sábado, agosto 21, 2010

Guardiola gana su octavo título en dos años


Que yo no esté de acuerdo con determinadas decisiones de Guardiola cuando asume funciones de director deportivo, no quiere decir que no le considere de lejos el mejor entrenador del mundo. Desde luego, sigo pensando que al Barcelona le falta plantilla pero quizá todo se deba a mi mentalidad de PC Fútbol. Supongo que a lo largo del año habrá lesiones, sanciones, cansancio... y cada partido en las tres competiciones va a ser una final. No sé cómo responderán los Romeu, Thiago, Fontás y Dos Santos en esas finales. Tengo dudas, eso es todo.

Ahora bien, si los titulares consiguen mantenerse sanos, es muy difícil que nadie les gane. Ni siquiera que les empate. Guardiola cogió prácticamente este mismo equipo hace dos años después de dos temporadas en blanco, la última de ellas quedando a unos 20 puntos del Real Madrid y en la previa de la Champions. Cierto es que Messi no era entonces una estrella mundial, Iniesta estaba aún en desarrollo y Xavi vivía en el cuestionamiento constante de la prensa barcelonesa, pero los jugadores estaban allí: faltaba la organización y el método. Con Pep en el banquillo el Barcelona no solo gana -ganar, ya lo he dicho mil veces, a estos niveles, puede llegar a ser un accidente- sino que juega maravillosamente bien.

Por ejemplo, hoy, ante el Sevilla, ha dado una nueva exhibición no ya de talento sino de orden. Su rival no ha tirado a puerta. En eso es innegable que la selección española se parece también: el Barça podría ganar un Mundial eliminando 1-0 a todos sus rivales y jugando de maravilla. En cuanto pierden el balón, ya está alguien ahí para recuperarlo. Pillar a los centrales dormidos es casi imposible y las ayudas son constantes. Cuando están los "buenos", claro. Cuando llegan los del filial, la estructura es la misma, a veces los resultados también pero lógicamente la vulnerabilidad es mayor.

La diferencia entre España y el Barcelona,ahora mismo, es Messi. En un partido regular, al trote, aún perdiendo los kilos con los que llegó de más, marcó tres goles, como si nada.

¿Cómo se le puede ganar al Barça? De momento, solo Mourinho lo ha conseguido. Su propuesta fue muy clara: si el Barcelona tiene su fuerza en la recuperación del balón inmediata y la salida en vertical con diagonales de sus extremos... olvidémonos del balón y si lo perdemos que sea en el área contraria. Al Barcelona se le puede ganar aburriendo a las ovejas, es decir, mandando balonazos arriba cada vez que se recuperen y confiando en que alguien la bajará y habrá segunda jugada. Y si no la hay, obligando al rival a construir de cero desde su área y sabiendo que le esperan los once jugadores como muralla.

No es una propuesta demasiado atractiva y en eso es innegable que Guardiola ha ganado otra batalla: solo se le puede ganar asumiendo el papel de villano. Destrozando el fútbol y convirtiéndolo casi en estadística. No creo que a Mourinho le importe asumir ese papel, por otro lado, así que tendremos liga. Después del partido de ida de esta Supercopa, supongo que muchos madridistas se alegrarían y verían un fin de ciclo. No era para tanto. Después de la vuelta, esos mismos madridistas pueden estar llevándose las manos a la cabeza pensando en otro añito de tortura. Tampoco hay que ponerse así: el Barcelona tendrá que rotar y se le verán las costuras, los rivales pondrán más empeño que un Sevilla agotado tras tres partidos en una semana y un cuarto acechando en tres días.

Habrá liga, seguro. Salvo que el Barcelona consiga hacerse con dos buenos centrocampistas en esta semana. O un mediocampista y un central. En ese caso, la igualdad se rompería, desde luego. De momento, queden ahí los ocho títulos del mejor entrenador que yo he visto en mi vida: dos ligas, una Champions, una Copa, dos Supercopas de España, una Supercopa de Europa y un Mundialito de Clubes. En dos años. Ahí queda eso.