lunes, octubre 19, 2009

La liga ES cosa de dos


Esto tendría que haberlo publicado hace dos semanas, después de toda la euforia pro-sevillista en la prensa y los analistas diciendo que no, que bajo ningún concepto se podía decir que esta fuera una liga de dos. Pero no tuve tiempo y ahora parezco un ventajista, cosa que, por supuesto, soy, y a mucha honra.

La Liga es cosa de dos y eso no es demérito de nadie. El año pasado, el Barcelona sumó 87 puntos y el Real Madrid, 78. Eso después de que ambos equipos "tiraran" las cuatro últimas jornadas, en las que los de Guardiola sumaron 2 puntos y los de Juande, cero patatero. Es decir, si hubieran seguido compitiendo al mismo nivel y la liga no se hubiera decidido en el Bernabéu es de suponer que el campeón hubiera superado los 90 puntos y el segundo, los 85.

Esas cifras son inalcanzables para el Sevilla y para cualquiera y esas son las cifras en las que nos vamos a mover otra vez este año. Real Madrid y Barcelona suman 37 de 42 puntos posibles con una proyección que les llevaría por encima de los 100 puntos en ambos casos. Obviamente, eso no va a ser así, pero pensar que el Sevilla se va a ir muy por encima de los 80 es complicado. En las dos mejores temporadas de su historia reciente los de Nervión llegaron a 71 puntos (2006/7) y 70 puntos respectivamente (2008/9). El Sevilla no solo tendría que hacer una temporada perfecta sino que además tendrían que fallar Real Madrid y Barcelona, los dos, cosa que parece más que improbable.

En cuanto a las sensaciones que transmiten los dos favoritos, pocas novedades: el Barcelona sigue solventando partidos y ganando puntos con una plantilla demasiado corta. Los Pedro, Bojan y compañía están bien como revulsivo puntual pero parece peligroso jugarse toda la temporada con ellos. Como diría Gigliola Cinquetti, no tienen la edad. Ante el Valencia, el equipo estaba fundido, mental y físicamente. No es de extrañar si tenemos en cuenta que muchos de sus jugadores llevan ya esta temporada 16 partidos oficiales: 7 de liga, 4 con sus selecciones, 2 de la Supercopa de España, 2 de la Champions y 1 de la Supercopa de Europa. Si a este principio vertiginoso de temporada le añadimos el muy estresante final de la pasada y la presión constante del Madrid, es normal que de vez en cuando salgan partidos rana como el de Mestalla. El asunto será saber cuántos van a salir y cómo van a acabar. Un punto en estas condiciones es buen resultado, a falta de frescura, el Barça tiene oficio: 4 goles recibidos en 12 encuentros.

El Madrid sigue apelando a "la pegada". Con orgullo. A mí eso de la pegada me recuerda a los jugadores de tenis que hacen muchos aces en un partido. No juegan muy bien pero ganan los puntos con un solo golpe. De acuerdo. Con un buen servicio y poco tenis puedes ganar un juego, un partido e incluso varias rondas de un torneo, pero no te vas a llevar el triunfo final. Es imposible. No todos los días vas a meter cuatro goles. Nadie, en la historia, ha metido cuatro goles cada partido y el Madrid no va a ser la excepción.

El dato peligroso de su partido contra el Valladolid no fue que le metieran dos goles sino que le tiraron 12 corners en contra. El Valladolid. En el Bernabéu. El Madrid se acostumbra a vivir dominado y tirar la contra. No es un uso nuevo, al contrario, es la tendencia exitosa de los últimos años. Eso sí, es muy peligroso, y Pellegrini debería cambiarlo. No sólo Pellegrini, convertido injustamente en muñeco de pim-pam-pum cuando la ansiedad por el gol por encima del juego viene de ahí arriba: del palco y de la grada, sino también los jugadores. Algo de pausa.

Ahora bien, el Madrid estará ahí hasta el final porque es el equipo que mejor compite en el mundo. El año pasado, con un juego horrible, estuvo muy cerca de ganarle la liga al mejor Barcelona de la historia. Hay que recordar que el Madrid de estos últimos cuatro años es probablemente el mejor Madrid desde la Quinta del Buitre: dos ligas, un segundo puesto competitivo y este año van a estar ahí, sin duda, superando los 80 puntos. Eso tiene un mérito enorme: cuatro temporadas al máximo nivel no las ha tenido ni el actual Barcelona, que descansó convenientemente el primer año de Schuster.

Para muchos, este Madrid pasará a la historia como "el Madrid de Casillas". No sería injusto, pero si yo tuviera que resumir su competitividad sin medios en un jugador diría que estos cuatro años son los años del "Madrid de Higuaín". Ah, y de Raúl. Lo siento, pero es así.