sábado, abril 24, 2010

Historias de amigos que se besan


Paula Prendes me mira retadora y pregunta algo así como "¿Qué es lo que realmente te hace feliz?" o "¿Cuándo te sientes realmente feliz?" No recuerdo bien. Son las dos de la mañana casi, en el Costello, noche de estreno, y no estoy para preguntas inteligentes. Mucho menos para responderlas. Decido ser sincero y contesto, algo entregado: "Cuando nadie espera nada de mí" y como no sé si ha quedado claro o no, matizo: "Por ejemplo, en Olavide, en una terraza, comiendo tortilla y tomando el sol".

No soy un tipo demasiado ambicioso. No me las voy a dar de ambicioso ahora. Ayer, tuvimos sesión de Olavide Hache y yo, pero nos llovió lamentablemente. Dio igual. Yo ejemplifico la tranquilidad en una plaza del barrio de Chamberí pero otro podría elegir la playa. Paula empezó un chiste, puede que fuera un chiste o un comentario hiriente. Puede que le pareciera divertido ser hiriente conmigo, vacilarme un rato, simplemente, pero me vio el cansancio y se arrepintió. Hasta cierto punto, fue bonito, empezó la frase con su sonrisa habitual y luego lo dejó. "¿Qué?" "Nada" "¿Qué ibas a decir?" "Iba a hacer un chiste, pero no, nada...".

Y la noche fue mucho mejor a partir de entonces. Mejor hablar de Facebook y de posibles conocidos -sé que conozco a Lucía Esteso pero no sé de qué, no puedo demostrarlo- que luchar por ser ingenioso. Creo que todos estamos más relajados cuando no tenemos que ser ingenioso. Resumiendo, cuando nadie espera nada de nosotros.

Volviendo a Hache, le conté mi sucesión de noches raras, noches que incluyen un montón de gente encantadora a la que acabo de conocer o no conozco en absoluto (véase Paula Prendes), pero que no me hacen sentir incómodo: fin de semana en Málaga, lunes de estreno del corto, martes de Notodofilmfest, miércoles de Hermanos Prada, Andrea Aller y Cecilia Gessa en el Barbú, jueves de Alberto Amarilla y Laura de Pedro en el estreno de "Mie2", una elegante y sutil metáfora sobre los problemas de la ansiedad.

La mejor pregunta de la semana fue sin duda: "¿Tú qué eres en la vida real?". Yo te copié y contesté "orco", lo mismo que tú me contestaste hace tres años. "La vida real". En la vida real soy un parado y en la otra no sé qué soy, seguro que están cansados de leer estas reflexiones pero es verdad. En la vida no real pongamos que soy escritor. O periodista. Pongamos que soy cortometrajista o que hago recitales en el Costello. Profesor de algo.

Estoy pensando en mi segunda novela. Eso es ansiedad, amigos. Aún no he corregido la primera, mucho menos la he publicado y ya estoy organizando estructuras y personajes de la segunda. Creo que tiene que ver con "la vida real", con la necesidad de contestar a la pregunta. ¿Qué haces en la vida real? Escribo novelas. Estética. A veces me siento una especie de Benjamín Prado contando lo bien que me lo paso con mis amigos conocidos sin que nadie sepa exactamente dónde está mi mérito. Y no me gusta nada.

Empezar este post con las palabras "Paula Prendes" ha sido simplemente una provocación. Una provocación a mí mismo.

En fin, acabó la semana con una tarde-noche de los libros en El Ladrón de Tinta con los chicos del taller y una serie de interesantes negociaciones y una convocatoria a Oposiciones. La vida real. Esta mañana he mirado los palmarés de Málaga como si yo nunca hubiera estado ahí y resultaba que conocía a casi todos los ganadores, Miguel Ángel Jenner incluido. Un montón de alegrías. Especialmente las de David Pinillos, que se ha llevado una pila de premios y todos merecidos. Un tipo que es del Estudiantes no puede ser mal tipo.

"Bon Appetit. Historias de amigos que se besan". Me parece un título prodigioso.