido común, me parecieron. Nerea estaba maravillosa en la película y se ganó un Goya de los de verdad no de los de "se lo damos a la niña que es tan mona". Nunca sabré por qué no estuvo nominada directamente a mejor actriz del año y punto. Esas cosas, en Estados Unidos, pasan.

Volví a verla incluso antes de que le dieran el premio: Festival de Almería 2008, gala de inauguración, Eduardo Chapero-Jackson subido a un enorme camión transportador de agua. La niña parecía Nerea pero ya no era tan niña. Habían pasado tres meses, pero tres meses a los 12 años puede ser mucho tiempo. Parecía alguien mayor y además yo no podía imaginar que ella era de Almería y que probablemente, si le gustaba el cine, llevara años yendo a ese mismo festival. No me acerqué a saludarla. Pensé que era imposible que ella ni sus padres se acordaran de mí. ¿Con cuánta gente pudieron hablar en esos dos días de promoción enloquecida en San Sebastián? Además, cuando uno pasa los 30 años, sabe que eso de acercarse sin más a niñas de 12 queda raro. La gente ha oído demasiadas veces la palabra "Lolita" y aunque no sepan quién es Humbert Humbert los bohemios barbudos dan cierto miedo.

En fin, Nerea no desapareció del mapa. Estuvo formándose. Recuerdo una entrevista maravillosa en la que se quejaba de que "le preguntaran cosas de mayores". Ella seguía teniendo 13 años, pero la gente se olvida de esas cosas muy fácilmente. La chica parecía abrumada pero a la vez con las cosas claras: "Estoy preparándome y diciendo que no a muchos proyectos".

Así hasta que esta mañana la he vuelto a ver en "Héroes", de Pau Freixa. Pronto hablaré de la película en otras dos revistas porque es de lo más bonito y emocionante que he visto en tiempo. Aquí reconozco que me pasé los últimos quince minutos intentando no echarme a llorar en medio del pase de prensa. Imagínense mi lugar como crítico: ¡llorando con una película en vez de descuartizándola cruelmente! ¡Qué hubiera pensado toda esa gente de mí! Por supuesto, esto lo obviaré por completo en las citadas dos revistas, pero eso no es a lo que iba, yo iba a Nerea Camacho. No aparece mucho en la película y cuando aparece lo hace con 13 años y una belleza arrebatadora. Hay mujeres de 25 años que pueden hacer de adolescentes de 15 y pre-adolescentes de 13 que toman el sol en bikini como chicas de 23. Pregúntenle a Nabokov.

Sigue comiéndose la cámara. Sigue estando a otro nivel. Esa niña es tan buena que será una de las grandes actrices de las próximas décadas y yo me podré pasar 20 años escribiendo una y otra vez el principio de este post: "Conocí a Nerea Camacho blablabla...". Me hace gracia que cuando habla sigue teniendo voz de niña de 13 años. Incluso eso la hace más creíble. No es que los demás niños estuvieran mal, todo lo contrario, no sé de qué mina de jóvenes actores han salido pero el oro abunda. Otra cosa es que resistan la comparación. Cuando Nerea Camacho comparte plano con ellos se los come. Nada personal, pura cuestión de naturaleza. Sin exageraciones, solo sonriendo, abriendo los ojos y sabiendo perfectamente lo que la cámara espera de ella.

Como si eso fuera tan fácil.

Como si no hubiera actrices de 40 años deseando aprenderlo de una vez.

lunes, octubre 18, 2010

Clases particulares de inglés

Yo lo he intentado casi todo: he jugado al fútbol, al baloncesto, al tenis... he estudiado mi carrera, he trabajado en muchos sitios, vendiendo burras y fabricando basura, he escrito novelas y relatos e incluso dirigí un corto. Todas esas cosas. Algunas las he hecho bien, seguro, casi es una cuestión de estadística. Sin embargo, solo me voy a casa pensando "qué bueno soy" después de dar clase. Sea de inglés o de relato, eso da un poco igual. Me apasiona dar clase. Y se me da bien. La pena es que en la Escuela Oficial de Idiomas sean capaces de rechazar a profesores con pasión, talento y un 7,8 en las oposiciones a cambio de otros que han hecho "méritos". Bien por ellos y por los sindicatos que negocian los acuerdos. Nada que agradecerles, por otro lado. Cuando vuelva intentaré que todo siga igual y me vaya de Tres Cantos o Torrejón o Ciudad Lineal o donde sea pensando exactamente lo mismo: "Qué bueno soy".

domingo, octubre 17, 2010

Arcadi Espada da clases de economía


Me ha hecho gracia leer esto en el blog de Arcadi Espada, muy indignado y socarrón él:

"(...) En una y otra pieza está reflejado perfectamente el origen de la crisis. Es decir, la irresponsabilidad individual. Ahora resultará que el tipo que te vende algo es el que deberá preocuparse de que puedas pagarlo. ¡Por tu bien!".

Arcadi Espada, como sabrán, era el máximo accionista de Factual y su director. Mandó personalmente hasta tres emails a miles de direcciones de correo conminando a sus lectores habituales y no tan habituales a que pagaran 50 euros por un año de Factual. Duró dos meses y nadie ha visto un duro por supuesto, desconozco por qué eso no es una estafa, aunque supongo que el tipo que nos vendió algo se preocupó en su momento de que podíamos pagarlo pero que no podíamos reclamarlo de vuelta.


No solo eso, tuvo a toda una redacción trabajando gratis la primera semana y sin cotizar los dos primeros meses. Esa misma redacción, incluyendo casos de profesionales que dejaron trabajos y mantenían familias, se fue a la calle a los dos meses cuando el agujero de Espada al frente del periódico se hizo tan inmenso que le invitaron a cambiar de línea editorial. Se negó, se fue y al resto les echaron, sin más. Los colaboradores no hemos cobrado todavía lo que se nos debe y por supuesto no vamos a cobrarlo nunca.


Factual fue muchas cosas pero sobre todo un ejemplo de irresponsabilidad y egoísmo absoluto. Un niño pequeño manejando aviones a reacción. Que el niño pequeño siga dando lecciones a los demás de economía resulta sonrojante como mínimo, probablemente la palabra sea otra.

sábado, octubre 16, 2010

Del Brasil del 70 a la España de 2010


Por razones de edad nunca vi jugar al Brasil de 1970, pero acepto su vitola de equipo perfecto por la calidad de sus jugadores -Pelé, Rivelino, Gerson, Jairzinho, Tostao, incluso Carlos Alberto o Marco Antonio-, la contundencia de sus victorias -4 a 1 frente a una gran Italia en la final-, su juego rápido y espectacular y la importancia de su legado: aquel equipo completaba una racha de tres Mundiales en doce años para Brasil y tras ellos llegaría el desierto: 24 años sin volver a levantar la Copa.

Pensaba mucho en el Brasil del 70 el otro día, mientras España le ganaba a Escocia cómo y cuándo quería. Pensaba en lo grande que era una España a la que le faltaban Torres, Xavi, Cesc y tenía a Villa un tanto desquiciado. Yo no he visto algo así en mi vida a nivel de selecciones nacionales y no es el pensamiento de un forofo: busquen un equipo en la historia reciente del fútbol que haya ganado la Eurocopa, después los diez partidos de clasificación para el Mundial, el Mundial y los tres primeros partidos de la siguiente ronda clasificatoria sin que se vea cerca el final de la racha.

Por supuesto hubo una Copa Confederaciones y un amistoso contra Argentina e incluso el despiste suizo y los tres goles absurdísimos que recibimos ante Lituania y la propia Escocia en apenas cuatro días. El asunto es que, fallándolo casi todo, les metimos seis y valió. Este artículo hubiera salido publicado igual si el martes España hubiera empatado a dos porque aquello fue una exhibición. Llegó la selección a Hampden Park, se impuso desde el minuto uno, hizo lo que quiso con el balón, dejó que sus bajitos -Silva, Iniesta, Cazorla, Villa...- enloquecieran el partido al ritmo de Xabi Alonso y Busquets y demostró que era un equipo a otro nivel.

Eso no quiere decir que vaya a ganar siempre, claro, pero la superioridad ahora mismo es abismal con casi todos los equipos del mundo.

Lo aterrador para los rivales es la juventud del equipo: Busquets, Piqué, Ramos, Iniesta, Cesc, Torres, Silva, Pedro... están en los 26 o muy por debajo. De entre los titulares, solo Capdevila, Puyol y Xavi superan los 30 años y ahí están Monreal, Albiol o Javi Martínez para tomar el relevo, por no hablar de los sub21 como Thiago, Canales, Mata, Oriol Romeu, De Gea, etc. Hay una generación con mucho que demostrar aún y otra preparada para ir dando el salto poco a poco. Nada apunta a que esto sea la Francia post-Zidane precisamente porque no hay un Zidane sino un coro de artistas intercambiables. Si la cosa va mal, sale Fernando Llorente y parece Van Basten.

Por supuesto, hay algo de orgullo patrio en esta reivindicación, porque seguro que el Brasil de Romario- Ronaldo (1994-2002) fue maravilloso o la Holanda de Cruyff  y Michels (1974-8) o la Alemania de Matthaeus (1982-1992) o incluso la Alemania de Müller y Beckenbauer, campeona de Europa en 1972 y del mundo en 1974. Esta selección está como mínimo a la altura de esas grandes de todos los tiempos con la diferencia de que sus jugadores aún tienen 25 años de media. "Es nuestro año, será nuestra era", decía Nike y puede que tuviera razón. España marca el minuto ahora mismo en el mundo de una manera abusiva, casi cruel. Eso no quiere decir que vaya a marcar el resultado.  Hay que recordar que ningún equipo ha ganado siempre, incluso la Hungría de Puskas acabó perdiendo aquel Mundial de 1954 cuando parecía imposible.

Pero era la Hungría de Puskas. Ahí quedó eso.

Y aquí queda nuestra cita con la leyenda. Disfrutémosla. Siempre habrá tiempo para un penalty mal tirado y la clásica multitud que se baja del autobús a tirar piedras. A veces, leyendo a algunos, parece que lo estén deseando. Que ni siquiera la perfección les resulta suficiente.

A mí me basta.

viernes, octubre 15, 2010

Redacción y estilo (entre otras cosas)


Ya sé que mucha gente piensa que uno no puede aprender a escribir y, por lo tanto, no se puede enseñar a escribir. Yo mismo lo pensaba hasta que me metí en la Escuela de Letras y me enseñaron tanto por activa como por pasiva, es decir, aprendí trucos y técnicas que quería usar y aprendí muchas cosas que no quería aprender y que no me servían para nada.

Con el tiempo, volví a olvidarlo. Lara me llamó a mis 30 años para participar en un taller literario -que viene a ser aprender con y de los demás- y mi orgullo dijo que no. Luego reculó, dijo que sí, y casi todo lo que sé ahora lo he sacado de allí.

Así que mi experiencia dice que a escribir se aprende. El talento, por supuesto, es lo que parte de cada uno. La originalidad, la ocurrencia, la profundidad... eso está en el alumno, pero un buen profesor ofrece el canal. Cuida las estructuras, prueba con otras fórmulas, cuenta la historia así, inventa. El profesor abre caminos para el talento, ese es su papel y eso es lo que intento hacer desde hace seis años en Portal del Escritor, especialmente en mi curso de Redacción y Estilo, que es algo así como un "abc" del escritor o periodista que de vez en cuando hay que recordar porque no crean que está tan claro. Desde luego, si un profesor pasara por este mismo blog, seguro que encontraba maneras mejores de expresar las cosas sin perder un punto de intensidad ni de autenticidad, al contrario.

Este 15 de octubre empezamos nueva convocatoria. Soy el profesor en los cursos de microrrelato, redacción y estilo y creación y mantenimiento de blogs literarios. Son cursos de tres quincenas con distintas tareas e interacción directa con compañeros y profesor vía online, es decir, que estés donde estés, te puedes apuntar. Los precios oscilan entre los 60 y los 90 euros, que para seis semanas resulta casi ridículo. Y sí, tenerme como profesor merece la pena. No soy invasivo, pero se aprende. Les dejo aquí los enlaces:

- Curso de redacción y estilo

- Curso de microrrelato

- Curso de creación y mantenimiento de blogs

jueves, octubre 14, 2010

Tú y tu vida perfecta

Tengo una gran novedad: estreno columna en Culturamas. Hace ya tiempo que venía publicando una reseña al mes, más o menos, pero ahora voy a poder contar mis locuras de modo más o menos semanal, según lo vea. He empezado con "You and your perfect life", nombre de una canción inventada que aparece en el próximo libro de Nick Hornby. Por un momento pensé en dejarlo así, en inglés; luego, me di cuenta de que mucho mejor respetar el castellano y se quedó en "Tú y tu vida perfecta". A continuación...


Uno se enamora con la ilusión de cambiar la vida de la otra persona. Incluso arruinarla si es preciso porque en eso consiste: un juego de éxitos o fracasos, pero un juego. Sin juego no hay paraíso. Vivo estos días sumergido en el disco “Juliet, Naked” de Tucker Crowe sólo que Tucker Crowe no existe -uno lee con la ilusión de creer que alguien que no existe le puede cambiar la vida a él-.Tucker Crowe es un personaje inventado por Nick Hornby, y autor de un disco inventado por Nick Hornby, del que sabemos que la primera canción es “And you were?” (“¿Y tú eras…?”) y la última, “You and your perfect life” (“Tú y tu vida perfecta”), títulos demoledores inventados, una vez más, por Hornby.

Sin escuchar una nota puedo imaginarme la ilusión del principio y el rencor del final. Vidas perfectas. A Tucker Crowe, Juliet le dejó por un ex marido millonario. Una cuestión de seguridades.

Que yo sepa, nadie se enamora para sentirse seguro. Hace otras mil cosas parecidas pero no enamorarse. En cualquier caso, yo no venía aquí a hablar de amor ni de la próxima novela de Nick Hornby sino de sentirse especial, tan especial que seas capaz de destrozar la vida perfecta de cualquiera, tan especial que te veas incluso legitimado a reprocharle que elija esa perfección y rechace tu caos. Yo venía a hablar de la escritura, creo.

Venía a hablar de ese momento en que te hinchas como un pavo y dices “soy escritor” por primera vez, muy convencido porque has leído a Henry Miller y él dice que es lo que hay que hacer y te lo crees -¿qué tienes, veinte años?, ¿y tú eras…?- y empiezas a recibir todo el rato la misma respuesta. “Ah, escritor… ¿Has leído a Kasulami?” Y no, tú no has leído a Kasulami y poco a poco te vas dando cuenta de que no has leído a casi nadie de los que te mencionan y que con una frase te han degradado de escritor a lector y de lector a nada. Vaporizado. Para ser escritor hay que estar muy acostumbrado a ese tipo de respuestas trampa, como cuando le decías a alguien: “Estudio en el Ramiro de Maeztu” e inmediatamente te preguntaban si conocías a un primo suyo que estudiaba dos años por delante de ti en un instituto de 2000 alumnos.

Te acostumbras a sortear lugares comunes. Si quieres.

El problema es cuando te vas dando cuenta de que ser escritor no tiene nada de especial en el fondo, al contrario. Para ser un escritor especial hay que fingirlo tanto que resulta impostado y ridículo. He llegado a odiar a los escritores “profesionales” y por supuesto tengo pánico a convertirme en uno de ellos. Probablemente, tarde o temprano, lo haga. Ellos y su vida perfecta. Hace poco hablaba con Matías Candeira, un aspirante a todo con un talento que da miedo, sobre la relación escritor-literatura. Sobre escribir y no ser escritores, que diría Marsé. “Es como la chica guapa de clase, la que de verdad te gusta. No te acercas, no vaya a ser que te rechace, porque de verdad te importa”.

Hay dos clases de escritores como hay dos clases de personas: los que se acercan a la chica guapa, coquetean incansablemente y se la llevan (o no) y los que miran temerosos desde fuera preguntándose si realmente esa recompensa merece forzar tantas inseguridades. Juliet, desnuda, puede que pierda; puede que al fin y al cabo Juliet y su vida perfecta tengan que ser para otro y que a nosotros nos valgan cien Juliets imaginarias tanto como si fueran reales. Quedarse mirando a veces es algo bonito. Tiene un punto estético. Es también iteratura, en definitiva. Si se fijan, al final, esta no es más que otra columna sobre relaciones de amor-odio.

miércoles, octubre 13, 2010

"Buried", para escépticos


Yo también me echo a temblar cuando hablan de una película destacando su bajo presupuesto, su innovación, la angustia que produce... me recuerda todo a "El proyecto de la bruja de Blair" y siempre pienso que sí, que estará muy bien hacer una peli con pocos medios, que en este caso conseguir rodar 92 minutos dentro de un ataúd tiene muchísimo mérito y que sin duda ese director en el futuro hará algo de provecho, pero de momento que no cuenten conmigo.

Así que fui  ver "Buried" obligado, casi. Es una larga historia.

¿Y qué puedo decir? Pues repetir los tópicos con el mismo entusiasmo con el que me llegaron a mí. "Buried" no es una película coñazo y pretenciosa. Al revés, es una película angustiosa pero a la vez de acción, una película con un montaje espectacular y un guión impresionante, la verdadera sorpresa de la temporada. Por cuestiones de trabajo, veo bastantes películas a lo largo de un solo mes -otra cosa es que me cunda, dirá alguno- y normalmente a la media hora ya veo por dónde va a ir la historia. Con "Buried" me olvidé de que había pasado media hora, cuando miré el reloj ya llevábamos una hora y pico de película y no podía parar de comentar a la chica que se sentaba al lado: "Esta peli es buena, esta peli es muy buena".

No sé en qué momento a Rodrigo Cortés se le ocurrió mezclar una realización claustrofóbica con la historia de la guerra de Irak y la producción de Miki Nadal, pero fue un momento feliz. Ni siquiera se mete en política, y si se mete es con el suficiente cinismo como para no molestar a nadie. Por supuesto, hay algunas escenas destinadas más a "ganar tiempo" que a otra cosa y puede que no todos los actos del protagonista sean los lógicos vistos desde la butaca del cine, pero él está en un ataúd dos metros bajo tierra en algún lugar perdido de Irak mientras los secuestradores le gritan y le insultan por el móvil y el oxígeno se acaba.

Efectivamente, uno sale del cine queriendo respirar hondo pero no sólo. Detrás de la claustrofobia, hay talento. Si usted también es de los escépticos, quítese la espina y dele una oportunidad. Desde luego, no va a aburrirse.

martes, octubre 12, 2010

La muerte de Manuel Alexandre



Cuando echábamos cuentas el que nos quedaba era Manuel Alexandre. Él y Saza, desaparecido de la pantalla demasiados años ya. En poco más de tres años murieron Ozores, López Vázquez, Agustín González, Fernán Gómez... pero él resistía a sus 92. ¡Qué digo "resistía"! Hace un par de años protagonizaba un bio-pic sobre los últimos días de Franco y estaba maravilloso, como siempre. Este mismo verano se estrenó "Campamento Flipy" y él tenía un pequeño papel. Murió con las botas puestas, que diría el tópico, porque toda muerte a estas alturas es un tópico, claro.

A mí me gustaría que esta necrológica fuera más allá del "yo", eso sería lo ideal. Que diera la idea no de por qué era importante para mí sino del hueco que deja, intentar imaginar qué hubiera sido del cine español sin él, cuántas películas hubieran dejado de hacerse. Aleixandre es un hombre puente entre varias generaciones: apareció en "Bienvenido, Mr. Marshall" allá por 1953. No es que fuera un crío, precisamente: ya contaba con 36 años, pero fue una especie de punto de partida después de años en el teatro. Por supuesto, sería imposible contar TODAS las películas en las que Aleixandre salió aunque fuera en una escena puntual, pero sí es posible dar una serie de nombres bastante ilustrativa: fue el ciclista al que atropella Alberto Closas en "Muerte de un ciclista", uno de los "Cómicos" de Juan Antonio Bardem, colaborando también en la mítica "Calle mayor"; repitió con Berlanga en "Calabuch", "Los jueves, milagro"o "Plácido" y alcanzó algo parecido a la fama con "Atraco a las tres", de José María Forqué.

Para que se hagan una idea, su papel en "El hombre que mató a Billy el Niño" aparece en IMDB resumido como "Viejo". Hacía ya de viejo en 1967 y se acomodó en el papel de compañero de juergas madurito de la siguiente generación: los Landa, Sacristán, Menéndez... en los 70, aparte de acompañar a Paco Martínez Soria en varias de sus paletadas de éxito, estilo "Don erre que erre". Mientras sus compañeros se redimían con proyectos más "serios", él seguía en su papel de abuelito con marcha y películas con títulos como "La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona". No fueron tiempos especialmente gloriosos, los 70 para Alexandre.

Otra cosa serían los 80. A Aleixandre lo rescataron José Luis Cuerda ("Amanece que no es poco", "Total", "El bosque animado") y... Parchís. Perdonen que me ponga generacional pero Don Matías es un icono de los treintañeros (y cuarentones) de este país. "La guerra de los niños" (1980) le puso otra vez en órbita y se consolidó como el hilo conductor del landismo al humor progre. Por entonces, ya todos sus papeles eran de señor mayor con un punto cínico, pero es que era un señor mayor de casi 70 años. Berlanga volvió a contar con él en "Todos a la cárcel" (1993),  para entonces ya había medio protagonizado "¡Biba la banda!", "El año de las luces", de Fernando Trueba y "Extramuros", el polémico filme de Miguel Picazo, del que ahora prácticamente nadie se acuerda.

Pasó sus últimos años mezclando televisión y cine. "Los ladrones van a la oficina", por supuesto, una especie de "Atraco a las 3" pero en largo, un pelín cutre y con Mabel Lozano. Fue el abuelo de todas las series: "Hospital central", "Señor alcalde", "7 vidas", "Raquel busca su sitio"... En 2000, retomó su relación con Berlanga en "París, Tumbuctú" y vivió a partir de 2005 un último "revival" como protagonista, ya acercándose a los 90 con dos películas sobre el crepúsculo (el de verdad, no el otro): "Elsa y Fred" y, junto a Antonio Mercero, "¿Y tú quién eres?"

En fin, espero que tengan claro ahora que el hueco sería un socavón. Más de 50 años en primer plano. O en segundo, como prefieran. Es imposible que haya nadie con un mínimo de cultura cinéfila o incluso televisiva entre los, digamos, 20 y 90 años, que no conozca a Alexandre. Alguien que hace de abuelo durante cuatro décadas a la fuerza es alguien que cae bien. Le dieron su homenaje y su Goya: da la sensación demasiadas veces de que esas cosas no bastan, como si no fuera lo mismo que Quim Gutiérrez tenga un Goya y Manuel Alexandre otro y además honorífico, y perdón por la comparación y la demagogia.

Por cierto, Saza sigue sin nada. Y sé perfectamente que en el recuento de supervivientes me dejo a Berlanga, pero me da un "no-sé-qué" nombrarlo, como si dejarlo así, sin tocarlo, fuera lo mejor para todos. No vaya a ser.

lunes, octubre 11, 2010

Amador

Fernando León de Aranoa tiene una trayectoria detrás con la que se ha ganado el debate. Esta es mi reseña para Notodo.com de su última película, "Amador":


Fernando León de Aranoa nos enseñó en Familia que las convenciones sociales son poco más que una farsa; en Barrio, las miserias de la clase media-baja y sus nulas expectativas de futuro. Los lunes al sol mostraba la miseria del parado y su desdén ante el resto de una sociedad que le miraba con desprecio y superioridad. Princesas nos retrataba el mundo de las prostitutas y su incapacidad para huir del círculo vicioso... ahora tenemos Amador, donde aparte de la inmigración, se nos habla del derecho a decidir de la mujer y de la posibilidad de que dentro de cada cementerio siga habiendo flores -aun muertas- con su olor dulce y sereno, sea natural o de bote.

Dicho todo esto, es obvio que estamos ante el rey del cine social: un rey con talento para contar sus historias y conmover al público. Se aprecia, eso sí, una progresiva pérdida del sentido del humor, como si la tristeza hubiera empañado por completo su mirada: todo con un punto agrio, resignado, defensivo. Siempre los demás tienen la culpa de algo, en esta película, incluso Dios debería estar avergonzado. No sabríamos definir esta mirada como negativa o positiva, es decir, no nos gustaría quedarnos sin más en lo negativo. León de Aranoa deja en Amador (como en sus demás obras) diálogos potentes, una realización impecable y, sobre todo, la posibilidad de ver de cerca el drama ajeno por mucho que nos moleste. Es un cine que pretende abrir los ojos y a veces lo consigue y a veces, no. En cualquier caso, es probable que alguien tenga que hacerlo. La comparación con Ken Loach resulta inevitable.

Amador parte de un principio bastante potente -la relación entre una inmigrante embarazada y el anciano moribundo al que está cuidando para poder mantener a su futuro hijo-, un discurso más resignado que revolucionario y una esperanza final, que obviamente no te vamos a contar. Ahí entra lo positivo: queremos pensar los chicos de Barrio crecerán -al menos dos- y a lo mejor acabarán en el Caribe de vacaciones, las putas puede que lleguen a ser princesas e incluso Bardem puede que deje de refunfuñar algún día y encuentre un trabajo o incluso un concurso de televisión a su altura. En este caso, destaca la ternura absoluta con la que el director trata a su protagonista, Marcela, interpretada de manera terriblemente honesta pero algo irregular por Magaly Solier, y a casi todo su entorno. Incluso a la familia de clase media-alta que abandona a su padre para vigilar las obras de su segunda residencia. Sí, estamos siendo irónicos.

Amador va a ser una película de debates, de filias y fobias, te recomendamos que no te la pierdas para saber de qué lado situarte. A lo mejor, te encanta; a lo mejor, no te gusta nada. El cine social es lo que tiene, pero merece la pena arriesgar.

domingo, octubre 10, 2010

Ay, qué calor



Veíamos porno codificado. Todos lo veíamos. Entornando los ojos o no, masturbándonos o no. Los recuerdos de mi primera película porno en Canal Plus ya en abierto son recuerdos de madrugada prohibida y baño recién pintado. Estábamos de obras en casa, yo dormía en el cuarto de la televisión. Las cadenas privadas nos habían golpeado directamente en el corazón: tetas y fútbol. Imaginábamos posturas -en los recreos se oían auténticas barbaridades sobre la anatomía femenina y el concepto de "vagina"- e imaginábamos goles en Atocha y Las Gaunas. Retiren la llave, decían, como si la realidad no existiera.

Recuerdo "Ay, qué calor" como uno de los primeros escándalos. Ahora sería un programa inocente, tan inocente que nadie lo vería. Ahora, cualquiera Lapiedra enseña las tetas en prime-time y anuncia su puticlub sin problemas pero en 1991 no era tan fácil. Hasta donde yo me acuerdo, "Ay, qué calor" era un concurso que copiaba la estética italiana: un presentador feo y una co-presentadora modelo, en este caso, Luis Cantero y la jovencísima Eva Pedraza. En medio, supongo que alguien quería ganar algo acertando preguntas o haciendo el ganso y unas muchachas probablemente también italianas cantaban "chin-chin, chin-chin, ven a jugar conmigo; chin-chin, chin-chin, seremos muy amigos", se abrían el corsé o lo que fuera y enseñaban su buen par de tetas latinas.

El sueño de Bigas Luna.

En fin, piensen en ello: teníamos 13 años y esas chicas nos decían esas cosas a nosotros los pajeros de noche. ¿Cómo no pensar que de mayores todo sería así? Te harías muy amigo de chicas semidesnudas dispuestas a enseñarte las tetas de la manera más gratuita del mundo y sin codificaciones de por medio. Aquello era una receta para la frustración post-adolescente, por supuesto, esos pechos jamás llegaron.

Uno se acuerda de la televisión de los 80 y le parece un paraíso de la cultura y el entrenimiento intelectual porque existió la televisión de los 90. Sin la televisión de los 90 como elemento de comparación todo ese rollo "qué-buena-era-la-bola-de-cristal-y-cuánto-aprendían-los-niños" quedaría en nada. De hecho, visto en perspectiva, la televisión de antes de las Mamaciccio, las chicas Chin-chin, José Luis Moreno, los focos derruidos y los trajes rancios de Antena 3 TV y las rayas prometedoras de Canal Plus, sería irreconocible para cualquier chaval que ahora tenga 15-20 años.

Como para nosotros los seriales radiofónicos. Un enorme anacronismo. Incluso esa actitud tan cordial de los pibones primonoventeros les resultará sospechosa. Ahora las modelos son estatuas desafiantes e inalcanzables. Everything is broken. Everyone is broken. Why can´t you forget?

Sondeos electorales Madrid, Valencia y Andalucía


Pensé que sería un buen fin de semana para hacer sondeos cara a las próximas elecciones municipales, más que nada para ver si las declaraciones algo desesperadas de Barreda pidiendo un cambio de rumbo para salvar los resultados electorales de 2011 estaban justificados o no. Sin embargo, no he encontrado nada de Castilla La Mancha, lo más "nuevo" que he visto es un sondeo de Sigma Dos de septiembre que daba al PP 27 escaños por 22 del PSOE y por tanto a Cospedal como presidenta.

No sé cuánta credibilidad tiene el sondeo que esgrime el PP andaluz. Supongo que ninguna, quiero decir, no niego que ese sondeo exista, pero igual hay otros diez iguales y este es el único con unos resultados tan improbables como que el PP gane en Andalucía... ¡con mayoría absoluta! En cualquier caso, dejo aquí los datos: PP 56-57, PSOE 45-46, IU 7.

Más credibilidad tienen los sondeos que este fin de semana publican El País y El Mundo sobre Valencia y Madrid respectivamente:

Valencia: PP 60, PSOE 33, IU 6. Estos resultados a mí me parecen casi dramáticos: con toda la trama de corrupción de Castellón a Alicante que involucra al propio presidente y los valencianos siguen votándolo. También dice todo del estado actual del PSOE que no sea capaz de recortar ni un diputado e incluso pierda cinco con respecto a 2007. Un auténtico desastre, vaya.


Madrid: PP 77, PSOE 41-42, IU 10-11. Me llama muchísimo la atención que ni siquiera en Madrid se considere a UPyD como una opción, puesto que se queda en el 4%. Me cuesta mucho creerlo. Puede que la efervescencia de 2008, cuando Rosa Díez ganó un escaño en las elecciones generales, haya pasado, pero a mí me sigue pareciendo una alternativa razonable tanto para determinados votantes del PP hartos de la corrupción de su partido como votantes del PSOE hartos de la inutilidad manifiesta de sus dirigentes. Si en este momento de este país, único en la historia reciente en términos de mediocridad, no hay espacio para terceras o cuartas opciones, ni siquiera se contempla el riesgo, será que el propio país está lleno de cobardes mediocres.

Que siempre es una opción, claro.

sábado, octubre 09, 2010

Wall Street- El dinero nunca duerme

Reseña de la película de Oliver Stone para la revista Notodo.com:


Oliver Stone define la locura como el acto humano de repetir una y otra vez una misma cosa y esperar resultados distintos. Wall Street es un mundo de locos, pero eso no es lo peor. Lo peor es que los demás contemplen su locura e incluso se la financien con sus ahorros o el dinero público. Esta segunda parte de la película de 1987 parecía obligada en los tiempos que corren: entonces teníamos a Gordon Gekko -Michael Douglas- bañándose en venganza, poder, información privilegiada, ausencia total de responsabilidad moral. ¿

Qué tenemos 20 años después? Los mismos perros con distintos collares. Gekko ha estado en la cárcel ocho años por sus excesos, es decir, ha pagado el pato, pero las cosas en Manhattan siguen igual: patas arriba. Es curioso que un simpatizante de Chávez como Oliver Stone y un liberal de pro como el reciente Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa coincidan en culpar a la ruindad moral derivada de la codicia como principal responsable de la actual crisis económica, que dejó al capitalismo al borde del abismo a finales de 2008. La película gana muchos puntos cuando se ve en clave documental, un complemento perfecto al fantástico Capitalismo, de Michael Moore. Por supuesto, hay carga ideológica, pero no hay sermón, simplemente hay trasuntos de los Lehmann Brothers, Madoff, Goldman Sachs... paseando por la pantalla con el collar cambiado. El poder de Wall Street se aprecia desde el maravilloso primer plano secuencia de rascacielos -esa facilidad de Stone para la grandilocuencia que nos deja lo peor y en este caso lo mejor- pero también su volubilidad, su falta de consistencia, un gigante con pies de barro.

En ocasiones, puedes perderte en la jerga económica pero todo está demasiado cercano como para que no lo recuerdes: crack bursátil, inyección estatal a las entidades financieras, suicidios, encarcelamientos, hipotecas sub-prime y préstamos a fondo perdido... Codicia. Michael Douglas vuelve a estar sensacional en su papel de tiburón venido a menos que quiere volver a más cuanto antes y la elección de Shia LaBeouf como aprendiz deja dudas: por un lado su cara de buen chico y su inocencia constante le vienen que ni pintados a un personaje algo sabidillo y, en ocasiones, pánfilo; pero le descartan casi desde el principio como amenaza. Dan ganas de decirle desde el primer momento que se quede en casa, intente hacer feliz a la dulcísima Carey Mulligan y se deje de historias y complicaciones de millones de dólares.

De hecho, la historia se sostiene con algunos problemas. No importa porque el valor de la película está en su ligazón estrecha con la realidad. Con algunas florituras, eso fue lo que pasó durante la segunda mitad de 2008 en el país más poderoso del mundo. Esa gente sigue ahí, además, y puede que, como el propio Gekko anuncia con tono profético, la siguiente burbuja sea la última. Los personajes, excepto el Viejo Tiburón y un excelente Josh Brolin, se difuminan en ocasiones. Frank Langella desaparece demasiado pronto y Susan Sarandon no deja de ser un secundario de lujo.

Da igual, la codicia se respira por todas partes lo mismo. La codicia es lo que hace que el gato engorde y se coma a los ratoncillos. Que el pez grande se coma al chico. Eso, según Oliver Stone -y Gordon Gekko- es el capitalismo. Pensar que puede cambiar con las mismas prácticas es, ya lo hemos dicho, una cosa de locos. Último apunte: la banda sonora es de David Byrne y Brian Eno. Otro motivo para ir a ver la película si tenías dudas.

viernes, octubre 08, 2010

La luz es más antigua que el amor

Aqui les dejo mi reseña para Culturamas del nuevo libro de Ricardo Menéndez Salmón, "La luz es más antigua que el amor". Además, en la página original, encontrarán una entrevista con el autor.

Exorcizar el mal, un tema recurrente en la literatura universal y muy especialmente en la literatura post-Auschwitz. Exorcizar la realidad, de paso. Transformarla en algo nuevo, radicalmente distinto, mediante la pintura o la escritura o el montaje. Si no es posible, como hace Menéndez Salmón, simplemente retratar mal y realidad tal como se perciben, sin edulcorantes, Lisboa temblando en tiempos de filosofía.

Hay en “La luz es más antigua que el amor”, igual que en anteriores obras del autor, una batalla constante contra Leibniz y el principio de razón suficiente, aquel que dice que “nada ocurre sin razón” y que, por consiguiente, vivimos en el mejor de los mundos (lógicamente) posibles. Los personajes de Menéndez Salmón desde luego no lo sienten así. Su relación con el mal –la Inquisición, la peste, el cáncer, la angustia vital, el estalinismo…- es compleja: por un lado, una especie de resignación en el día a día. Acepto el mal como parte de lo que me ha tocado y siguiendo a Nietzsche afirmo: “¿Era esto la vida? Bien, otra vez”. Por otro, una batalla interna que arrasa con todo. La batalla del inconformismo, de inventar salidas, cualquier salida para mitigar el dolor.

La estética, en definitiva.

“La luz es más antigua que el amor” es un tratado de estética como escondite. El creador, el artista como alma solitaria que ilumina el mundo. Su mundo. Digo estética y no ética porque en ninguna parte del libro se advierte que ese nuevo mundo sea algo más que un alivio necesario. La palabra “salvación” no aparece por ningún lado y la verdad es que se agradece porque de mejoradores del mundo ya estamos un poco hartos. Simplemente, es una necesidad, un recurso frente a la desesperación.

El autor nos cuenta cuatro historias distintas pero relacionadas: tres pintores y un escritor. De los tres pintores sabemos que dos son inventados. El escritor se insinúa como real, aunque al lector eso deba resultarle intrascendente. Los cuatro topan con el mal absoluto en algún momento de su vida y lo toleran hasta que estallan, hasta que optan por el suicidio –la influencia de Thomas Bernhard sobre Menéndez Salmón es tal que ni él mismo se preocupa en ocultarla- o la condena en vida. Catarsis.

No es un libro alegre, desde luego, ya se habrán dado cuenta. Sí es tremendamente honesto y su estilo, ligeramente recargado en ocasiones, se hace llevadero precisamente por su falta de impostura y pretenciosidad. Si algo molesta, y hay que decirlo, es el narrador. A veces, se pierde en disquisiciones que ya quedan muy claras en la propia narración y las acciones de los personajes. Del mismo modo, determinadas referencias metaliterarias, incluyendo la que da nombre a la novela, se podrían obviar perfectamente.
Esos momentos en los que te das cuenta de que hay alguien moviendo los hilos y durante un rato chasqueas la lengua, molesto.  Luego te olvidas y sigues, gustoso, a lo tuyo.

jueves, octubre 07, 2010

Más sobre el caso Contador


La última gran noticia sobre el caso Alberto Contador fue este artículo del NY Times. Lo más relevante de la noticia era el medio que la daba, eso le encantaría a McLuhan pero resulta un poco desolador para el periodista español: si lo leen con atención, es una sucesión de varios "quelqu´un m´a dit" que vienen pululando la prensa alemana, francesa e italiana y que en cualquier caso estaban frente a los ojos de los muchos expertos españoles que de repente pusieron el grito en el cielo al vincular los términos "NY Times" y "dopaje".

No hay ni un solo dato nuevo en el artículo, más allá de la sospecha. Contador habría dado positivo en un test un poco embrionario que no reconoce nadie y que puede apuntar a una autotransfusión, según alguien que se lo ha contado al periodista. Muy bien. La posibilidad de la autotransfusión está ahí desde antes de la Operación Puerto, con los positivos de Landis y Hamilton en sus tiempos del Phonak. Dentro de esa misma operación policial ya se descubrió una bolsa de sangre para autotransfusión con las siglas "A.C." Yo no me creo que la sospecha de dopaje no parta de ahí y luego se encuentre con una rumorología ad hoc.

Me extraña del caso Contador que se haya convertido en una cuestión de fe. "Creo en Contador", leo a menudo. Siento como si me pidieran que sepa cosas que no puedo saber: es imposible que yo sepa si Contador se ha dopado con clembuterol o no, si se ha hecho una autotransfusión o no, y en el colmo, si esa autotransfusión la ha hecho con sangre manchada de clembuterol, que sería el colmo de la inutilidad, por cierto, y el detalle ha sido pasado por alto. Yo no sé nada de eso. Incluso puedo dudar que, en los tiempos que vivimos, el propio corredor lo sepa. Me cae bien, me emocionan sus triunfos, parece desolado y enrabietado por todo lo que está pasando... ¿Se ha dopado? Venga, ustedes han visto como yo a decenas de deportistas llorando en ruedas de prensa para después colaborar con la justicia deportiva para ver si les reducían la sanción. Pídanme prudencia, pero ¿fe? Hombre, hombre...

También pasó desapercibida dentro del artículo una afirmación demoledora. Supongo que pasó desapercibida precisamente porque era lo único sólido y no entraba en conjeturas. Me refiero a las palabras de Bernhard Kohl, ex corredor austriaco. Kohl fue un "one-hit wonder", corrió un maravilloso Tour 2008, ganó la Montaña, una etapa si no recuerdo mal y quedó tercero en la general. Luego le pillaron en el anti-dopaje y le quitaron todo eso. En el artículo, textualmente, dice esto: "I was tested 200 times during my career, and 100 times I had drugs in my body, I was caught, but 99 other times, I wasn’t. Riders think they can get away with doping because most of the time they do".

Efectivamente, todo indica a que el ciclista ha interiorizado la impunidad incluso viendo las barbas del vecino mojar, que también es de traca. Si alguien que va a pasar un control sí o sí decide doparse -y no hablo de Contador sino de, pongamos, Mosquera- es porque está convencido de que no va a dar positivo, es decir, porque ya ha pasado 99 veces antes ese mismo control y nunca ha dado positivo incluso en circunstancias peores. Para mí, el debate más allá de Contador es ese, las palabras de Kohl.

Y no estaría mal que alguien re-editara "Tour de Vices", de Bruno Roussell, director deportivo del Festina durante el affaire del Tour 1998. Impresionante la vinculación de masajistas, médicos y corredores españoles en tramas de dopaje. El NY Times no publicó nada. En España se decidió ni traducirlo.

El Nobel para Vargas Llosa


Empecé por el principio y me leí "Los cachorros", aquel relato largo-novela breve que hoy en día cualquier editor hubiera alargado hasta convertirlo en un libro de 20 euros, y probablemente mañana alguno lo hará. Lo leí de una sentada, que se suele decir, fascinado por gracias, desgracias, excesos y desórdenes juveniles. Inmediatamente, intenté plagiarle el estilo, pero eso no es tan fácil. Supongo que algo queda del entusiasmo cabal de "Los cachorros" en mi literatura y en la de muchos. Hace nada escribía una reseña sobre Andrés Barba en la que creía reconocer los trazos de Vargas Llosa en el camino.

Llegaron después "La ciudad y los perros" -uno de los mejores libros que he leído en mi vida- y "La tía Julia y el escribidor". Luego descubrí que tenía una prima llamada Julia y el título me hizo muchísima gracia. También intenté copiarle y escribir sobre "los 50 años, la flor de la edad" pero probablemente rejuveneciendo esa flor hasta los 20 o 25, no sé cuántos años tendría entonces. Por cierto, siempre me pareció que había que tener un punto importante de vanidad pero también un par de huevos toreros para publicar "La tía Julia y el escribidor", aquella historia de semi-incesto, y llamar al protagonista Varguitas por si alguien se perdía.

Exploré los entresijos de "La casa verde" gracias al libro y a su "making-of", algo así como "La intrahistoria de una novela", no recuerdo el nombre exacto. A Vargas Llosa le gusta tanto la literatura que es un apasionado de los trucos, como un mago insistente: su ensayo "La verdad de las mentiras" me tomó un tiempo porque fue elegido en una época algo azarosa para mí, entre varias ciudades, ahí dejaba claro que Flaubert y "Madame Bovary" eran su referente. Me extrañó, yo, recio castellano, siempre fui de Clarín y La Regenta. Espero salir pronto del error si es que hay tal.

Coincidimos en San Sebastián en 2004, él era el director de un jurado con Laura Morante. Lucía traje blanco y sonrisa dental. Intenté escribir una historia sobre un conocido escritor que se liaba con una famosa actriz en un hotel de lujo durante un festival de cine. Él estaba en el ocaso de su vida y lo sabía. Ella también lo sabía y no se iba a preocupar en desmentirlo. En medio de todo aquello había un chico que hostigaba al escritor. Quería una entrevista. En sus pesadillas, Vargas Llosa -llamemos a las cosas por su nombre- imaginaba al joven periodista matándole, no de manera metafórica sino completamente real. Se lo imaginaba un loco fanático dispuesto a acabar con él, pero cuando descubría lo contrario ya era demasiado tarde: el corazón había dicho basta.

Suena un poco Flaubert, ahora que lo leo.

El caso es que en alguno de los múltiples pases oficiales de San Sebastián me acerqué a Don Mario -así le llamé yo, Don Mario- y, andando por el puente que une el Kursaal con el María Cristina, le expliqué que yo también quería ser escritor, que me gustaban tanto sus libros, que le seguía más que la propia Sofía Mazagatos y que, caramba, quería un autógrafo... para mi madre. Entiéndanme, tenía 27 años, era un completo idiota. ¿Cómo reconocer que el autógrafo lo quería para mí, proyecto de escritor frustrado? No, demasiada vanidad para ello. "Es para mi madre, ella fue la que me recomendó que le leyera". Aquello era verdad y Llosa volvió a sonreir y se paró por fin en aquel paseo: "Las madres siempre son mejores lectoras", me dijo. Yo me había reducido de escritor a lector y él se encargaba entonces de reducirme de lector a nada.

Firmó el autógrafo, rechazó gentilmente una propuesta de entrevista, siguió sonriendo y desapareció, blanco entre una especie de calima. Algo en él me recordaba al protagonista de "Muerte en Venecia", el libro y la película.

En fin, el autógrafo seguirá por ahí. Mi madre y yo discutíamos antes de comer sobre quién lo tenía. Ninguno de los dos lo recuerda. Vaya mitómanos de mierda. Lo que no quería bajo ningún concepto es que me pasara como con Benedetti, al que nunca me atreví a hablar pese a admirarle hasta las trancas y vivir en la misma calle que yo. No porque pensara que Don Mario fuese a morir, sino porque pensaba algo parecido a esto: que se acabaría convirtiendo en alguien aún más famoso, tan famoso que un autógrafo suyo, una conversación apresurada sobre un puente quedaría reservado al terreno de la ficción, junto a la actriz italiana madura pero atractiva y algún otro periodista que invoque el miedo a la juventud.

miércoles, octubre 06, 2010

La chica caramelo



Yo ya sabía que mi obsesión por la belleza era compartida: cuerpos que explotan en orgasmos de piñata y chicas dulces que se sumergen en sus bañeras pidiendo que nada cambie, que siempre sean perfectas, que todos los chicos sigan soñando con su cuerpo. Patricio y yo hablamos de chicas caramelo: la mía, rubia, fotógrafa, groupie y catalana. La suya, de chocolate. Inaccesible, juguetona.

Las canciones de Patricio parece que dicen las mismas cosas que las demás pero las dicen de otra manera y aquí el modo lo cambia todo, porque siempre hemos pensado en nosotros cuando escribíamos sobre ellas y pocas veces nos hemos acordado de que ellas -ay- también existen. Patricio, he ahí un hombre que sabe manejar los miedos.

Laura y Álex optaron por el resentimiento. Ella recita poesías a quien no se las merece y él le dedica canciones a niños estúpidos. Niños caramelos. Chicos alegres. Y ahora te crecerás porque eres fuerte y me abandonarás aquí a mi suerte... y te equivocarás como haces siempre, niño estúpido. Esta vez, Patricio compartió micrófono con Laura y yo compartí teclado con Alejandro. Me sentí más seguro. Ya se sabe, cuanta más distancia, menos angustia. With the lights out it´s less dangerous. Durante una hora y cuarto sonaron "Me gustas", "La chica caramelo", "El adulterio", "Orgasmos modernos", "Niño estúpido", "Y no lo eras" más otras dos canciones cuyo título no recuerdo, seis poemas de Laura, otros siete hiperbreves míos y los dos primeros capítulos de "La estética del francotirador" (la gente reía, sentada en el suelo, apurando los pocos espacios libres en la abarrotada planta de abajo del Costello).

Por un lado, me sigue pareciendo increíble que esto haya triunfado saliendo de la nada y promocionándose en Facebook y poco más. Tirando de boca a boca. Por el otro, me parece lo más lógico: si leo lo que he escrito sobre el nivel del primer Fuera de Contexto, el segundo, el tercero y este cuarto, es de lo más lógico. Nadie, insisto, está ofreciendo algo así. Desde luego, no gratis. El entusiasmo ni se compra ni se vende.

Otra cosa son los whiskys, ahí no podemos ayudarles.

El 2 de noviembre, siguiente parada.

martes, octubre 05, 2010

Patricio y Alex Martínez en Fuera de Contexto

Esta noche, a las 10, cuarta entrega del Fuera de Contexto, el ciclo de recitales que organizamos Laura López y yo y que cuenta con dos músicos invitados que van variando cada mes. Cosas a saber:

- El nombre: "Fuera de contexto" implica que hemos sacado a cada artista de su "entorno natural": hemos puesto a los músicos en un recital de poesía y relato pero a la vez hemos puesto a los escritores en una sala de conciertos...

- Los escritores: Somos Laura y yo. La idea es ampliar en el futuro, pero ahora mismo, con el tiempo que tenemos es imposible. Y hacerlo más largo nos da la sensación de que lo haría más pesado. Como sorpresa, esta noche tengo pensado leer los dos primeros capítulos de mi novela.

- Los músicos: han pasado Pablo Ager, Álvaro Vázquez, Alfon, Emite Poqito, Mäbu y Jorge Marazu. Esta noche tendremos a Patricio y Álex Martínez. El nivel es impresionante y créanme que yo sé algo de conciertos y noche en vivo madrileña.

- El local: la sala Costello, un clásico. Lo hacemos gratis en la planta de abajo. Sí, gratis. ¿Tan bueno y gratis? Sí. Pero, ¿cómo puede ser tan bueno si es gratis? Porque somos tontos y nos gusta hacer las cosas sin presiones. ¿Dónde está el truco? Lo dicho, para poder disfrutar de Patricio, Álex y Laura hay que aguantarme a mí, no todo el mundo está dispuesto a pasar por eso.

Espero haber convencido a alguien. A las 10 en punto -en punto es en punto- en el Costello, calle Caballero de Gracia, 10, planta de abajo. Ahí nos vemos!