domingo, mayo 09, 2010

La desgracia del Marca



Yo ya sé que hay cosas más graves que un periódico parcial, especialmente un periódico parcial ¡deportivo! Mi facilidad para regalar sustantivos y banalizar las cosas no tiene fin, como ya insinuó Hache ayer en una encendida discusión sobre los derechos humanos y la legalidad en las sociedades aconfesionales.

Uno se acuesta así y se levanta pidiendo penalti, como son las cosas.

En fin, yo quería hablarles del Marca, porque recuerdo mi primer Marca como una especie de paso de la infancia a otra cosa distinta. Llegaba al quiosco, pedía el Marca, daba las 50 pesetas o lo que fueran y me iba bien orgulloso a clase o a casa. Era un señor mayor. Por entonces, el Marca mostraba cierta simpatía por el Atleti. Por supuesto, el Madrid daba más ventas y no es que renegaran, pero, comparado con el As, la cosa era bastante aceptable.

Lo he seguido leyendo durante muchos años. Rajoy y yo, ya ven. No solo lo he leído sino que lo he leído como antimadridista, que tiene más mérito, y la verdad es que se leía bien. Mucho mejor que El Mundo Deportivo o el Sport, que no eran más que propaganda barata. En algún momento de esta travesía, muchos apuntan a la designación de Eduardo Inda como director, el Marca se ha hecho un periódico hostil, desagradable e incluso ridículo, en lo deportivo y a veces incluso en lo político. ¿Como la prensa catalana? Sí, exacto. En el sentido peyorativo del término, que diría Rosa Díez.

Durante años, se acusó al Madrid de ganar por los árbitros, basándose en errores aislados pero que puestos todos juntos parecían tener sentido. Aquello era sentimiento de inferioridad y una especie de pataleta infantil. Por supuesto, el Madrid no ganaba por los árbitros ni por Franco. Ganaba por Di Stefano, Puskas, Kopa, Gento, Amancio, Pirri, Santillana, Juanito, Stielike, Gordillo, Michel, Butragueño, Hugo Sánchez, Raúl, Zamorano, Redondo, Morientes, Zidane, Figo, Ronaldo y por favor no me dejen que siga.

Estas cosas pasan: los grandes jugadores ganan partidos. Los árbitros, no.

Ayer fue un día especial en la liga española, como algunos sabrán: el Madrid se jugaba la liga contra el Athletic y le metió cinco. Muy al final, pero cinco. Al Mallorca le había metido cuatro, al Osasuna, tres, y así sucesivamente. Lleva más de 100 goles y 18 victorias en los últimos 19 partidos. Motivos para estar realmente contentos. En el minuto 22, el árbitro decidió pitar penalti y expulsar a un jugador del Athletic, dejando a su equipo con 10 jugadores para el resto del partido. El penalti es claro, la expulsión es una barbaridad. A mí me da igual, porque estoy convencido de que el Madrid hubiera ganado igual. Juega mejor y es mejor equipo.

Esta victoria del Madrid tenía que ir unida a un pinchazo del Barcelona Sin embargo, el Barcelona se puso 0-3 a principios de la segunda parte. En ese momento, en pleno vendaval de fútbol y ocasiones perdidas, Pedro se va por la banda derecha, desborda a un renqueante Adriano, que solo puede agarrarle y luego tirarle en el área. Fíjense que a mí no me pareció penalti. Me pareció que sí, que le tocaba, que le ponía la mano, que le estorbaba, pero que el que se tiraba en realidad era Pedro. Luego vinieron cinco minutos locos que pusieron al Sevilla 2-3. Nervios. En una jugada suelta, Kanouté intenta recibir de espaldas y Piqué le fija con el brazo. Una jugada casi de baloncesto.

El de Mali exagera un poco, levanta la mano y la jugada sigue. Ningún medio de comunicación habla de ella. En el resumen de la propia Liga, la jugada ni aparece.

Pues bien, ese toque de Piqué a Kanouté, que, insisto, no es falta ni en baloncesto porque se trata solamente de fijar a un rival y si eso es penalti, imagínense lo que le hacen a Ibrahimovic en cada partido, supone la portada, el comentario del director y el editorial del Marca. El Barcelona ha ganado por el árbitro. No ha ganado por sus 13 tiros a puerta ni su 70% de posesión ni por el juego de sus nueve canteranos, ocho de ellos titulares. No. Ha ganado porque ese toque de Piqué es penalty y gol y empate del Sevilla y punto.

Yo no tengo nada en contra de los madridistas y ellos lo saben porque muchos son amigos míos. No me gusta el equipo, pero lo admiro muchísimo y aquí lo he dicho muchas veces. Otros años por su competitividad feroz y su renuncia a rendirse nunca. Este año, además, por su juego. Lo que no soporto es la prensa madridista. No soporto que me nieguen la felicidad de alegrarme por una victoria del equipo que ahora mismo me gusta más. Esa tacañería desagradable a lo Soraya Sáenz de Santamaría.

No, señores, el Barcelona no gana por los árbitros. El Madrid no ganaba por Franco. No darse cuenta de eso, no alabar a los dos mejores equipos de la historia de la liga sino ponerse a analizar cada saque de banda a ver si... es una desgracia. Deportiva, claro, pero desgracia.