sábado, octubre 16, 2010

Del Brasil del 70 a la España de 2010


Por razones de edad nunca vi jugar al Brasil de 1970, pero acepto su vitola de equipo perfecto por la calidad de sus jugadores -Pelé, Rivelino, Gerson, Jairzinho, Tostao, incluso Carlos Alberto o Marco Antonio-, la contundencia de sus victorias -4 a 1 frente a una gran Italia en la final-, su juego rápido y espectacular y la importancia de su legado: aquel equipo completaba una racha de tres Mundiales en doce años para Brasil y tras ellos llegaría el desierto: 24 años sin volver a levantar la Copa.

Pensaba mucho en el Brasil del 70 el otro día, mientras España le ganaba a Escocia cómo y cuándo quería. Pensaba en lo grande que era una España a la que le faltaban Torres, Xavi, Cesc y tenía a Villa un tanto desquiciado. Yo no he visto algo así en mi vida a nivel de selecciones nacionales y no es el pensamiento de un forofo: busquen un equipo en la historia reciente del fútbol que haya ganado la Eurocopa, después los diez partidos de clasificación para el Mundial, el Mundial y los tres primeros partidos de la siguiente ronda clasificatoria sin que se vea cerca el final de la racha.

Por supuesto hubo una Copa Confederaciones y un amistoso contra Argentina e incluso el despiste suizo y los tres goles absurdísimos que recibimos ante Lituania y la propia Escocia en apenas cuatro días. El asunto es que, fallándolo casi todo, les metimos seis y valió. Este artículo hubiera salido publicado igual si el martes España hubiera empatado a dos porque aquello fue una exhibición. Llegó la selección a Hampden Park, se impuso desde el minuto uno, hizo lo que quiso con el balón, dejó que sus bajitos -Silva, Iniesta, Cazorla, Villa...- enloquecieran el partido al ritmo de Xabi Alonso y Busquets y demostró que era un equipo a otro nivel.

Eso no quiere decir que vaya a ganar siempre, claro, pero la superioridad ahora mismo es abismal con casi todos los equipos del mundo.

Lo aterrador para los rivales es la juventud del equipo: Busquets, Piqué, Ramos, Iniesta, Cesc, Torres, Silva, Pedro... están en los 26 o muy por debajo. De entre los titulares, solo Capdevila, Puyol y Xavi superan los 30 años y ahí están Monreal, Albiol o Javi Martínez para tomar el relevo, por no hablar de los sub21 como Thiago, Canales, Mata, Oriol Romeu, De Gea, etc. Hay una generación con mucho que demostrar aún y otra preparada para ir dando el salto poco a poco. Nada apunta a que esto sea la Francia post-Zidane precisamente porque no hay un Zidane sino un coro de artistas intercambiables. Si la cosa va mal, sale Fernando Llorente y parece Van Basten.

Por supuesto, hay algo de orgullo patrio en esta reivindicación, porque seguro que el Brasil de Romario- Ronaldo (1994-2002) fue maravilloso o la Holanda de Cruyff  y Michels (1974-8) o la Alemania de Matthaeus (1982-1992) o incluso la Alemania de Müller y Beckenbauer, campeona de Europa en 1972 y del mundo en 1974. Esta selección está como mínimo a la altura de esas grandes de todos los tiempos con la diferencia de que sus jugadores aún tienen 25 años de media. "Es nuestro año, será nuestra era", decía Nike y puede que tuviera razón. España marca el minuto ahora mismo en el mundo de una manera abusiva, casi cruel. Eso no quiere decir que vaya a marcar el resultado.  Hay que recordar que ningún equipo ha ganado siempre, incluso la Hungría de Puskas acabó perdiendo aquel Mundial de 1954 cuando parecía imposible.

Pero era la Hungría de Puskas. Ahí quedó eso.

Y aquí queda nuestra cita con la leyenda. Disfrutémosla. Siempre habrá tiempo para un penalty mal tirado y la clásica multitud que se baja del autobús a tirar piedras. A veces, leyendo a algunos, parece que lo estén deseando. Que ni siquiera la perfección les resulta suficiente.

A mí me basta.