miércoles, mayo 27, 2009

La previa del Barcelona-Manchester United


Nunca he visto tanto consenso en torno a un partido: juegan los dos mejores equipos de Europa y nadie tiene ni idea de quién va a ganar. Ni apostadores, ni aficionados, ni periodistas... Nadie. La cosa puede acabar como en Atenas, con un 4-0 contra el Barcelona, puede acabar como en el Bernabéu, cuando los culés parecían muertos, con goleada blaugrana o puede ser un partido disputado que se decida en cualquier jugada individual.

Ni puñetera idea.

Eso sí, es una victoria del fútbol. Nadie a quien le guste este deporte puede perderse este partido. Vaya con un equipo o con el otro. Son dos equipazos, completos, con enormes jugadores y un inmenso sentido del espectáculo mezclado con la intensidad defensiva, no en vano ambos son los máximos goleadores y los menos goleados de sus respectivos campeonatos, los dos mejores del mundo.

¿Qué posibilidades tiene el Barcelona de ganar? Todas. En mi opinión, el campeón vigente siempre es el favorito. Más aún un campeón vigente que acaba de repetir título de liga con cierta comodidad, ha ganado la Carling Cup, el Campeonato del Mundo de clubes y llegó a semifinales de la FA Cup. Al Arsenal le borró la cara en semifinales. Pero eso no lo convierte en imbatible, ni mucho menos: Ferguson es un gran especialista en ganar finales pero también lo es en ganarlas con inmensas dosis de suerte.

Y como todos sabemos, la suerte tarde o temprano se te acaba.

En medio de la vorágine mediática florentina de cientos y cientos de millones de euros gastados en grandes estrellas, el Barça se planta en la final de la Champions League a sólo un paso de hacer historia con la duda de si en su equipo habrá siete canteranos -como parece probable- o sólo seis -si al final Busquets cede su plaza a Keita en el once inicial-. ¡Siete canteranos para ganar el triplete!

Creo que, independientemente del resultado, que como ha quedado dicho es absolutamente impronosticable, los aficionados azulgranas tienen motivos de sobra para sentirse satisfechos.

Por supuesto, habrá problemas en defensa. Las bajas de Márquez y Abidal parecen invitar a Guardiola a volver a su táctica de colocar a Touré de central. A mí no me convence. No me convenció contra el Arsenal y no me convenció en los primeros minutos contra el Athletic. En cualquier caso, Guardiola siempre ha confiado en Busquets y es lógico que si va a triunfar o fracasar lo haga con él dirigiendo el juego. También es cierto que esta será la tercera "final" del canterano en apenas un mes y eso debería darle más empaque y contundencia delante de la defensa.

Si se confirma que Henry e Iniesta jugarán, la única baja realmente irremplazable del Barça será la de Dani Alves. No es ninguna tontería de baja. Alves garantiza velocidad en defensa, anticipación, una presión agobiante... y desahogo en ataque. Siempre está ahí, dando una alternativa, por mucho que su precisión en el pase sea discutible -tampoco es tan malo como se quiere hacer creer-. Obviamente, Puyol tendrá más problemas, especialmente si Rooney le reta en velocidad.

Aparte, tenemos el efecto Guardiola, un tipo del que se puede esperar cualquier cosa: ¿volverá a meter a Messi por el centro para separarlo de Evra? ¿Confiará en Keita como lateral izquierdo? ¿Cambiará a Henry y Eto´o de bandas? Todo el mundo se huele que tiene algo preparado y nadie sabe exactamente el qué.

En definitiva, el Manchester United llega al partido con la tranquilidad del campeón y la experiencia. Han estado ahí el año pasado -precisamente ganándole al Barça en semifinales- y todos sus jugadores están más que curtidos, con un punto confiado, práctico y seguro. Enfrente está la imaginación y el entusiasmo controlados. La magia de Messi, Xavi o Iniesta con el rigor táctico de Guardiola. Se supone que unos saldrán a aguantar y machacar y los otros saldrán a dominar y ganar por aplastamiento.

Sólo uno lo conseguirá y, como he dicho antes, nadie tiene ni idea de quién será. Espero un grandioso partido tanto de Messi como de Cristiano Ronaldo.

Desde el Milan de Sacchi y Capello (1989-90) ningún equipo ha repetido título en Champions. Sería una excelente noticia que la racha se prolongara un año más.